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Miguel Calero: ¡Puro corazón!

Miguel Calero también fue un grande fuera de las canchas. Su mano bondadosa tocó a muchos necesitados. Homenaje al #1.

8 de diciembre de 2012 Por: FRANCISCO HENAO BOLÍVAR / Reportero de El País

Miguel Calero también fue un grande fuera de las canchas. Su mano bondadosa tocó a muchos necesitados. Homenaje al #1.

“Amaralcito, no lo quiero ver así con ese párpado caído; ya hablé con los médicos para que se haga la operación; por los gastos no se preocupe, que yo me encargo de eso”.Esas palabras quedaron grabadas para siempre en el ‘disco duro’ del utilero de la Selección Colombia, Héctor Fabio Abadía, quien tenía un problema en su ojo izquierdo, inconveniente que también sufría el reconocido futbolista brasileño Amaral.De allí nació el apodo con el que más se le conoce a Abadía en el fútbol colombiano y en el seno de la selección nacional: ‘Amaral’.“Miguel se hizo cargo de todo y desde México estuvo pendiente para que las cosas salieran bien; hoy, gracias a él, estoy bien de la vista. Esa fue una de las muchas colaboraciones que recibí del ‘Show’, del que estoy eternamente agradecido”, confiesa ‘Amaral’, mientras observa una foto de archivo en la que está cerca del arquero en un entrenamiento de la Selección Colombia.Y es que Calero, fuera de las canchas, era tan generoso como cuando se vestía de cortos para defender el arco de su equipo de turno.Su mano bondadosa tocó las puertas de la Fundación Carlos Portela, cuyo objetivo es mitigar las penas y darles una alegría a los niños enfermos de cáncer.“Miguel estuvo muy cerca de mi papá cuando creó la Fundación, siempre se le vio pendiente y dispuesto a colaborar en todo momento”, dijo María Fernando Portela, hoy cabeza visible del programa que ayuda a los niños enfermos.En México, Calero también dejó una gran huella con su solidaridad, aunque prefería el anonimato en lugar de las cámaras. “Miguel visitó en más de una ocasión varias casa-hogar o centros de rehabilitación para alentar a los niños enfermos. La última vez fue hace tres meses, cuando estuvo en el Centro de Especialidades Oncológicas, también llamado Hospital del Niño. La visita era con diferentes jugadores del Pachuca y ante cámaras de televisión. Al acabar el encuentro, Calero se quedó y mandó a traer juguetes para varios de los chicos, pero primero pidió que se retiraran los miembros de la prensa. A él no le gustaban las cámaras ni la publicidad; todo lo hacía por generosidad”, confesó un vocero del Pachuca. Por su parte, el periodista Carlos Barrón, del diario mexicano El Excelsior, señala que “acá en México hay rumores de que Miguel había adoptado un niño, pero no para vivir propiamente en su casa, sino para estar pendiente de su educación y de su bienestar”.Justamente eso hizo hace unos años cuando prácticamente le abrió las puertas de su casa de Ginebra a John Jairo Reyes, con quien compartió sus primeros años en la escuela y posteriormente en el colegio.“John Jairo se vino a vivir a la casa porque con Miguel tenía una amistad muy bonita desde niños; luego, cuando Miguel comenzó a jugar, le colaboraba en algunas cosas”, manifiesta Ana Milena Calero, hermana mayor del fallecido arquero colombiano.A sus hermanos, radicados en diferentes ciudades del país, también les tendió su mano bondadosa para que no les faltara nada o para que pudieran abrirse paso en la vida.Tanto en México como en Colombia, Calero les regalaba a los niños, pero también a sus colegas del arco, guantes, buzos y otros implementos deportivos.“Cada que el ‘Show’ venía a Colombia les traía sus detallitos a los amigos más cercanos; los pares de guayos y los guantes no faltaban. A otros les traía buzos de arquero. Por venir de una persona de la calidad de Miguel, eran regalos inolvidables y valiosos para todos. A mí una vez me regaló la camiseta del Pachuca con la que ganaron un título en el fútbol mexicano”, recuerda ‘Amaral’.Todas esas ayudas que Calero les brindaba a varias personas en México, entre ellas varios niños que soñaban con ser arqueros, las quería canalizar con una Fundación que se quedó solo en proyecto porque la vida no le dio tiempo para su creación. “Esa fue una materia pendiente. Miguel quería tener su Fundación para seguir ayudando a mucha gente; incluso, de eso se habló bastante, pero quedó en solo un proyecto por su sorpresivo fallecimiento”, dijo el vocero del Pachuca consultado por El País.A Calero le faltaron años para seguir extendiendo su mano generosa a quien más lo necesitara. Sin embargo, su rápida partida de este mundo no hará olvidar lo que hizo por varias fundaciones y por el apoyo que les dio a los niños que más requerían de una voz de aliento o de un detalle para sonreír en medio de las penurias.Voces* "Miguel se gozó la vida, siempre se le veía alegre y con esa chispa que ahora extrañamos; fue muy colaborador y les daba la mano a las personas necesitadas. De él tengo buenos recuerdos".Héctor Abadía ‘Amaral’, amigo y miembro de la Selección.* "De Miguel no se supo que tuviera alguna Fundación en México, pero siempre conocimos de boca de los directivos del Pachuca que fue una persona solidaria que le ayudó a mucha gente y a los niños enfermos".Carlos Barrón, periodista del diario Excelsior de México.

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