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El TLC con Corea debe excluir al sector automotor: Acolfa

Camilo Llinás, presidente de Acolfa, insiste en que si no se negocia bien, la industria automotriz colombiana entrará en dificultades.

19 de diciembre de 2010 Por: Alfredo García Sierra, reportero de El País.

Camilo Llinás, presidente de Acolfa, insiste en que si no se negocia bien, la industria automotriz colombiana entrará en dificultades.

Colombia adelanta desde hace varios meses negociaciones para cristalizar un Tratado de Libre Comercio, TLC, con Corea del Sur, pero la industria automotriz del país tiene reservas con el acuerdo comercial, ya que esa nación es una verdadera potencia en el ramo a escala mundial y los empresarios nacionales podrían verse afectados.De acuerdo con Camilo Llinás Angulo, presidente de la Asociación Colombiana de Fabricantes de Autopartes, Acolfa, el acuerdo podría poner en peligro al sector y a los más de 30.000 empleos directos e indirectos, por lo que sugiere excluir a dicha industria, tal como lo han hecho Brasil y México. ¿Por qué afirma que el Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur es perjudicial para Colombia, a pesar de que el Gobierno insiste en que los reclamos del sector automotor no pasan de ser una simple alharaca? Al TLC con Corea, en lo que se refiere a la cadena industrial del sector automotor, no le vemos ningún aspecto positivo. La razón es que el país asiático ha sido tradicionalmente un país proteccionista, tanto que el 1% de su parque automotor es de vehículos importados. De resto se surte del mercado interno. Creer nosotros que vamos a exportar un carro o una autoparte hacia ese país es imposible y eso lo conoce el Gobierno.Si nosotros le abrimos el mercado a los coreanos, el sector de ensamble y autopartes en Colombia necesariamente entrará en dificultades, lo que conllevará al cierre definitivo de esa industria. Corea es muy agresiva en sus ventas de vehículos, por lo que casi ningún país del mundo tiene acuerdos con esa nación en ese ramo empresarial. Ni Brasil ni México han querido tener TLC con Corea por esa razón, y vemos ahora que Estados Unidos le está imponiendo altos aranceles a los carros coreanos.Imagínese, si los estadounidenses que fabrican 15 millones de vehículos anuales acuden a esas medidas frente a Corea, qué se podrá esperar en Colombia.¿Qué hacer entonces, ya que las negociaciones con ese país asiático ya están muy avanzadas?Le hemos dicho al Gobierno que puede firmar un TLC con Corea, pero excluyendo al sector industrial automotor mientras se dan las condiciones de que ese país invierta en Colombia. Y mientras hace el curso como lo han hecho muchas naciones como Estados Unidos, México y Brasil, de tener primero unas relaciones comerciales muy fuertes con unas inversiones incluidas en este sector. Que las marcas de ese país asiático vengan a Colombia, pero que ensamblen aquí sus carros como es obligatorio en otras latitudes. Así las condiciones serían distintas. Pero por el momento un TLC en las condiciones bajo las cuales se negocia, acabaría con la industria automotriz local. Y más ahora que el actual Gobierno proyecta impulsar la innovación y la tecnología como una de las locomotoras del desarrollo.¿De cuánto podría ser las pérdidas para la industria automotriz?El daño inicialmente podría ser contra la generación de mano de obra calificada. Estamos hablando de 30.000 empleos directos más otros miles indirectos y conexos al sector. Lo importante es que Colombia perdería la oportunidad de tener una industria creciente y con posibilidades de ser un gran polo de desarrollo para el mercado interno y las exportaciones de automóviles y repuestos. Ninguna nación que posee una industria automotriz permite que se vea amenazada, pues es importante para sus economías. En Colombia el sector invierte tradicionalmente unos US$100 millones anuales, tanto por el lado de la modernización de plantas ensambladoras, como para la fabricación de autopartes. Un ejemplo de ello son los proyectos que anunció General Motors en Colombia, de pasar de la etapa del ensamblaje a la producción en línea de carros, lo cual fortalecerá aún más al sector.¿Con esa oposición al TLC con los surcoreanos no se le quita la oportunidad a los consumidores de comprar vehículos más baratos, pues la verdad es que los precios han venido disminuyendo en los últimos años?Eso es un sofisma de distracción. Primero, porque los precios tanto de nacionales como de importados dependen de dos factores fundamentales: tasa de cambio y el componente de impuestos. En los últimos meses, que hemos tenido un dólar más barato, eso ha llevado a unos menores precios de los carros, pero nada más.Y segundo, contamos con estudios que comprueban que el vehículo nacional es mucho más económico que en otros países similares, lo que genera la sensación de ser costoso es la carga impositiva, tales como el IVA y otros aranceles que se le aplican a la industria.¿En ese caso por qué no buscan la reducción de impuestos a los carros?Hemos propuesto eso al Gobierno y le hemos presentado estudios que comprueban que si baja el IVA se aumentaría la demanda de vehículos. Hay que hacer una vigorosa y exigente reposición de vehículos en Colombia, especialmente de carga y de transporte público, y eso sólo se podría lograr por esa vía. En nuestro país aún ruedan automotores con más de 20 años de uso que no ofrecen garantía para los ciudadanos. La reposición del parque automotor colombiano es urgente, pero con base en la industria nacional. Incluso el Gobierno podría incrementar las compras públicas de vehículos por motivos de soberanía. Con una rebaja del IVA no sólo se elevaría el consumo, sino que el mismo Estado podría obtener mayores ingresos tributarios. ¿Estamos lejos de tener el llamado carro popular?En todas partes del mundo existen escalas de vehículos populares. El consumidor inicial de vehículos acude generalmente al usado. Este es el verdadero carro popular, tanto que vemos hoy en Colombia como se consiguen automóviles de segunda mano en buen estado, y hasta de años recientes a unos precios realmente increíbles. Y después con el trascurrir del tiempo, las personas al lograr unos mejores ingresos compran carros nuevos también a buen precio y en condiciones de financiación muy ventajosas. En Brasil trataron de inventarse algo de vehículos populares o de corte familiar y eso fue un total fracaso. ¿Cómo le fue a la industria en materia de ventas en el 2010?El año fue bueno, y uno de los tres mejores en la historia reciente del sector. Las ventas estarán entre 240.000 y 250.000 unidades. Creemos que el 2011 será también un año importante para las ventas de carros, con un crecimiento que estimamos oscilará entre un 5% y un 10%, porque vemos que las tasas de interés, el dólar y la inflación seguirán estables.

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