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“Nos queda la sonrisa de Miguel Calero”: Técnico del Pachuca

Caballero compartió camerino con Calero como jugador. Hoy en día dirige al Pachuca. Anheló estar sentado pronto con él en el banco, pero el destino no lo quiso así.

6 de diciembre de 2012 Por: Redacción de El País

Caballero compartió camerino con Calero como jugador. Hoy en día dirige al Pachuca. Anheló estar sentado pronto con él en el banco, pero el destino no lo quiso así.

El lazo que unía a Gabriel Caballero, hoy técnico del Pachuca, con Miguel Calero era grande. Ambos compartieron gritos de gloria en doce años, entre ellos el levantar el trofeo de la Copa Sudamericana en 2006 como jugadores.Precisamente ese trofeo, que en un momento despertó tanta alegría, fue el que el técnico debió levantar el miércoles en uno de los momentos más tristes, cuando eran puestas junto al ataúd de Miguel Calero cada una de las coronas alcanzadas por el vallecaucano defendiendo la portería ‘tuza’. “Ha sido triste, una vez que pasan las cosas uno se siente así. El miércoles fue un día con mucho dolor y así fue el jueves; una vez termina el entrenamiento volvemos a los recuerdos, a ese lugar en el que Miguel no está, pero el tiempo, aunque no cura, va tratando de sanar un poco las heridas”, comenta Caballero antes de iniciar la sesión de la tarde con la plantilla profesional del equipo.Las heridas sanarán, pero todos los planes y lo que esperaban construir en pro del club, desde el cuerpo técnico, ya no se podrá realizar, al menos en conjunto. “Yo me retiré primero del profesionalismo y siempre hablábamos de poder dirigir al primer equipo del Pachuca, era lo que él tenía planeado por la identidad que existía con el club. Queríamos en algún momento sacarlo campeón. Cuando me anunciaron como director técnico siempre tuve en cuenta su opinión, pero lamentablemente no pudimos llevar a cabo ese objetivo”, comenta el técnico argentino, mientras afirma que tiene la plena certeza de que Calero siempre estará con él. Tal como lo estuvieron casi durante doce años, en celebraciones, en fechas importantes para el Pachuca, en el gimnasio, en la cancha y hasta en fiestas con amigos comunes. Incluso, hasta los últimos momentos en los que Miguel estaba consciente, mientras ingresaba a la Fundación Médica Sur. “El último día yo llegué al hospital justo cuando lo estaban trayendo porque me habían avisado de lo que sucedía. Alcancé a hablar con él, le dije que iba a estar todo tranquilo, me contestó con gestos y ya no pudimos volver a hablar más”, asegura el estratega, que al igual que el resto de integrantes de la familia ‘tuza’, aún no sale del asombro por el final de Calero, fallecido por una trombosis. “Pensé que a lo mejor Miguel iba a tener alguna secuela y que con el tiempo iba a mejorar, pero nunca pensé que sería la última vez que lo vería con vida”. Para Caballero, el legado que Calero deja al Pachuca es muy grande. “Queda el recuerdo que tenemos que grabar todos, la sonrisa que siempre tenía, esa alegría que transmitía. El amor por la camiseta y el club, por la gente, Miguel se fue tranquilo, en paz, cumpliendo con muchos de sus objetivos deportivos”, concluye el entrenador argentino, antes de ir a dirigir a la nueva generación ‘tuza’, la encargada de seguir llenando de gloria la institución que Calero juró defender “a huevo”.Las cenizas de CaleroLuego del homenaje que la hinchada y el Club Pachuca le rindieron a Miguel Calero en el Estadio Hidalgo, el cuerpo del exguardameta colombomexicano fue cremado en la tarde-noche del miércoles. Hasta el momento, lo que se sabe con respecto a la disposición final de las cenizas es que la mitad de las mismas permanecerán en Pachuca. Dicha solicitud la hizo el propio presidente del Club, Jesús Martínez, a la familia del exjugador. La otra mitad de las cenizas serán trasladadas al Valle del Cauca, probablemente a Ginebra, de donde era oriundo Calero.

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