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No paran los escándalos

Francia se ha convertido en el protagonista del escándalo del Mundial de Sudáfrica, una novela que vivió un nuevo capítulo este domingo cuando los jugadores se negaron a entrenar en solidaridad con su compañero Nicolás Anelka, expulsado por haber insultado al seleccionador, Raymond Domenech.

20 de junio de 2010 Por: EFE / Enlajugada

Francia se ha convertido en el protagonista del escándalo del Mundial de Sudáfrica, una novela que vivió un nuevo capítulo este domingo cuando los jugadores se negaron a entrenar en solidaridad con su compañero Nicolás Anelka, expulsado por haber insultado al seleccionador, Raymond Domenech.

Francia se ha convertido en el protagonista del escándalo del Mundial de Sudáfrica, una novela que vivió un nuevo capítulo este domingo cuando los jugadores se negaron a entrenar en solidaridad con su compañero Nicolás Anelka, expulsado por haber insultado al seleccionador, Raymond Domenech.La imagen es tan patética, que el propio presidente Nicolás Sarkozy, intervino de forma indirecta para llamar al orden al equipo y al cuerpo técnico, a pocas horas de disputar su último partido de la primera fase en el que tienen escasas opciones de clasificación para octavos.El jefe del Estado llamó a la ministra de Sanidad y Deportes, Roselyne Bachelot, presente en Sudáfrica, para que llame al orden a la selección, por lo que la funcionaria convocó para este lunes una cumbre con el capitán, Patrice Evra, el seleccionador y el presidente de la Federación, Jean-Pierre Escalettes, para reconducir la situación.La intervención de Sarkozy pretende poner orden en el desbarajuste francés en Knysna, lugar de concentración francés, que se ha convertido en un circo.El cúmulo de despropósitos ha hecho que muchos comparen la situación que atraviesa Francia con la que hace cuatro años protagonizó Togo, un sainete entre los jugadores, el técnico y la federación con el telón de fondo del cobro de las primas.En Francia no hay problemas económicos, al contrario, los jugadores tienen las primas aseguradas, pero la imagen no es menos negativa.El equipo ha descarrilado dentro y fuera del campo y el cuerpo técnico se ve incapaz de reconducir la situación.El ambiente está tan enrarecido, que Frank Ribéry se pronunció en un programa de televisión emitido en directo desde el hotel de concentración para pedir disculpas a los franceses por la mala imagen que ha dejado el equipo.Visiblemente emocionado, al borde de las lágrimas, Ribéry cargó contra las mentiras de la prensa y defendió a su compañero Anelka. El centrocampista también atacó de forma ostensible al ‘traidor’ que filtró a la prensa los secretos del vestuario.

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