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Alemania en la cuerda floja por crisis económica en Europa

Las miradas se centran en la cuarta economía mundial por la baja nota que otorgo la calificadora de riesgos Moodys .

29 de julio de 2012 Por: Diego Muñoz | corresponsal de El País en Madrid

Las miradas se centran en la cuarta economía mundial por la baja nota que otorgo la calificadora de riesgos Moodys .

Era de esperarse. Los riesgos y temores de la zona euro han comenzado a contagiar a toda Europa y, claro, Alemania, el principal motor de la economía de la Unión Europea, no iba a salvarse. Mucho más cuando esa Nación le ha dado la mano a varias naciones y bancos de Italia y España que hoy están en problemas financieros.A esa conclusión llegó el ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, cuando conoció que la agencia calificadora Moodys le bajó - a principios de semana- la nota a la deuda soberana del gobierno alemán .Pero más allá de eso, expresó que los riesgos de la zona euro no son nada nuevo y que la economía alemana, la cuarta del mundo, después de Estados Unidos, Japón y China, está lejos de una recesión.El Gobierno estima que si bien la crisis en la eurozona ha mermado el crecimiento económico, al finalizar este año el PIB podrá aumentar 1,0%. El Fondo Monetario Internacional, FMI, coincide en ese incremento. Otros organismos, como el Instituto de economía, DIW, es menos optimista y le apuesta a un 0,6%.Ferdinand Fichtner, jefe de estudios del DIW, dijo que los coletazos de la crisis ya se sienten con fuerza, especialmente en las empresas exportadoras, que han reducido sus inversiones. También la demanda ha sufrido una caída.Los alemanes del común también perciben los efectos de esos malos vientos. Se han encarecido los viajes y el alquiler de los apartamentos de vacaciones.Asimismo, han aumentado los precios del combustible, y por primera vez, en cinco meses, el gasóleo se incrementó en julio. Pero no todo es malo, los precios de frutas y verduras, así como de ropa y calzado han bajado ligeramente, según la agencia de estadísticas alemana.Pese a ello, el ministro de Economía, Philipp Rösler, le restó importancia a la decisión de Moodys y confió en la buena salud de la economía. “Sabemos que vamos a lograr nuestros objetivos porque estamos en una posición sólida”, indicó.Sin embargo, la decisión de la agencia Moodys no puede pasar inadvertida. Otto Fricke, del oficialista partido liberal FDP, afirmó que la advertencia de la calificadora es un reconocimiento del aprieto en que se encuentra el país y enfatizó que “Alemania sólo puede seguir en la cima si los países a los que ayuda realizan las reformas económicas y hacen un esfuerzo para recuperarse”.Y no es para menos, pues además de ayudar a naciones como Grecia, Portugal e irlanda, la banca alemana ha prestado gruesas sumas de dinero que de no recuperarlas le causará un hueco enorme a sus finanzas. De hecho, la vinculación del sistema bancario alemán con el de los países con problemas en Europa, sobre todo España e Italia, fue lo que motivó a Moodys a bajar la nota de ‘estable’ a ‘negativa’ a la banca. La deuda pública y privada de España e Italia en posesión de la banca extranjera es de 1,87 billones de euros, según el Banco Internacional de Pagos (BIS). El meollo del asunto es que Alemania es el principal poseedor de deuda española. Ahora bien, los bancos alemanes y franceses arriesgan con la banca de España e Italia un total de 772.841 millones de euros, el 41,2%, otra razón por la que es primordial evitar que estos dos países acaben hundiéndose.Despidos y quiebras de empresasLa prensa lleva todos los días en sus páginas noticias de cierres de negocios, quiebras, despidos o reducción de plantillas de personal.Las empresas que se quebraron entre enero y julio de este año afectan a más de 150.000 trabajadores, el doble de año pasado. La conocida cadena de droguerías, Schlecker, que tiene alrededor de 25.000 empleos, ha sufrido insolvencias. Lo mismo les ha ocurrido a las firmas Ihr Platz (también de medicamentos) y a la empresa de venta por correspondencia Neckermann, que genera 2.400 empleados.La fabricante de camiones Iveco, la cadena de supermercados Karstadt, la empresa de energía RWE, el primer emisor europeo de CO2 y la compañía Deutsche Telekom anunciaron reestructuraciones.El segundo canal de televisión, ZDF, y el gigante del acero Thyssen Krupp también informaron sobre una eventual reducción de su planta de personal.Así las cosas, la llamada locomotora de la economía de la Unión Europea corre el peligro de descarrilarse a pesar de que el Gobierno alemán insista en que no.

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