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Opinión: y se hizo ¡justicia divina!

Luego de derrotar a Colombia en los cuartos de final con evidente ayuda del árbitro Carlos Velasco Carballo, Brasil cayó humillantemente ante una superior Alemania, que pinta como la campeona del mundo en 2014.

8 de julio de 2014 Por: Evelyn Rosero Ramírez - Subeditora Elpais.com.co

Luego de derrotar a Colombia en los cuartos de final con evidente ayuda del árbitro Carlos Velasco Carballo, Brasil cayó humillantemente ante una superior Alemania, que pinta como la campeona del mundo en 2014.

Hoy, después de la molesta sensación que nos dejó la tristeza de ser eliminados, cuando podíamos dejar mucho más en el campo de juego de la Copa del Mundo, parece que a los colombianos nos hubiese vuelto el alma.Como si fuera nuestra Selección jugando contra Brasil en la semifinal, en las calles volvió el ambiente de celebración. Volvieron a sonar las vuvuzelas, la publicación de memes y mensajes de satisfacción abundaron en las redes sociales. Y no es que estuviera jugando Colombia, eran los alemanes dándole una 'paliza' al anfitrión y haciendo lo que muchos llamaron ¡justicia divina!Y es que llegó el primero, el segundo, el tercero, el cuarto.........¡el séptimo gol! Y los colombianos no lo podíamos creer. Y estoy segura que nunca antes habíamos celebrado con tanto regocijo un triunfo ajeno, un triunfo que no es ni siquiera de un hermano latino. Era Colombia, camuflada en el uniforme de un forastero, pero que sabíamos podía dar una lección importante en el campo de juego.Los que hemos admirado a Brasil en cada Mundial, sabemos que el de hoy no es ni sombra del equipo de ayer. No hay que ser un experto (por lo menos yo no lo soy) para reconocer que los actuales jugadores del país de la samba y las garotas no tienen la garra de un Kaká, Ronaldinho y Ronaldo. Figuras que a casi todos nos deleitaba ver y con las que era motivo de orgullo enfrentarse. Para la fanaticada brasileña y para el Mundial, el equipo de los cariocas siempre fue invencible.Para esta ocasión su estrella era Neymar, que para un partido tan decisivo como el de este martes fue su gran ausente. Tal vez al equipo técnico la faltó un plan B, tal vez cambiar su estrategia o simplemente entender la superioridad de sus contendores para armar un juego del nivel al que siempre nos han tenido acostumbrados.Y en cambio, nuestra Selección Colombia, que se creció en virtudes para este Mundial, que nos hizo soñar como nunca, sí había dado la talla para jugar ese primer partido de las semifinales. Por eso, nos alienta y reconforta un poco saber que en manos de otro equipo quedó demostrado.Los hinchas del anfitrión sintieron nuestras lágrimas del día que tuvimos que decir adiós desconcertados. Porque en mundiales anteriores, no había sido tan doloroso despedirse, entendíamos la superioridad de nuestros rivales. Pero hoy, cuando estábamos listos no nos pareció justo. Por eso, el partido de este martes fue esa ¡justicia divina! que esperaban los colombianos.Brasil escribió su historia como pentacampeón en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002. y hoy, 8 de julio de 2014, cuando se tuvo que ir de su propia casa con una derrota humillante. Sus hinchas tuvieron que guardarse sus aplausos y los festejos. Por sus rostros de sorpresa cayeron las lágrimas y llegó la resignación. Seguramente, al equipo de Luiz Felipe Scolari le quedaron lecciones importantes.Como sea, el juego sigue y la pelota seguirá rodando hasta la final que se juega el domingo.

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