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Clínica de Occidente invertirá $100.000 millones para ampliar servicios

Antonio José Dáger, gerente de la Clínica de Occidente, dice que la entidad proyecta ampliar sus servicios en las áreas de oncología y cardiovasculares con un nuevo edificio y equipos ultramodernos.

23 de noviembre de 2016 Por: Redacción de El País

Antonio José Dáger, gerente de la Clínica de Occidente, dice que la entidad proyecta ampliar sus servicios en las áreas de oncología y cardiovasculares con un nuevo edificio y equipos ultramodernos.

Desde hace 78 años la Clínica de Occidente de Cali ha sido un referente del sector de la salud. Ahora, la institución —como una forma de afianzar su liderazgo— está comprometida en ejecutar un ambicioso plan estratégico   de inversiones en nueva infraestructura y tecnologías médicas que se espera esté listo en 2019.

El gerente de la institución, Antonio José Dáger, un administrador de empresas caleño, es quien está al frente del desafío de mantener el posicionamiento de la clínica. 

Un nuevo edificio, la ampliación del servicio de urgencias y su dotación con ultramodernos equipos, son parte de las nuevas apuestas.

¿Cuáles fueron esos logros y las apuestas de la institución que se cristalizaron en el 2016?

Lo más importante es que hemos logrado en la Clínica de Occidente posicionarnos como líderes en la atención de los pacientes cardiovasculares y en todo lo referente al tratamiento de enfermedades oncológicas. Por eso, la clínica se ha posicionado como tal en un centro de excelencia en esas áreas.

Sin embargo, somos un centro integral de salud, es decir, por su ubicación en el norte de la ciudad y en un sitio muy importante hacia donde nos llega un alto número de urgencias de alta complejidad.

Otra de las ventajas es que contamos con todas las especialidades médicas para atender a cualquier usuario, ya sea por urgencias o mediante cita médica previa, o ambulatoria.

Por eso, reitero, el principal logro de la clínica es su posicionamiento y el liderazgo en los campos de la cardiología y la oncología en Cali. En eso nos basamos en la ejecución de nuestro plan estratégico hacia el futuro porque vamos hacia un mayor  liderazgo.

¿Con base en esos parámetros y sus especialidades, cuál fue el crecimiento en servicios?

Llevamos un crecimiento sostenido por encima del 25% al año. Realmente lo más importante es que ese crecimiento ha venido de la mano de la estrategia de concentrarnos en un centro de excelencia en cardiología y oncología. Obviamente, nuestro valor agregado son los servicios de neuro-radiología intervencionista y el  tratamiento de diferentes tipos de enfermedades arteriales.

De allí, que la Clínica de Occidente sea hoy líder en el cambio de válvulas cardíacas por vía endovascular y no por cirugía de corazón abierto, la cual ha sido una técnica revolucionaria que permite, además, una recuperación post-operatoria más rápida.

Con base en el plan estratégico que usted menciona, ¿cuáles son esas metas e inversiones para el 2017?

La clínica tiene previsto un importante plan de expansión para el 2017, no solo en infraestructura, sino en tecnología con el apoyo de nuestro equipo médico.

Proyectamos construir una torre de 12 pisos  con cuatro sótanos para 200 plazas de parqueaderos.

La idea es contar con 170 camas más, al igual que con  una Unidad de Trasplante de Médula Ósea y un área para  Medicina Nuclear dotada de un equipo PET–CT de última generación  al igual que ocho nuevos quirófanos. A eso se añadirán 22 camas para cuidados intensivos.

De esta manera, la clínica comenzará a incursionar en el campo de trasplante de órganos. 

Adicionalmente, se levantará un edificio de seis pisos frente al actual Centro de Especialistas, al lado de urgencias para instalar allí los más avanzados equipos de radioterapia que estamos adquiriendo. 

De igual manera, todo se complementará con una ampliación del servicio de urgencias —en 36 camas—  para atender las necesidades de una comunidad que hoy está muy desatendida en la ciudad.

¿Para cuándo estaría lista toda esta nueva infraestructura?

La ampliación de la infraestructura para el servicio de  urgencias estaría lista en los próximos seis meses. 

