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“Ser campeona mundial era mi mayor anhelo”: Caterine Ibargüen Mena

Campeona Mundial y de la Liga Diamante han puesto a la deportista de Apartadó, Antioquia, entre las nominadas a Mejor Atleta del Año, de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, Iaaf.

5 de octubre de 2013 Por: ALDA MERA - Reportera de El País

Campeona Mundial y de la Liga Diamante han puesto a la deportista de Apartadó, Antioquia, entre las nominadas a Mejor Atleta del Año, de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, Iaaf.

Tres saltos determinantes en su vida han hecho de Caterine Ibargüen Mena, la reina del salto triple en Colombia y el mundo. Pero en su vida también ha dado tres saltos decisivos para lograr brillar en los escenarios deportivos y superar la línea de batida. Caer por debajo de esa línea es caer en el foso de la derrota. Pero volar por encima de ella, es rozar la gloria.Justo lo que ha hecho la hija insigne de Apartadó los últimos 13 meses. Ganar la medalla de plata en los Olímpicos de Londres 2012 (14,80 mts.), hacer el salto de oro en el Mundial de Atletismo en Moscú (14,85 mts.) y ser la primera en la Liga de Diamante, es como el salto triple de su vida: está a centímetros de ser la atleta mundial del año.Apenas 24 horas después de recibir la nominación de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, Iaaf, Caterine le contestó a El País:Primer salto: de Apartadó a MedellínNacer y crecer a punta de puro pescado y banano en la región más bananera del Urabá antioqueño la hizo grande y fuerte. Aceptar quedarse al mando de su abuela Ayola Rivas, mientras su madre Francisca se iba a vivir a Turbo para buscar el sustento y su padre William Ibargüen, emigraba a trabajar a Venezuela, la preparó para dar los otros dos pasos decisivos en su carrera hacia el éxito. Jugar a correr y correr, fue una suerte de entrenamiento natural que le alargó más esas piernas de oro.Todo lo que marcó su infancia fue como un calentamiento previo, hasta que Wílder Zapata, su primer entrenador, le vio las condiciones en unos Juegos Intercolegiados donde compitió por el San Francisco de Asís, de Apartadó, donde estudiaba. Él la motivó a tomar la decisión de ir a vivir a la Villa Olímpica Antonio Roldán Betancourt, de Medellín, con solo 14 años de edad. Salto crucial, porque siendo una niña se arriesgó a dejar su familia, su casa y su comida, sus compañeros de colegio, las calles polvorientas que la vieron crecer... y mucho: 1,80 mts.¿Jugó más ‘Yeimy’ que a las muñecas o que a la comitiva en Apartadó?Me gustaba jugar de todo un poquito, aunque los juegos que exigían correr (como el ‘Yeimy’) eran mis preferidos.¿Qué tipo de estudiante fue, si jugaba ‘Yeimy’, volibol y luego atletismo?No fui una excelente estudiante en mi preparatoria, pero trataba de hacer las cosas lo mejor que podía. Me gustaban las matemáticas, y no era muy amiga del inglés. En el colegio trataba de portarme bien.¿Cómo recuerda su despedida de su abuela Ayola para irse a Medellín?Fue triste dejar mi familia, pero mi vida estaba llena de ilusiones y ganas de surgir, así que en medio de la melancolía también surgía una inmensa felicidad. ¿Qué fue lo más difícil en ese proceso de adaptación, si solo tenía 14 años de edad?Gracias al excelente personal que nos apoyaba en la Villa deportiva, vivir ahí era un deleite. Aunque en ocasiones me daba mamitis, extrañaba la comida y a mis compañeros.