Los boxeadores despidieron a Billy Chams
Chams sacó 15 campeones mundiales y mostró siempre calidad humana para manejar a deportistas de escasos recursos que llegaron a su empresa Cuadrilátero.
Chams sacó 15 campeones mundiales y mostró siempre calidad humana para manejar a deportistas de escasos recursos que llegaron a su empresa Cuadrilátero.
Varios de los más rudos boxeadores colombianos, que se llenaron de gloria golpeando a otros pugilistas sobre un ring, parecían niños desconsolados por el duro impacto que recibieron debido a la muerte el domingo de William Chams, el gran Billy, como todos sus pupilos conocieron al barranquillero que es considerado el mejor empresario boxístico del país. El hombre que también fue un reconocido como un empresario textil, recibió el último adiós el lunes en Jardines de La Eternidad, en la vía a Puerto Colombia, en medio de centenares de personas, entre los cuales se encontraban Fidel Bassa, Irene Mambaco Pacheco, Tomás Molinares y Jonathan El Momo Romero, cuatro de los 15 pugilistas que alcanzaron un título mundial liderados por Billy, quien se metió al mundo del boxeo en la década de 1980 impulsado por Bassa. Yo le pedí que me diera trabajo en su empresa y que fuera mi apoderado boxístico, fui su primer peleador. Desde entonces estuvo pendiente de mí y me ayudó, no sólo deportivamente, sino también a crecer como persona, siempre me dio la mano. Por eso su muerte es un duro golpe para mí. Estoy muy triste porque se nos fue muy rápido el gordo, señaló con los ojos llorosos Bassa, hoy un prospero empresario de libros. Billy es como un padre para mí. Por mis problemas depresivos yo fui el único de sus boxeadores que no perdió su título dentro del ring, pero él a mí fue a quien más ayudó. Ha estado más en las malas que en las buenas conmigo. Hace 15 años me llamó y me dijo: si te dejas ayudar, yo te ayudo, desde entonces me dio trabajo en su empresa de telas y me colaboró con las medicinas de mi tratamiento. Me va a hacer mucha falta, dijo Tomás Molinares, campeón en 1988 y a quien Chams consideraba como el mejor de los pupilos que tuvo. El lunes no se escuchó en el gimnasio Cuadrilátero el grito de box de los entrenadores Orlando Pineda y Álvaro Mercado, ningún pegador se puso los guantes para practicar por la tristeza que les causó perder a su gran mentor, el hombre que logró lo casi nadie puede en cualquier actividad de la vida y, sobre todo en el boxeo: que todo el mundo hable bien de él. ERA COMO UN PADRE Todos los boxeadores que fueron manejados por Billy Chams coinciden en que era como un padre. Ninguno habla mal del hombre que estaba casado con Tully Leiva, que sufrió de cáncer, superó una operación de corazón abierto y que murió el pasado domingo por complicaciones respiratorias. A ese señor le debo mucho en mi vida, siempre quería lo mejor para uno, nos ayudaba en todo lo que necesitáramos, dijo El Momo Romero, el último campeón de Billy y a quien consideraba como el más noble de todos los que dirigió. Billy me trajo a su cuerda, me hizo campeón y una mejor persona. Es el mejor apoderado de Colombia, dijo Irene Mambaco Pacheco, exboxeador. Él no estaba pendiente a quitarle la plata a los boxeadores, como otros, sino a que uno estuviera bien, contó José Sanjuanelo, exboxeador. Desde 1986 estoy como entrenador en Cuadrilátero. Billy es el mejor jefe que pude tener en mi vida, concluyó Álvaro Mercado, entrenador.