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La 'Salvadora'

María Alonso, la esposa de Salvador Cabañas, cuenta detalles del ídolo baleado que insiste en volver. Y él responde preguntas por e-mail. Diálogo en dos tiempos. ¿Y entonces, 'Chava'?...

16 de enero de 2011 Por: JORGE ENRIQUE ROJAS / Editor Unidad de Crónicas y Reportajes

María Alonso, la esposa de Salvador Cabañas, cuenta detalles del ídolo baleado que insiste en volver. Y él responde preguntas por e-mail. Diálogo en dos tiempos. ¿Y entonces, 'Chava'?...

Entonces Salvador, acostumbrado a contar goles, ahora cuenta pastillas. Todos los días se toma 19. Unas para aliviar dolores; otras para sanar cosas; algunas para la memoria. A veces su hija se lo recuerda; una niña de 5 años salva la memoria de Salvador. Olvidar debe ser una de las perversiones de la naturaleza más temidas por un delantero en ejercicio: licencia exclusiva de gladiadores jubilados, si se tienen 30 años y los músculos enteros, el olvido tiene que doler hasta los huesos. Y nadie olvida cómo llorar. Salvador, entonces, acostumbrado antes a celebrar, ahora llora. Lo hace de pura rabia, de impotencia. Empuña las manos y aprieta los dientes. Y las lágrimas se le vienen en silencio. Le pasa a veces, en las tardes, mientras hace su rutina de recuperación en la clínica Randall de Paraguay. Llora cuando algo de su cuerpo no responde. Cuando algo no se acuerda de responder. O cuando algo, allá adentro, le recuerda los estragos causados por esa bala que hace un año le metieron en la cabeza.Pero eso, lo de las lágrimas, pocos lo saben. Lo saben los médicos, que han dicho que es bueno que él exprese sus emociones. Y lo sabe su esposa, María Alonso, que de Salvador lo sabe todo. Todo desde que él tenía 13 y ella 15. Desde que una hermana se casó con un primo de él. Desde que ‘Chava’ le parecía muy chiquito para andar enamorándola. Desde que él le regalaba corazones de chocolate y osos de felpa. Desde que él era tan persistente en el terreno del amor como en el terreno de juego. Dos días después de que Salvador Cabañas comentara de su posible regreso, María Alonso habló con El País. Desde su casa de Villa Aurelia, en Asunción, Paraguay, la mujer contó cuál es la realidad del ídolo. Conversación con una ‘salvadora’ devota de los sueños compartidos. Esta semana Salvador declaró que va a volver a las canchas. Hay quienes piensan que sus declaraciones son un arrebato propio de su condición. Pero sus palabras, sin embargo, parecían una convicción inquebrantable..."Ese es su motor, lo que dijo es lo que lo levanta todos los días. No es fácil. Es muy pesado lo que hace. A veces los ejercicios de las terapias no le salen y se enoja. Pero volver es lo que impulsa su vida".No hay nadie más cerca de él que usted. ¿Qué tan próximo lo ve de regresar?"Pues no sé, yo creo en Dios y creo que en un año y medio él podría regresar".De Salvador se han visto imágenes en la televisión: jugando ping pong, trotando... Realmente, ¿cuál es su estado físico? ¿Qué puede y qué no puede hacer?"Puede hacer piques, arranques, ejercicios con conos, mucho de lo que hacía antes. Pero cabecear no, los doctores se lo tienen prohibido. Sólo puede cabecear balones a corta distancia. No puede cabecear un centro, por ejemplo. En su cabeza todavía hay una esquirla de la bala: 30% en el cráneo y 70% alojada en su cerebro".¿Hoy cómo son sus días?"De trabajo muy pesado ocho horas al día: se levanta, va a la clínica, viene a comer y luego vuelve y se va. Lo llevo yo o un chofer. Son cuatro horas de terapias cognitivas y cuatro de ejercicios físicos: equilibrio, coordinación, resistencia". La evolución física es evidente, pero ¿cómo está su parte cognitiva?"Está en un proceso. Está volviendo a ser como antes, la persona de antes. Todavía no está 100% normal. Yo no sé si vaya a alcanzar ese porcentaje..."Entiendo que su memoria corta quedó muy afectada..."Lo que para él es insignificante no lo recuerda. Está empezando a recordar lo qué pasó ayer, en la mañana. Recordar días, fechas. Unas veces puede, otras no".¿Se le puede olvidar, por ejemplo, qué fue lo que comió al desayuno?"Sí, a veces. Pero es relativo. No se le ha olvidado comer lo que más le gusta: milanesa, Fanta naranja y helado de frutilla".¿Por todo lo que ha tenido que sufrir, qué tan diferente es ese hombre para el que usted se convirtió en bastón de apoyo?"Poco a poco está volviendo a ser el de siempre, voy a ser paciente. Me convertí en su cuidadora, pero lo sigo amando. Es un bendecido y Dios tiene un fin con él". Entonces Salvador sueña. No sólo con volver a las canchas. No sólo despierto. Acostumbrado antes a dormir como un gladiador cansado, ahora es normal que en medio de la noche abra los ojos como platos y cuente algo visto en aquella dimensión difusa donde se acomodan los sueños de los hombres comunes. María lo escucha en la oscuridad. Algunos de esos sueños quizás se encuentren anotados en un papel, un pañuelo guardado en la mesa de noche. Tal vez, dice, todo aquello se convierta en libro. La mujer cree en los sueños de Salvador. Un día antes del atentado él se había despertado diciéndole que había soñado algo raro, mucho. Sólo esa vez, María no le puso atención.