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Ubaldo Duany, el gestor detrás del éxito de Caterine Ibargüen

El entrenador cubano fue vital para la deportista colombiana ocupara el puesto que hoy tiene en el mundo del atletismo.

25 de agosto de 2015 Por: AFP - El País

El entrenador cubano fue vital para la deportista colombiana ocupara el puesto que hoy tiene en el mundo del atletismo.

Si hay una figura clave en la exitosa carrera de Caterine Ibargüen, bicampeona mundial de triple salto desde el lunes, es la de su mentor y entrenador Ubaldo Duany, el hombre que le convenció para dejar el salto de altura y cambiar a la disciplina que tantas alegrías le está dando.

Justo después de su sexto salto el lunes en el Mundial de Pekín y con la victoria ya en la mano, lo primero que hizo Ibargüen fue ir a la grada y fundirse en un abrazo con el técnico cubano. Duany conoció a Ibargüen cuando ella era apenas una adolescente y él trabajaba en Colombia, preparando atletas en Valle del Cauca y Antioquía.

No fue su entrenador de manera directa, pero ya entonces se dio cuenta de las cualidades excepcionales y el potencial de aquella joven saltadora de altura. Cuando se fue a vivir a Puerto Rico, tras recibir un trabajo en la Universidad Metropolitana, una de las primeras a las que ofreció irse a la isla caribeña fue a Ibargüen, que fue allí a estudiar Enfermería y trabajar directamente con Duany, un exatleta de salto en largo que llegó en su carrera a 8,32 metros y que fue séptimo en el Mundial en pista cubierta de Budapest-1989.

Después de que Ibargüen, con 24 años, no se clasificara para los Juegos Olímpicos de Pekín-2008 y un año más tarde quedara eliminada en la ronda clasificatoria del Mundial de Berlín-2009, Ubaldo Duany convenció a su joven pupila para cambiar al triple salto.

Ibargüen había perdido peso y siguió al pie de la letra los planes de su preparador, que empezó entonces una historia de éxito que ha cambiado la vida de los dos.  

"Fue un acierto tremendo, estoy muy contenta de él. Fue todo por mi entrenador, él lo decidió y es cierto que tenía razón, como se ha demostrado con todos los frutos que vinieron" , estimó la atleta antioqueña tiempo después, reconociendo que encontrar a Ubaldo Duany, ir a Puerto Rico con él y seguir sus consejos fue lo mejor que pudo hacer en la vida.

"Yo soy un instrumento en sus manos" , ha repetido la atleta, que lo considera su padre deportivo.

 La fórmula del éxito

El abrazo de Pekín simbolizaba a la perfección un camino que comenzó precisamente cuando Ibargüen no se clasificó para los Juegos Olímpicos de 2008, algo que supuso un antes y un después en cómo afrontaba su carrera. En 2011 ya saltó 14,99 metros en la altura de Bogotá, como preámulo de su bronce mundial de Daegu poco después.

La plata olímpica en Londres-2012 y los oros mundiales de Moscú-2013 y Pekín-2015 han ido acompañados de palabras de reconocimiento y felicitación para el cubano Duany, consciente de que el éxito es compartido.

"Gracias a mi profesor por todo lo que me ha dado" , señaló tras su último éxito. En los días previos mostró imágenes con su "querido entrenador" en las redes sociales, en las que aparecían sonrientes y relajados, transmitiendo buenas vibraciones para la competencia en Pekín.

Con un 2015 brillante, con oros en el Mundial y los Juegos Panamericanos de Toronto, y dominando la Liga de Diamante, sólo falta la "cereza en el pastel" , en términos de la propia Ibargüen para referirse al sueño de colgarse la medalla de oro en los Juegos de Rio-2016. Seguro que en caso de conseguirlo volverá a fundirse en un abrazo con Duany, que se está convirtiendo ya en un momento tan tradicional como especial para el atletismo latinoamericano.  

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