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“Sudo sangre por el rojo del América de Cali”: George Saunders

El inglés, que se ‘echó al bolsillo’ a la hinchada roja, está contento en Cali y quiere aprender a bailar salsa.

20 de abril de 2013 Por: DANIEL MOLINA DURANGO- Especial para El País

El inglés, que se ‘echó al bolsillo’ a la hinchada roja, está contento en Cali y quiere aprender a bailar salsa.

“Oiga, ‘monito’, esta es la película del partido donde jugó, abra y verá que allí está el DVD”, le dijo un señor un poco pasado de kilos que llevaba una maleta llena de vídeos. “No, cómo se le ocurre, yo confío en usted”, le respondió George Saunders, el volante inglés que en pocos días pasó del anonimato a ser uno de los jugadores más asediados y reconocidos del América de Cali. Su romance con la hinchada escarlata empezó hace relativamente poco, precisamente en un partido en donde los asistentes que colmaron el Pascual Guerrero no podían creer que ese ‘inglesito’ delgado, blanco y rubio, que tenía más pinta de turista que de otra cosa, diera cátedra de buen fútbol, tenacidad y entrega dentro del campo de juego.Mientras sacaba un billete de 10.000 pesos que posteriormente le entregaría al señor que le vende las grabaciones de sus actuaciones con el América, George mostraba un rostro de plena alegría. Y es que su carrera como deportista siempre ha estado llena de cambios que lo han llevado de Londres a España, y del país vasco a Santiago de Cali.Desde la infancia supo que su verdadero anhelo era ganarse la vida pateando una pelota. Vivió sus primeros años en un barrio llamado Islington, situado al norte de Londres. En esa parte de la capital inglesa hizo sus primeros “pinitos” en las divisiones menores del Arsenal, pero la vida quiso decirle que su futuro se hallaba en otra parte.Por cuestiones laborales, se mudó con sus padres a España, un país que sería importantísimo para su formación personal y profesional.Después de tomar en sus blancas manos el DVD de su último partido, que posteriormente enviará a sus padres en Inglaterra, tomó asiento y sus ojos verdes y claros reflejaron un fuego intenso cuando le pregunté por su actualidad en el América y en la ciudad, en donde dice estar muy contento.George se define como “una persona muy simple, que cuando no entrena le gusta leer, ir a cine, escuchar música y hasta dar algún paseo por un centro comercial”.Actualmente reside en un apartamento situado cerca de la Plaza de Toros, en donde vive solo y aguarda con esperanza el día en que sus padres tomen la iniciativa de visitarlo. “Les he dicho que estoy muy feliz aquí y que Cali es una ciudad hermosa”.George vive solo desde los 17 años y aunque admite que a veces extraña demasiado a su familia, el calor y la alegría de una ciudad como ‘La Sultana del Valle’ lo tienen disfrutando su experiencia de atravesarse el mundo por cumplir su sueño de ser jugador profesional.En territorio español fue destacado como una de las promesas del juveniles del Villarreal, en donde jugó al lado del hijo del abogado Luis Valero, quien fue el que recomendó a George con el presidente escarlata, Oreste Sangiovanni. “Todos lo admirábamos por su fútbol rápido y preciso, él es un inglés en todo sentido de la palabra y supe que en el América le iría muy bien”.Valero era vecino de la familia de Saunders, y desde allí nació la amistad y confianza que el abogado depositó en George.Sin embargo, antes de llegar al cuadro rojo de Cali, el destino quería que este joven pasara tres años consecutivos (desde el 2009 hasta el 2012) en la filial del Levante español.Su técnico de esa época, José Gómez, no se sorprendió cuando le comentaron que a su pupilo le estaba yendo muy bien en los ‘diablos rojos’. “Tengo recuerdos muy gratos de él, es un jugador muy competitivo, siempre trabaja mucho y tiene una mirada de determinación que siempre contagió positivamente a todos sus compañeros en el camerino”.Otro que le rememora con un cariño muy especial es el lateral izquierdo español, también del Levante, José María Angresola, quien define a Saunders como “un ser humano muy bueno y hasta inocente (risas), es una gran persona y como futbolista se entregaba en todos los partidos de una forma increíble”.“Angresola comenta con cariño que él y George vivieron grandes momentos, y casi todas las tardes las pasaban juntos jugando Play Station y hablando de fútbol.Cuando estaba a punto de subir al equipo principal del Levante tuvo una lesión grave que lo alejó de las canchas por seis meses, hecho que su extécnico lamenta profundamente. “Cuando se recuperó ya tenía 23 años y a esa edad la filial ya les da prioridad a otros jugadores más jóvenes”. De esta manera, este arriesgado británico decidió aceptar el reto de ponerse la camiseta de una institución como América, por la que dice “sudar sangre”.Su cotidianidad en el Valle del Cauca es muy curiosa. En centros comerciales como Jardín Plaza y hasta en los taxis, la gente lo reconoce y murmura: “mirá, ahí va el inglés”. Pero los elogios no lo desestabilizan. Por el contrario, lo motivan a seguir en una tierra en la que también añora “aprender a bailar salsa” y seguir comiendo delicias como un sancocho de gallina y una bandeja paisa. Después de la charla, tomó sus cosas y se esfumó a su casa a descansar. Mientras camina hacia el carro de John Alex Cano, quien lo transporta hasta su apartamento, Saunders no se alcanza a imaginar que, probablemente, será recordado en algunos años como uno de esos jugadores especiales que, con su carisma y acciones en la cancha, escriben una leyenda que se queda impregnada por siempre en la memoria del hincha.

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