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River Plate vive las horas más duras desde su regreso a Primera

La única ilusión que mantiene el equipo millonario es conseguir la clasificación para la edición 2014 de la Copa Libertadores.

7 de noviembre de 2013 Por: Fernando Czyz – EFE

La única ilusión que mantiene el equipo millonario es conseguir la clasificación para la edición 2014 de la Copa Libertadores.

La eliminación de la Copa Sudamericana en manos de Lanús desnudó las horas más turbulentas para River Plate en el semestre porque, ya sin posibilidades en el torneo local, el devenir hasta fin de año será con pena y sin gloria.El equipo millonario, que de la mano de Ramón Díaz había recuperado la esperanza de pelear por un título tras su regreso a la máxima categoría, tuvo una noche de furia donde sus simpatizantes ensayaron cánticos contra la dirigencia, los jugadores y hasta el cuerpo técnico.El primer semestre del conjunto millonario había sido mejor de lo esperado, con un segundo puesto en el torneo Final y una clasificación a un torneo continental tras cuatro años de ausencia.Mientras tanto, las elecciones hacia fin de año fueron viciando el transcurso del año hasta que hace dos días el presidente en ejercicio, el emblemático Daniel Passarella, ratificó que no aspirará a un nuevo mandato.La salida de David Trezeguet por no estar en los planes de Ramón Díaz antes del comienzo de la temporada, la dilatada llegada de los refuerzos y las disputas internas en la plantilla fueron construyendo un escenario que se sustentaba sólo en la esperanza de ganar un título internacional.Pero los resultados en el torneo Inicial fueron relegando a River en la tabla de posiciones del campeonato local, al punto que luego de 14 jornadas totaliza 16 puntos y está lejos de la disputa por el título.La ilusión se sostenía por la Copa Sudamericana, que terminó de derrumbarse el miércoles con la derrota 3-1 como local ante el Lanús liderado desde el banquillo por un exBoca Juniors, Guillermo Barros Schelotto.Las denuncias de la oposición por una deuda económica importante, una plantilla devaluada a nivel de tasaciones internacionales junto con un Ramón Díaz que ya no es indiscutible entre la afición componen un panorama gris en el futuro de River Plate.

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