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Néider volvió con los goles y la victoria

Es como si a una canción vallenata se le suman clarinete y trombón, y se convierte en un porro bueno para bailar. Eso le pasó al Envigado, con su hombre orquesta, Néider Morantes.

5 de marzo de 2011 Por: Colprensa / Enlajuagda

Es como si a una canción vallenata se le suman clarinete y trombón, y se convierte en un porro bueno para bailar. Eso le pasó al Envigado, con su hombre orquesta, Néider Morantes.

Es como si a una canción vallenata se le suman clarinete y trombón, y se convierte en un porro bueno para bailar. Eso le pasó al Envigado, con su hombre orquesta, Néider Morantes.El cerebro del Envigado, ese que se fue durante dos partidos, volvió como si nada. Con ese lento caminar, y esas fintas que parecen una burla al rival, Morantes volvió en una jornada de dos goles y mucha alegría para la tribuna naranja. Una clara victoria por 3-1, que tuvo como Morantes a su figura con letras luminosas. "Se dio ser la figura. El partido se nos presentó para tener el balón y convertir. En el empate nos estábamos complicando, pero pudimos sacarlo. El equipo ganó bien y seguimos sumando", dijo Néider.El primer tiempo fue lleno de magia para el local, pero tacaño en el resultado. Solo el canje de penalti por gol que materializó Néider vino a sumar al marcador, tras una etapa en la que el local fue netamente superior a la visita, llena de temores.Morantes, como si nunca se hubiera ido del campo, manejó los hilos y le puso toques de cuento al equipo, que sacó filigrana para alegrar la noche en el Sur.Pero el marcador dejaba con vida al Santa Fe, que hizo movimientos de ajedrecista desde el banco, para mostrar signos de vida.Con ese empuje del banco fue que llegó un empate en una unión septuagenaria. A la salida de un cobro de esquina, Gerardo Bedoya (35 años) remató y Sergio Galván Rey (37 años) la pescó en el área, con la impunidad de la defensa local, y puso un empate transitorio, que era mucho premio para un equipo que tenía a Víctor Hugo Soto con el saco inmaculado.Y como una bisagra del duelo, cuando la posesión era repartida, Alejandro Bernal se dejó llevar por la calentura, y tras una jugada que daba para amarilla, terminó viendo la roja por un estricto juez Jorge Sierra. Hasta ahí llegó el equilibrio.Pero de ahí en adelante, Néider demostró que los tiros libres de costado no son para los "ollazos" . En dos jugadas demostró que el cerebro es tan importante como un pie potente.A los 66 minutos, un cobro en corto terminó en media distancia, y sin fuerza, pero con gracia, le hizo un saltico a Agustín Julio, para dejarlo batido y en ridículo.Seis minutos después, una viveza del mismo Morantes, que le envió el balón en cobro a riesgo a Armando Carrillo, terminó con definición exquisita del Vallenato, y en un 3-1 que demostró que la fuerza de los cobros no está en los pies, sí en la cabeza.

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