Por su parte, la  futura torre (de 12 pisos) demorará unos 18 meses en construcción y se entregaría hacia el año 2019. Ambas edificaciones se iniciarían de manera simultánea. 

La inversión total en estos proyectos    se calcula en unos $100.000 millones. Es una apuesta para atender las necesidades de una comunidad que demanda cada vez más nuevos servicios clínicos especializados. 

El desarrollo que hizo la clínica Imbanaco fue grande, pero considero que no ha impactado lo suficiente para suplir la necesidad de camas que hay en la ciudad, y sobre todo para los servicios de  urgencias.

Angiografía de Occidente es otra institución que ha respaldado todo ese crecimiento. ¿Qué se prevé allí para los años venideros?

Angiografía de Occidente es el mayor accionista de la Clínica. Nació hace 30 años con el liderazgo de mi padre (Antonio Enrique Dáger). Ese liderazgo  ha sido en todo lo referente a intervencionismo cardiovascular, siendo nuestro soporte en  ese campo. Es una entidad que nos ofrece todo el direccionamiento en nuevos procedimientos y tecnologías. 

Ninguna clínica en Cali cuenta con tres salas de hemodinamia, y otra para reemplazo valvular.

¿Teniendo en cuenta todos esos avances, se podría decir que la clínica es de mostrar a escala internacional?

El reconocimiento internacional en angiografía se observa en todos los congresos académicos y en otras instancias en el Continente.

El doctor Dáger es un referente en este campo de reparación y procemientos arteriales.

Somos al lado de Angiografía de Occidente un centro de excelencia, y la idea es continuar posicionando a la institución no solo en Cali, el Valle, sino en Colombia, y en el exterior.

¿No es paradójico que entidades como la Clínica de Occidente incursionen en nuevas inversiones y tecnologías, mientras el sistema de salud en Colombia esté en cuidados intensivos?  

Nosotros hace mucho tiempo venimos completamente estancados y en una crisis de iliquidez en el sistema de salud. No hemos podido romper con ese ciclo negativo, pues cada vez se agrava más. 

Para las clínicas privadas y públicas la situación se está volviendo crítica, pero nosotros no podemos negarnos al crecimiento.

La clínica para financiar su expansión en infraestructura física y tecnológica ha contratado créditos blandos a través de la Financiera de Desarrollo Territorial, Findeter, y el apoyo de bancos como Occidente y Bogotá.

Son préstamos  a 12 y 14 años que nos permiten atender este tipo de inversiones.

Confiamos en que en pocos años se puedan resolver las dificultades del sistema de salud en Colombia, y que haya un norte diferente.

¿No cree que las políticas han fallado, pese a los muchos diagnósticos que hablan de un déficit que arrastran las EPS, IPS y otras entidades?

El presente del sistema está bien documentado, pues todo el mundo tiene claro sobre  lo que sucede, y las razones de su iliquidez. 

 Aquí es claro que deben inyectarse nuevos recursos al sector salud, y buscar una verdadera reforma para el sistema. Por eso, esperamos que toda esa problemática esté totalmente ‘digerida’ por parte de las entidades gubernamentales y los legisladores para diseñar soluciones.

La gente está esperando una solución a todas estas dificultades, y allí el sector privado ha jugado una carta al aportar sus inversiones en tecnología e infraestructura.

Sin ello, sería imposible el manejo del sistema de salud. Y es lamentable, la crisis que enfrenta el hospital Universitario que es bandera nuestra.  

No le parece que son demasiados los esfuerzos del sector privado, mientras el Estado actúa poco para resolver la crisis de las EPS y los hospitales...

El crecimiento nuestro —y el de otras instituciones clínicas— no puede detenerse porque hay una crisis. 

Estamos comprometidos en una expansión importante y no es sobredimensionada.

La Clínica de Occidente, que ha enfrentado dificultades a lo largo de su historia de casi 80 años, se merece ahora algo nuevo y diferente.

En iguales apuestas de expansión están Imbanaco, el hospital Pablo Tobón Uribe en Medellín, lo mismo que las clínicas Santa Fe en Bogotá y Foscal en Bucaramanga. 

Con base en todo eso, entendemos las posibilidades y el entorno también. No por eso hay que frenar los crecimientos, pese a las dificultades de pagos y recursos que nos adeudan.

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