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El euro se debilita ante la crisis de Grecia

Suceda lo que suceda con Grecia, lo cierto es que su situación está generando incertidumbre en todo el mundo.

12 de julio de 2015 Por: Redacción de El País

Suceda lo que suceda con Grecia, lo cierto es que su situación está generando incertidumbre en todo el mundo.

Si durante la cumbre extraordinaria que celebran hoy los 28 países de la Unión Europea  en Bruselas los dirigentes y acreedores europeos ven viables las iniciativas presentadas por el primer ministro griego Alexis Tsipras (entre ellas la reducción del presupuesto de entre 10.000 y 12.000 millones de euros)  podría aprobarse un nuevo rescate de Grecia, país de once millones de habitantes que tiene una deuda prácticamente impagable de 300.000 millones de euros (180 % del PIB).

Si  por el contrario, la línea dura, liderada por Alemania, gana, y no acepta darles más oportunidades a los helenos, Grecia podría salir de la Unión Europea. Así que las próximas horas o días serán de gran expectativa mundial.

Suceda lo que suceda con Grecia, lo cierto es que su situación está generando incertidumbre en todo el mundo, sostiene el docente Julio César Alonso, director del Cienfi de la Universidad Icesi,  y “cuando se genera incertidumbre a nivel mundial hay una moneda a la que todo el mundo recurre en tiempos de agitación que es el dólar, así que el euro con respecto a esta otra moneda se devalúa.  Y eso lo estamos viendo en estos primeros días del mes”.

El panorama se vuelve un poco incierto, agrega Alonso,  y eso hace por ejemplo,  que veamos la caída fuerte que está teniendo el precio del petróleo, el aumento fuerte del dólar en todo el mundo  y eso es de esperarse hasta que no quede muy claro cómo se va a solucionar el problema griego.

Si Grecia se queda en la Unión Europea (UE) el precio del euro podría permanecer relativamente estable, opina el docente de Economía de la  Javeriana Cali José Mora Mora. Por el contrario, si sale, el euro podría caer abruptamente  y ocasionar una crisis financiera en Europa que podría extenderse, al igual que en el 2008, al resto del mundo.

La sistemática inyección de liquidez para los bancos griegos por parte del Banco Central Europeo, acota el docente de Economía de la Javeriana Cali Mauricio De Miranda, aumenta la oferta monetaria y debilita el valor relativo del euro en los mercados de pisas. Esta situación puede desatar un incremento en la inflación de la Zona Euro, a lo que Alemania se opone firmemente.  

Si Grecia sale de la UE, en opinión de  Catherine Pereira, experta en Comercio, Negocio y Economía Internacional, de la Universidad de la Sabana, abandonará el euro y usaría su moneda local, el dracma, reasumiría su política nacional, imprimiría sus billetes y monedas y tendría un sistema más independiente.

“Lo que se prevé es que habrá inflación alta porque imprimirían muchos billetes para generar un medio de transar y como hay escasez, si un heleno va a pagar en alguna parte del mundo los bienes y servicios que requiere importar a su país, le toca cambiar dracma por dólares o  euros que van a ser carísimos. Así que salir de la Eurozona no es una panacea. Cada dracma que le paguen a un pensionado va a rendir menos por el proceso inflacionario y al traducir esa plata en bienes y servicios cada vez compra menos de lo que requiere o de lo que compraba antes”, argumenta  Pereira.

Para Mauricio De Miranda el efecto de la crisis griega no es tan perceptible en la economía mundial más allá de generar incertidumbre que puede trasladarse a los mercados financieros o de la capacidad de la UE de atender problemas económicos de otras regiones debido a las dificultades dentro de casa.

“La crisis griega tiene efectos directos sobre la economía de la Eurozona, no por su peso específico que es poco, sino porque la bancarrota griega lleva a unos esfuerzos financieros grandes por parte del Banco Central Europeo, mientras que otros países de la UE están pasando tribulaciones económicas”.

Por otra parte, agrega De Miranda, la debilidad del euro afecta la capacidad de compras externas de todos los países de la zona y amenaza con inflación, en condiciones en las que el crecimiento económico de la Eurozona es muy débil. Adicionalmente, debilita la inversión en el Eurogrupo”.

El impacto que  la situación griega pueda tener sobre el euro u otras monedas es limitado porque solo una parte del comercio de los países europeos se hace en otras monedas. En opinión de Catherine Pereira, “el  66 % del comercio europeo se da entre ellos mismos, es decir, dentro de la misma moneda”. 

Para Pereira solo perderán los que tienen que condonar las deudas. Pero eso no va a tener gran impacto. El efecto es más político, agrega: es más cómo vean los mercados si lo que sucedió  en Grecia lo puedan replicar países como Portugal o España.  

“Creo que las respuestas allí son bastante bajas porque tanto en Portugal como en España hay un sentimiento unánime de que quieren estar en la  UE, que no es necesariamente el caso de los griegos, por cuestiones geográficas, culturales y demás.”

 El efecto simbólico, acota Alonso, es que una unión que parecía sólida después de la crisis fiscal de Grecia en el 2008, de la de España, Irlanda, etc, y que  parecía estar blindada a cualquier problema se resquebraja: el hecho de que un país  pueda salir de la Eurozona crea un mal precedente  y más que afectar en un corto plazo a las economías europeas sí deja herida esa unión, eso podría dar origen a movimientos nacionalistas en diferentes países que busquen la salida de la UE para ganar más independencia y ese es el riesgo que corren esas  naciones.

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