¿Cómo fue ese domingo antes de todo? "Él había jugado el sábado. El domingo, cuando se levantó para ir al entreno, me dijo que había soñado algo raro, muy raro... Yo no le hice caso porque estaba medio dormida. Cuando regresó al mediodía ya se me había olvidado. Esa tarde jugamos un juego de mesa y por la noche fuimos a la discoteca. Nunca me alcanzó a contar cuál había sido ese sueño extraño".Entiendo que usted no creía que a Salvador le hubieran disparado porque en la ambulancia él hablaba, ¿qué le decía?"Sí, hablaba, se movía. Yo sólo creí cuando el paramédico me dijo que era un disparo. ‘Chava’ decía que estaba mareado, pero que estaba bien. Que todo estaba bien".Cinco días después, cuando despertó, ¿qué fue lo primero que le dijo?"Que no me preocupara, que él iba a luchar, que iba a salir de ésta. Me dijo también que vio a Dios. Cree poderosamente que lo vio y que hay que tener cuidado cuando Dios se enoja. El resto lo reservo para mi libro".Me imagino que el libro debe ser un proyecto a largo plazo porque ahora usted está al frente de varios temas legales. Uno de ellos con el América, que se negó a seguir pagando pese a que Salvador tenía contrato hasta el 2012..."Sí, pero ahora hay una propuesta de arreglo que estamos analizando. Nosotros vamos a desistir de la demanda que habíamos interpuesto. Ellos también". Otro tema legal es el relacionado con el ex representante José María González..."Cuando sucedió lo de Salvador yo tomé cargo de todo y le pedí cuentas. Cuando decidimos venirnos a Paraguay le pedí los títulos valor en los que habíamos invertido porque dependíamos de ese dinero y él me pasaba unas planillas con unos montos de gastos muy altos, sin facturas ni recibos y empezamos a pelearnos. No tenemos ni el título de la casa donde vivimos. Por eso decidí contratar un abogado y demandar".¿Cuál entonces es la realidad actual? La recuperación debe ser algo extremadamente costoso... "Sí, estamos en una situación crítica. Salvador firmó un contrato con una empresa de gaseosas del Paraguay y eso nos ha dado un respiro. Estamos a la espera de que el ex representante nos devuelva los títulos para disponer de las propiedades. Estamos en manos de Dios. Él aprieta, pero no ahorca".En diciembre usted había anunciado que iban a vender los carros (un Cadillac y un Nissan deportivo) porque hasta ese mes tenían dinero..."Estamos sobrellevando la situación. El comercial de gaseosas ayudó. Los compañeros de la Selección lo han apoyado. Agarramos otra vez el complejo deportivo que habíamos montado en Asunción (SC10) y aunque no hay ganancias, porque hay deudas que pagar, ya tenemos proyectos para desarrollar ahí. De hecho, la idea es que él terminé ahí su recuperación".Con todas esas preocupaciones, ¿cómo es la vida de Salvador en la intimidad de la casa? ¿Lo ha visto llorar también allá?"No, en la casa anda bromeando todo el tiempo. Eso no lo ha perdido: el humor negro, el sarcasmo que me enamoró. Y siempre está con los niños; con Mía (5 años), que está muy pendiente de su medicación y con Santiago (9 años), con el que mantiene jugando al Wii".¿Qué dice cuando se ve al espejo?"Lo mismo de antes. Se queda viéndose y se pregunta: ¿Quién es ese hombre tan guapo que está al otro lado?"Entonces Salvador contesta por e-mail. Su esposa dice que es mejor enviarle el cuestionario por correo; que después de las terapias y el tiempo con los niños prefiere dejarlo dormir; que ya es tarde en Paraguay; y que ojalá sean pocas preguntas: “no más de diez”. María es, también, la protectora de Salvador.Las respuestas llegan al otro día. Hay quienes piensan que la forma en que un hombre juega al fútbol define muchas cosas de su personalidad: si es un tipo solidario, entregado, de sacrificios. En caso de que aquella lógica opere a la inversa, por las respuestas de un hombre podrían obtenerse pistas del futbolista que hay detrás. De ser eso así, el que recibió el balazo estaría intacto. Quién sabe si tanto como para volver jugar fútbol profesionalmente. Pero quizás sea cierto. Y este Salvador esté a salvo...¿Regresar es la meta? "Sí, claro, sólo quiero estar en una cancha".¿Recuerda el gol que, por eliminatorias al Mundial 2010, le hizo a la selección Colombia en Bogotá (octubre del 2008)?"Sí porque fue muy comentado, me decían que fue de chiripa pero lo tire al arco". Hoy, ¿cuál es su ideal de felicidad?"Tener una familia unida y regresar al fútbol".¿A qué le teme este Salvador?"A no regresar a una cancha".¿Y cuál es su héroe?"Jajaja... no tengo ninguno".

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