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Ingrit Lorena Valencia, la chica de los golpes de oro

Ingrit Valencia aseguró su paso a la final de la categoría de los 57 kilos el próximo sábado ante Yenny Arias de Risaralda, mientras que Margarita Granja, lo hará en los 60 kilos ante María García de Risaralda.

16 de noviembre de 2012 Por: Augusto López - Prensa Indervalle - Especial para El País.com.co

Ingrit Valencia aseguró su paso a la final de la categoría de los 57 kilos el próximo sábado ante Yenny Arias de Risaralda, mientras que Margarita Granja, lo hará en los 60 kilos ante María García de Risaralda.

Sus movimientos sobre el cuadrilátero son de una avezada boxeadora. Y en realidad lo es, no importa que su apariencia sea la de una chiquilla de escasos 16 años. Sin embargo, a sus 23 años y un palmarés de 75 combates, con solamente 10 derrotas, es una madre consagrada a su pequeño hijo, Johan Steven Aguirre Valencia y cabeza de familia. Ella es Ingrit Valencia Victoria, natural de Morales, Cauca, con fecha de nacimiento 3 de septiembre de 1988, pero radicada en Santiago de Cali desde los cuatro años. El debut para la boxeadora vallecaucana en estos Juegos Nacionales 2012 'Carlos Lleras Restrepo', causo sensación. Su excepcional técnica, sus justos movimientos para esquivar golpes y su magistral forma de atacar, especialmente con su recto de zurda, la hicieron la favorita de los aficionados que colmaban totalmente el Coliseo Municipal de Cereté. Mientras Ingrit conectó sus certeros golpes en 22 ocasiones, la antioqueña Mariluz Mosquera, solamente pudo hacerlo en dos ocasiones. En ese corto lapso de vida la sensación boxística de la máxima justa colombiana del deporte, ya ha tenido oportunidad de ser campeona nacional en la división de 51 los kilogramos, medalla de plata en los Juegos Panamericanos de México 2011 y de participar en varios torneos clasificatorios para los Juegos Olímpicos de 2012, meta que no pudo cumplir y que es tal vez la mayor frustración en su consagrada carrera. “No pude ir a Londres este año, pero esa es mi motivación principal para asistir a los Olímpicos de Brasil 2016, ahí comenzaré a pensar en dar mi salto al profesionalismo, antes no”, comentó. Esta mulata de ojos claros (la llaman, la Zarca), es una mujer muy delicada y femenina. Por eso llama la atención el haber escogido un deporte tan rudo como el boxeo. “En mi infancia, compraba una pelea y cuando tuve oportunidad de ir a practicarlo me sentí muy cómoda. Además, mi condición económica me ayudó a tomar la decisión, no porque con el boxeo fuera a ganar dinero de inmediato, sino que es un deporte en el que no se tiene que pagar por practicarlo”.Testigos de su intemperancia y carácter, son sus ex compañeros del Colegio Parroquial Señor de Los Milagros del Barrio El Retiro, Distrito de Aguablanca. “Fueron algunos de ellos los que me invitaron a ir a entrenar y desde que llegué (tenía 13 años) me gustó y estoy muy agradecida con Dios, porque desde ese día sentí que cambió mi vida. Pues este deporte me ha ayudado a superarme. He sido una persona muy independiente y aunque vivo cerca de mí madre, me crié con mis abuelos y ahora vivo sola, dedicada a mi Johan Steven”. Cuando cumplió los 17 años, tuvo un retiro forzoso debido a su embarazo, retiro que se prolongó por dos años. A los 19 reapareció ganando el título nacional de la división de los 51 kilos, en Ibagué, cuando aún estaba lactando. Esa vocación y ese ímpetu son los que la tienen donde está ahora. Precisamente en la capital del Tolima fue donde ganó el derecho de estar en la Selección Nacional. En la final de ese torneo venció a la tolimense Mónica Zucarique. Ya en los Juegos Suramericanos, llegó hasta la final donde perdió con la argentina Jennifer Cáceres, actuación que le valió la medalla de bronce. El oro fue para la brasileña Ericka Mattos, a la que venció posteriormente en el clasificatorio a Juegos Panamericanos realizado en Ciudad de Panamá. Inicio prometedor La afición de Yumbo fue la primera privilegiada en verla sobre el cuadrilátero. Fue un campeonato departamental, en el que sostuvo tres peleas, todas ganadas para consagrarse campeona. Luego fue un campeonato nacional en Buenaventura, el templo del boxeo vallecaucano, que también la vio salir vencedora. De ahí llegaron sus primeras incursiones internacionales: Juegos Suramericanos de Medellín, clasificatorios a Panamericanos. Fue casualmente en la justa continental, donde una jueza de origen dominicana le 'cortó' el viaje a Londres, al incidir en la decisión que le tradujo una injusta derrota frente a la canadiense Mandy Bujol, que en consecuencia ganó el único cupo para asistir a la capital del Reino Unido, donde se colgó la medalla de oro para su país. ¿Qué habría pasado entonces, si la clasificada hubiera sido justamente Ingrit? Seguramente desde México se coartó la posibilidad de otra medalla olímpica para Colombia, que hubiera engrosado el amplio botín obtenido en el máximo certamen ecuménico del deporte. Es tal la calidad de Ingrit Valencia Victoria, que acá en Cereté (Córdoba), está dando seis kilos de ventaja a sus rivales, pues está peleando en la división de los 57 kilogramos, ya que su categoría original (51) fue declarada desierta por falta de participantes. Su primera rival Mariluz Mosquera, subió al ring con 56,900 kilogramos; mientras que Ingrit apenas llegó a los 51,100.

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