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"Estoy enamorado de Colombia": Óscar Sevilla

El ciclista español Óscar Sevilla, de 38 años de edad, asegura que la principal estrategia para conquistar su tercera Vuelta a Colombia fue el poco favoritismo que tuvo en el 2015.

17 de agosto de 2015 Por: Diana Carolina Hernández - Reportera de El País

El ciclista español Óscar Sevilla, de 38 años de edad, asegura que la principal estrategia para conquistar su tercera Vuelta a Colombia fue el poco favoritismo que tuvo en el 2015.

Desde muy pequeño su vida estuvo ligada con Colombia. Cuando tenía 10 años de edad, Óscar Sevilla disfrutaba  junto a su  padre José de las grandes carreras del ciclismo internacional como el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España y sus  ídolos  se vestían de amarillo, azul y rojo.  El niño español, anhelaba ser como Lucho Herrera y Fabio Parra, los principales pedalistas cafeteros en los años 80.   

Óscar a bordo de su cabellito de acero, merodeaba por las calles de Ossa de Montiel, su ciudad de origen,  exhibiendo una gorra de ciclista y gritando a los cuatro vientos  que era uno de los grandes pedalistas colombianos. 

Hoy, más de 25 años después, Óscar recorre los trazados cafeteros que alguna vez atravesaron sus ídolos, y al igual que ellos, conquistó  la más grande carrera del país: La Vuelta a Colombia.  

Luego de ganar por tercera vez consecutiva esta competencia, Sevilla habló con El País y le contó por qué abandonó  Europa para conquistar las tierras colombianas.         

¿Qué siente después de ser tricampeón de la Vuelta a Colombia?

Estoy muy feliz, satisfecho, orgulloso, son varias palabras lo que siento porque ganar una Vuelta a Colombia hoy no es fácil, ya que cada vez es más exigente en cuanto a los rivales. 

¿Cuál fue la estrategia que utilizó para vencer en la última etapa a Ortega? 

El ciclismo no solo es fuerza, ni  correr como un loco; el ciclismo  es estrategia,  atacar cuando vas hacer daño.

Con mi técnico vimos a un Mauricio Ortega muy fuerte al inicio de la semana, pero al cual se notó el cansancio al  final, me imagino que fue por el peso de llevar la camiseta amarilla, eso te llena de responsabilidad, de  presión, así que aprovechamos eso  y le quitamos los segundos que necesitamos.

¿Es verdad que su hija Luna es su motivadora personal en cada carrera? 

Ella durante cada etapa me mandaba todas las mañanas un mensaje por WhatsApp. Por ejemplo me decía: ‘Papi vas a ser campeón’; ‘Papi corre mucho;  ya te quiero ver en el podio’. Cada palabra que salía de ella era para mi esa motivación que me daba más fuerza mental en cada competencia.

¿El no ser favorito le permitió correr más tranquilo la carrera?

Sí, aunque yo era un referente y todo el mundo me vigila, tengo como ventaja  la experiencia. Con tantos  muchos años  ya sé manejar un poco esa presión, esos nervios y la ansiedad.  Pero este año fue más fácil en cuanto a lo mental, porque la presión estaba sobre Ortega.  

¿Qué tiene de particular esta carrera que lleva tres años como campeón?

Es una de las carreras más duras del mundo, la cual  respeto y me da mucha ilusión ganar, por eso la primera vez que fui campeón quede  impactado porque me parecía imposible que yo estuviera en el centro del podio,  ya que  aquí hay que luchar con grandes rivales, con equipos muy bien  conformados, con los colombianos que son grandes escaladores, con la topografía, la cual tiene puertos muy  largos con climas muy variables.

¿Por qué un español es el mejor ciclista de los trazados nacionales?

Las he ganado porque trabajo muy duro, porque  me apasiona el ciclismo; además tengo un  técnico, Raúl Meza, que  conoce todas las carreras, las estrategias y los rivales, así que  hacemos un gran dúo.

¿Por qué se quedó en Colombia?

Primero por mi mujer, porque mi esposa es colombiana y me enamoré de ella y después  me enamoré de Colombia. Luego nacieron mis hijas y se completó mi felicidad. En este país la   vida es muy buena y aunque obviamente de España extraño a mi mamá, a mi hermano y a mis sobrinos, Colombia me ha dado cosas muy buenas y aquí me siento feliz. 

¿Qué es lo que más extraña de su país?

Los veranos. Los meses de julio y agosto porque hace un ‘calorcito’ muy rico, también  a veces extraño  la comida, pero aquí estoy feliz. 

¿Hace cuanto no visita España?

Yo voy una vez al año. Recientemente estuve a finales de mayo hasta junio. Allá estuve con mis niñas y compartimos con mi mamá y toda la familia. 

 ¿Luego de ser el mejor joven en el Tour de Francia y de terminar segundo en la Vuelta a España en 2001,  le da nostalgia no correr en su país?

A veces si, pero cuando pongo la balanza creo que tomé la mejor decisión porque aquí me siento muy feliz y a gusto. 

A la edad que tengo he recibido ofertas muy buenas económicamente, pero yo pienso que hay que disfrutar la vida, valorarla y creo que no tiene precio  la oportunidad de recoger mis hijas en el colegio, de compartir con ellas día a día. A veces siento envidia porque tengo muchos amigos que corren allá como ‘Purito’ Rodríguez, como Alejandro Valverde y ellos me dicen que allá me  iría muy bien, pero el destino me trajo aquí y yo estoy enamorado de Colombia.

¿Siente que su implicación a la Operación Puerto acabó con su oportunidad de brillar en  Europa?

No, obviamente eso fue hace muchos años,  fueron momentos difíciles donde la verdad nunca nos culparon  sino que fue más cosa de la prensa, culpa del morbo pero fue un episodio duro, que al final tuvo una parte positiva que me hizo madurar, que me hizo saber quiénes eran mis verdaderos amigos, me hizo tener una cabeza más fuerte. 

¿Qué opina de Nairo Quintana?

Nairo  es un gran ciclista, de los mejores del mundo. Por lo hecho en el pasado, por su presente y el futuro que tiene, mejor dicho le tendrían que hacer una estatua aquí en el centro de Bogotá.  Sin duda, tiene la edad, la cabeza y  la madurez para  ganar uno y muchos Tour de Francia.

¿Ha pensado en el retiro?

Todo depende como me sienta. La clave es la cabeza. Yo tengo mi misión y tengo ganas y aunque tenga 38 años tengo  la cabeza de uno de  28. El día que me levante con pereza, que diga que no hay esas motivación para correr, diré basta. Eso sí, jamás me retiraré del todo de este deporte porque me encantaría ser comentarista, técnico o tener un equipo porque no podría separarme del ciclismo, ya que es mi vida.

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