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Contrabando le quita un billón de pesos a las regiones

Los gobernadores acuerdan nueva estrategia para combatir este delito y defender las economías locales.

3 de septiembre de 2012 Por: Elpais.com.co | Colprensa

Los gobernadores acuerdan nueva estrategia para combatir este delito y defender las economías locales.

Las épocas en que los colombianos identificaban al contrabando con un hombre gordo, de bigote, el poderoso de Maicao y de casi todo el departamento de La Guajira, conocido como ‘El Hombre Marlboro’, Samuel Santander Lopesierra, no se volverán a ver. Hoy esta actividad en Colombia opera de la mano de bandas criminales y de capos del narcotráfico, que tienen todo un negocio que está dedicado más al lavado de dinero que a la venta de mercancía como licor y cigarrillos al menudeo.Aunque ese diagnóstico no era tan desconocido para las autoridades como la Dian y la Policía, que vienen combatiendo a los contrabandistas, por primera vez en el país los gobernadores tomaron una decisión política y judicial para combatir a ese flagelo, que anualmente les quita a los departamentos más de un billón de pesos provenientes de los impuestos por la venta y consumo de licores, cigarrillos, combustible, arroz y otros alimentos.Se trata de una estrategia en la que participarán ex funcionarios que hasta hace muy poco tiempo estuvieron combatiendo en el país a las distintas organizaciones de la criminalidad: el ex director del DAS, Felipe Muñoz y la ex fiscal general de la Nación, Viviane Morales. Ellos son los principales asesores de la Federación Nacional de Departamentos para ejecutar el nuevo Programa Anticontrabando.El director de la Federación, el ex asesor presidencial Germán Chica, quien llegó hace menos de seis meses a la entidad a dirigirla, asegura que los gobernadores entendieron que el contrabando ya no es sólo la lucha por frenar un comercio ilegal, sino que “son organizaciones criminales dedicadas al lavado de dinero” que proviene del narcotráfico.La estrategia es entonces no sólo llegar al contrabandista, sino también a la cadena criminal, “porque se debe atacar el concepto, ya que antes fueron discos compactos, después blue jeans, nuevamente licores y cigarrillos, o aceites, como también está sucediendo”, indicó.Según el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, esta es una estructura criminal que tiene un conjunto de redes apoyadas con el narcotráfico, que en los últimos años han logrado la mejor sofisticación posible de la mano de la corrupción política. “Estamos enfrentando un monstruo gigantesco”, anota.Un problema mayúsculoUna voz más de advertencia de hacia dónde se mueve el contrabando la da también el ministro de Comercio Exterior, Sergio Diaz-Granados, quien asegura que la lucha debe ser junto a las empresas del país. “De esta manera pueden ayudar a construir pruebas y denuncias para combatir este delito. Hemos hecho alianzas para combatir el contrabando en los casos de aceites, calzado, confecciones, y estamos adelantando con el sector privado acciones específicas para recibir esas denuncias y tramitarlas antes las autoridades competentes”, señala.El funcionario recordó que el contrabando está representando hoy cerca del 14% de las importaciones del país, unos US$6.000 millones, y recalca que en la actualidad preocupa mucho el crecimiento del contrabando de aceite, al punto que el 40% del que se consume en el país son ilegales. “Esa procedencia ilegal vale unos $300.000 millones al año”, dice el Ministro.Felipe Muñoz, quien estuvo por casi tres años al frente del DAS, explica que el contrabando en Colombia está soportado ahora por la macrocriminalidad internacional, ya que actúan grandes redes que manejan rutas para ingresar al país productos a precios de pérdida, pero con el objetivo de lavar el dinero proveniente del narcotráfico.Aunque suene raro, parte de ese comercio es movido de manera legal en el extranjero, como sucede en el Paraguay, en donde hace menos de una década este país se ha convertido en el principal productor y vendedor de cigarrillos, los cuales son comprados por intermedio de comercializadoras o sociedades intermediarias de Panamá y Colombia.Muñoz explica que ante las fuertes acciones del Gobierno Nacional para combatir al narcotráfico y la gasolina, esto llevó a que la delincuencia aumentara el contrabando de otros productos, pero de la mano de las bacrim.El ex director del DAS no duda en decir que la forma en que muta este delito del contrabando es igual a como opera un negocio legal: “Aquí también se está franquiciando; cobran una franquicia a una persona que trabaja en el tema de narcotráfico y le dicen que en vez de pagarle en efectivo se lleve la mercancía de licores o cigarrillos para que la venda a precios más baratos”, recalca. De esta manera, el contrabando se ha convertido en una maquinaria dura de combatir, pero las nuevas estrategias buscan frenarla de una vez.

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