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Enis Pacheco: la campeona que se entrenó bajo un árbol

Enis Pacheco es la primera mujer colombiana en ganar un título mundial de boxeo. Y eso que peleó enferma. Semblanza de una gladiadora.

24 de marzo de 2012 Por: SANTIAGO CRUZ HOYOS / Reportero de El País

Enis Pacheco es la primera mujer colombiana en ganar un título mundial de boxeo. Y eso que peleó enferma. Semblanza de una gladiadora.

La única campeona mundial de boxeo femenino en la historia de Colombia, Enis Pacheco, se entrena al aire libre, bajo un árbol. Su equipo de prácticas consta de un saco, unas manillas. Nada más. En su pueblo, San José de Canaletes, no hay coliseos cubiertos, un ring, un gimnasio; aquel corregimiento del departamento de Córdoba, entonces, forma campeones del mundo a pleno sol candela.Suena, claro, tan heroico, tan romántico, tan argumento de película gringa en la que el boxeador que no tiene nada al final vence, levanta los brazos. Para Enis, en cambio, es indigno. No puede ser que los boxeadores del pueblo tengan que ir por ahí lanzando puños en un cuadrilátero improvisado sobre una cancha de fútbol o colgando los sacos en las ramas de los árboles. Entonces se le ocurrió una idea: ese cinturón máximo del peso ligero que está en su poder deberá servir para hablar con el Gobernador, con el Alcalde, y que se decidan, por fin, a construir en San José de Canaletes el coliseo que necesitan los deportistas. No uno majestuoso, no uno tan grande como el de Montería, piensa Enis, no es necesario eso, pero sí uno digno. Es mediodía del jueves 22 de marzo del 2012 y la campeona habla precisamente desde Montería, la capital del departamento de Córdoba. Allá estuvo el miércoles en una cita médica. Enis Pacheco peleó y le ganó a Duda Yankovich el título mundial del peso ligero estando enferma y nadie lo notó. Sus dolencias específicas no se pueden revelar, dice. En el boxeo las debilidades se callan para siempre, hay que mostrarse como un Goliat invencible. El caso es que ya está recuperada a pleno, comenta Enis para cambiar de tema. Se piensa en la defensa del cinturón. Será en mayo próximo. Es el pronóstico. La campeona mundial tiene 23 años. Desde los 10 empezó a boxear. Su madre pegó el grito en el cielo. Cómo es posible que una niña prefiera lanzar golpes en un ring, andar por el pueblo corriendo, esas cosas de hombres, y no le guste, por ejemplo, jugar con muñecas. Su papá sí la respaldó. Enis se iba a la cancha de fútbol del pueblo a ver los entrenamientos de los boxeadores. Ahí veía a púgiles como Walter Estrada, como Miguel Barreras. Hasta que un día decidió ir y entrenar como ellos. Cuando le empezaron a explicar la técnica, la posición, los puños, la guardia, Enis ya tenía idea. Se le hizo fácil, dice, pulir el resto, aprender lo que faltaba. Además, le sirvió de ejemplo eso de tener en la familia a otro campeón del mundo: su primo Miguel Barreras, que en el 2002 alcanzó el título mundial del peso mínimo de la Federación Internacional de Boxeo, FIB. Es su ídolo, es su referente. El primer combate serio que disputó Enis fue en Canaletes, un municipio cercano a San José de Canaletes. Enis todavía era una niña. Y en Canaletes se había programado un intercambio de peleas entre boxeadores de su edad. Fue un sábado. Enis marcó en la báscula apenas 25 kilos. El rival se llamaba Déiver. En ese tiempo aún no había niñas por ahí interesadas en boxear. La de Enis era la quinta pelea de la jornada y no duró mucho. Déiver fue vencido en el segundo round. La campeona se ríe. Dice: “Salí como una vaca brava”. Y como una vaca brava salió para enfrentar la semana anterior a la serbia nacionalizada en Brasil Duda Yankovich en el combate por el título mundial. No iban 30 segundos del primer round y ya la extranjera de 35 años había puesto una rodilla sobre la lona del Coliseo 'Elías Chegwin' de Barranquilla. Después se recuperó, Enis se fue agotando —recuerden que se sentía enferma—, pero los puntos logrados en los primeros asaltos le alcanzaron para ganar el combate por decisión del jurado. El puntaje fue 96-93, 95-94 y 95-94. Y pensar que Enis no parecía favorita, no. Yankovich era de mirada temeraria. Yankovich tiene un cuerpo trabajado, músculos notables. Se veía, de lejos, que a diferencia de la campeona, ella se podía dedicar todo el santo día al boxeo, al gimnasio. Enis, en cambio, se levanta temprano, a las 4:30 de la mañana, trota hasta las 5:30, regresa, hace el desayuno para sus dos hijas, Isaura y Stéfany, a una la lleva hasta el colegio, regresa, hace el almuerzo, está pendiente de William, su pareja, mantiene su hogar. Ya en la tarde es que se olvida que es mamá y ama de casa y se va a entrenar. Entonces aún no tiene esos brazos de Yankovich, esos abdominales. ¿Te intimidó la serbia, Enis? “Yo no le como a nadie de corpulencia”, responde. “A nadie. Yo tengo que pensar —dice— que peleo con la que sea”. Pelea con la que sea, pero en el ring. Nada más. A Enis, es curioso, nunca le gustaron las peleas callejeras y el hecho de ser boxeadora, explica, no significa que deje de ser mujer. Es delicada, sensible, la enamoran con detalles, cuenta William. Una vez, por cierto, alguien le dijo a Enis que era muy raro verla pelear, que el boxeo es asunto de hombres. La campeona le salió al paso. Le dijo que el boxeo, el deporte en general, no era exclusividad de hombres. Le dijo, también, que pensar lo contrario es machista. Le agregó, para rematar, que es mejor estar boxeando, que andar por ahí en malos pasos. Para Enis, el boxeo es la manera de estar en este mundo, justificarse. Lo podría ser también para muchas otras mujeres. Sólo que en este país es un deporte ignorado, dice. Un deporte abandonado por los dirigentes y hasta por los medios. Visibilizamos el boxeo femenino cuando aparece el título, el brillo, la gloria. Enis anhela que el cinturón sirva entonces no sólo para construir el coliseo de San José de Canaletes, sino para que el boxeo femenino se consolide en el país, sea visto con respeto. Ahora cuelga el teléfono. Va a recoger unos exámenes médicos.FRASES* "Para el título mundial entrené un mes y medio en mi pueblo, y después viajé a Barranquilla. Fue muy duro, pero emocionante. Saber que uno lo está haciendo por algo grande”.Enis Pacheco.* “A Enis la conozco desde hace siete años. Es una mujer sencilla, de hogar. En la vida cotidiana es muy distinta a cuando está en el ring”. William Santana Toro, pareja de Enis Pacheco

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