¿Cuántas medallas y trofeos ha ganado, los exhibe o los tiene guardados?Los tengo guardados, hasta quería construirles un lugar especial. La cuenta no la tengo, pero conservo desde mi primera medalla ganada con el tercer puesto del Campeonato Suramericano de Atletismo de 1999. Es una de mis preferidas.Segundo salto: rumbo a Puerto RicoEn Medellín empezó un programa de entrenamiento en salto alto y salto largo que la puso a batir marcas nacionales y a coleccionar preseas. De un brinco de 1,85 mts., más que su propia estatura, llegó a los Olímpicos de Atenas 2004. Metáfora de que su vida solo ha sido superarse a sí misma.La desilusión de regresar de Atenas con las manos vacías y no clasificar a los Olímpicos Beijing 2008, la impulsaron a dar su segundo salto, el que la tiene en lo más alto del podio del atletismo mundial.Fue Ubaldo Duany, su actual entrenador, quien le dio el empujón para dar ese paso definitivo: aceptar en 2008 la beca de la Universidad Metropolitana de Puerto Rico para irse a estudiar enfermería y cambiar a la modalidad de salto triple. Si en los saltos alto y largo le iba bien, en el triple le iba a ir excelente. Y los triunfos de Caterine no mienten.¿Cómo se sintió el día que no clasificó a Beijing 2008? Muy triste porque era mi propósito mayor para ese año. Me ayudó mucho a superarlo la beca para estudiar en la Universidad Metropolitana en Puerto Rico. Y ahí volví a retomar las ganas de entrenar.¿Cómo le va en su maestría de enfermería y qué tal es canalizando una vena o curando una herida?Los estudios de enfermería los terminé (se graduó el pasado 12 de junio) y la maestría la realizo en administración deportiva y recreación. Me considero excelente en el cuidado de un paciente, porque me entrego toda por dar lo mejor de mí. En la canalización y curación de heridas me va súper.¿Cómo le fue la primera vez que vio un herido en prácticas? Este campo es muy fuerte, pero me va bien, ya que trato de sentir y de proyectar empatía con los pacientes.¿Su dieta alimenticia la priva de algo que le guste, cómo recupera calorías?Cuento con una muy buena nutrición y sin tener que sufrir tanto con dietas, ya que hay una empresa respaldando este campo de mi preparación, como lo es Herbalife, la cual me brinda todo lo que necesito en suplementos nutricionales.Dice que cocinar la saca de su rutina. ¿Qué platos prepara?Mi preferido es el pescado frito con patacones y ensalada. Pero mi especialización es el arroz con pollo.Tercer salto: rumbo a la gloriaLuego de más de 1460 días madrugando a entrenar mañana y tarde, en 2012 Caterine empezó a volar: la medalla de plata en los Olímpicos de Londres 2012 y los tres oros en la Liga Diamante este año: Shangai (14,79 mts), Estados Unidos (14,93 mts.) y Oslo (14,81 mts) la sitúan como la mejor en la historia del atletismo en Colombia y entre las diez mejores del mundo.¿Qué triunfo tuvo especial impacto?El ser campeona mundial (Moscú), porque era uno de mis grandes anhelos.Usted pone a Dios por delante de todo en su vida. ¿Qué tiempo dedica a Él?Al levantarme siempre me encomiendo a Dios y cada uno de mis pasos mis triunfos y derrotas son dedicadas a Él, siempre estoy alegre y agradecida con Él porque creo que lo que me pase es su voluntad.Siempre se la ve sonriente y feliz. ¿Qué la pone triste o enojada?No me gustan y me incomodan mucho las injusticias. Mi reacción muchas veces es fuerte y hasta me pongo a llorar.Estuvo en Antioquia hace unos días. ¿Cuánto hacía que no veía a su mamá?Hace aproximadamente seis meses no veía a mi madre, siempre trato de recordarle lo mucho que la quiero y lo agradecida que estoy con ella y toda mi familia.¿Cuándo fue la última vez que lloró y por qué?No recuerdo, pero lloro de alegría al igual que de tristeza.Dijo que va a saltar hasta Río de Janeiro en 2016. ¿Tendrá luego los dos hijos que ha dicho sueña tener?Mi carrera la he visualizado hasta Río 2016, después me dedicaré a formar la familia que anhelo y sueño. Solo espero que Dios me brinde el privilegio de formarla. De ser posible, sí me encantaría tener dos nenes.¿Se radicará en Puerto Rico o volverá a Medellín o a Apartadó?Creo que volveré a vivir a Colombia después de terminar mi preparación. Ahora, la deportista que en febrero próximo cumplirá 30 años, pero que corre como a los 15, cuando ganó su primera medalla, se está entrenando para la presea de oro olímpica en Río de Janeiro 2016. La única que le falta.La Frase° “De las ciudades donde he competido, me gusta Medellín, fue la primera que conocí y me marcó por su organización y belleza”.Caterine Ibargüen Mena

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