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Los ‘bombazos’ de Fredy Guarín

El colombiano vive un momento más que soñado con el Inter. Su liderazgo y sus goles son el producto de una dedicación que lo llevó a botar muchos balones.

7 de marzo de 2015 Por: Daniel Molina Durango- Especial para El País

El colombiano vive un momento más que soñado con el Inter. Su liderazgo y sus goles son el producto de una dedicación que lo llevó a botar muchos balones.

Cuando apenas tenía 15 años y aspiraba a ganarse un cupo en la selección Sub-17, Fredy Guarín era un experto en botar balones. En cada entrenamiento, ese chico ‘menudito’ pateaba con potencia una incontable cantidad de pelotas, pero casi todas tomaban un destino muy diferente al arco rival... terminaban reventadas o perdidas entre los arbustos.Aunque a Eduardo Lara, entrenador del equipo nacional juvenil de ese entonces, diferentes personas le decían que parara a ese muchacho que los iba a dejar sin balones para entrenar, él siempre se negó a hacerlo, y tenía una razón contundente. “Yo le contestaba a la gente que lo dejaran patear, porque era como una lotería, algún día se la iba a ganar”, recuerda Lara con nostalgia. “En el Suramericano Sub-17 que jugamos ese año en Bolivia (2003), la flauta le sonó y se metió un golazo de 35 metros”, complementa.Y la verdad es que Guarín iba a seguir “ganándose la lotería”, pero muy de seguido. De hecho, la última vez que lo hizo fue el 26 de febrero del presente año, cuando un ‘bombazo’ suyo le dio la clasificación al Inter italiano a los cuartos de final de la Europa League en un partido ante el Celtic de Escocia.Pero ese gol de media distancia es solamente una de las tantas razones por las que el volante de la selección Colombia anda en idilio con la hinchada de uno de los equipos más exigentes del mundo. Hoy por hoy, Fredy es referente y capitán de este club tan importante de Italia y cada ocho días está dando de qué hablar.“Está en un momento especial”Para el experto en fútbol italiano y comentarista de Espn Vito de Palma, el momento de Guarín en el Inter es especial. Asegura que una de las principales razones es que el técnico Roberto Mancini lo ha colocado en una posición que le es altamente favorable. “Lo de Fredy se explica con dos cosas muy claras. La primera es que su curva de rendimiento y su condición física están en un pico muy alto, y la segunda es que Mancini lo ha ubicado en la posición donde él más puede sacar provecho de sus características. Se ha convertido en un eje central que puede desplegar su fútbol porque está respaldado por dos volantes que soportan la marca del equipo como Marcelo Brozovicc y Gary Medel”, afirma.Para De Palma, esos factores, y que le hayan otorgado la cinta de capitán, hacen que el jugador de 28 años esté en una “situación ideal”.El buen nivel por el que está pasando Guarín es algo que no sorprende al analista de Espn, ni a los técnicos y compañeros que han compartido con él a lo largo de los años. Bernardo Redín, por ejemplo, fue el primer entrenador que tuvo Fredy a nivel profesional. Él fue el que lo puso a debutar en el 2003 con el Atlético Huila, cuando apenas tenía 16 años.“Él siempre se quedaba conmigo después de los entrenamientos trabajando, y le gustaba hacerlo. Es un muchacho muy decidido, humilde y que tenía claro lo que quería”, recuerda el exjugador de la selección nacional.Redín asegura que desde muy temprano notó que su pupilo tenía una gran virtud: marcar goles de media distancia. “Tiene esa facilidad, que además es acompañada de muy buena técnica”.Luego de jugar 48 partidos con el equipo de Neiva, fue a parar al Envigado, donde explotó y terminó sorprendiendo a más de uno. Uno de sus mentores de esa época fue Rubén Bedoya. Él se alegra bastante por el gran momento de su discípulo. “Me da mucha felicidad porque es un muchacho que ha sabido asimilar muy bien cada una de sus etapas deportivas. Tuvo la virtud de pasar por Argentina (Boca Juniors) para después dar el salto a Europa y mostrar todas esas condiciones que uno le veía desde temprano”. Alguien que recuerda con cariño la época de Fredy en el conjunto naranja es el portero Libis Arenas. Ambos vivían cerca, llegaban juntos a las prácticas y después de algunos entrenamientos salían a comer empanadas y a jugar Play Station. Libis, quien también compartió varios momentos con él en las selecciones juveniles de Colombia, sostiene que el hecho de que su compañero sea pieza vital del Inter es porque “cree que puede lograr las cosas”. “Fredy es una persona que siempre mostró que no le tenía miedo a cometer errores. Él se arriesgaba mucho a patear de lejos y lo intentó hasta que convirtió eso en su fuerte”, indica. Sobre la parte personal, dice que su amigo es alguien “que contagia alegría y es muy carismático”.Eduardo Lara, quien trabajó con él por muchos años (logrando en el 2005 el título del Suramericano Sub-20), está orgulloso de nunca haberle frenado sus ganas de rematar al arco rival. Además, piensa que es el alumno suyo que más crecimiento ha tenido. “Dentro de los chicos que tuve es quizá el que más ha evolucionado, en su parte futbolística y física, porque él era muy flaco, era el más menudito del grupo, y mire ahora cómo se ha fortalecido”.Sus técnicos terminan concluyendo lo mismo que el analista Vito de Palma: “Él aún no ha tocado techo y de seguro evolucionará mucho más en el Inter”.Según su padre, quien también se llama Fredy, su “muchacho” está feliz en Milán con su esposa y sus hijos (un niño y una niña) y “siente el cariño de todos los fanáticos del Inter”.Aunque la historia de Guarín en Italia todavía no ha terminado, la cualidad más grande de este colombiano ha sido no temer jamás al error y hacer de una debilidad su fortaleza más grande.

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