HIROSHIMA

Hay algo que me inquieta: ¿Será que Miguel Induraín se ganó lo que se ganó a punta de panelita? ¿O también le revolvería guadua a la caramañola?

Un bombazo tan letal como aquel que marcó para siempre el ritmo de las guerras, le acaba de meter hace unos cuantos días Lance Armstrong al ciclismo.Esa desde luego es la óptica apocalíptica de quien cree que esto fue de pésimo gusto. Pero debe haber quienes crean que por fin los ciclistas del mundo entero, se han logrado quitar ese piano de encima.Se necesitaba de un valiente –y Armstrong lo fue- que saliera a dar la cara y reconocer que para estar siete horas moliendo sillín en una bicicleta, se necesita mucho más que panela, bocadillo veleño y jugo de guayaba o agua de panela.Hace algunos años nuestros muchachos, campesinos la mayoría de ellos, llegaban a correr las pruebas europeas y se encontraban con la parafernalia médica que les hablaba de hematocrito, de hemoglobina, de testosterona y de cosas inentendibles para la mayoría de ellos.Les sorprendía ver unos gigantes encaramados en bicicletas logrando velocidades de asombro como 80 kms por hora en lo plano, medidos en el velocímetro de la motocicleta.INGRESE AQUÍ para Leer el Blog completo de GUILLERMO DÍAZ SALAMANCA.