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El riesgo de vivir al extremo

Los deportistas extremos saben a qué riesgos se enfrentan; sin embargo, también quieren ser reconocidos como tal. La falta de apoyo es el obstáculo más grande al que se miden a diario.

9 de agosto de 2015 Por: Leonard Gutiérrez- Reportero de El País

Los deportistas extremos saben a qué riesgos se enfrentan; sin embargo, también quieren ser reconocidos como tal. La falta de apoyo es el obstáculo más grande al que se miden a diario.

Cada vez es más normal ver a un deportista con su patineta desafiando los muros de la ciudad, o a un motociclista queriendo hacer sus mejores piruetas en cualquier andén. Los temerarios de los deportes extremos cada día se ganan más espacio en Colombia, pero mientras lo logran, no solo tienen que enfrentarse a las grandes alturas o a la adrenalina de la velocidad. De paso, también se miden cara cara con la muerte, en muchos casos resultado de la desidia con la que gran parte de la dirigencia deportiva ha manejado al nacimiento de nuevas alternativas deportivas.

Hoy en Fedeliva (Asociación de Ligas Deportivas del Valle) se encuentran 49 deportes inscritos que funcionan formalmente como ligas deportivas del departamento, y entre ellas, se puede decir que el motociclismo es el único deporte con estas características que hace parte del calendario deportivo y que es presidida por Mario Hernán García. 

Sin embargo, la variedad de disciplinas extremas que toman fuerza en la ciudad no se ven reflejadas en el deporte de la región. Bike Trial, escalada, Parkour o parapente, no aparecen en el mapa deportivo del Valle, y sin embargo, sí representan  seguidamente a la región en diferentes eventos; incluso, algunos a nivel internacional, como fue el caso del piloto caleño Mauricio Ospina, quien por poco pierde la vida.

“En Cali nadie apoya el deporte extremo y realmente lo que se ha conseguido es gracias a que los mismos líderes de las distintas disciplinas se han encargado de darle importancia a estos deportes. Yo era uno de los pocos deportistas que luchó por tener clubes para buscar después  la oportunidad de hacer ligas, porque la alcaldía hizo  cerrar un escenario en el que desconocieron todo lo que había logrado”, aseguró Jonathan Ospina, quien hoy después de 18 años es uno de los mejores practicantes de BMX Freestyle, y quien  en su momento fue el gran impulsor de la pista de competencia que se encuentra en el barrio Guaduales en el norte de la ciudad.

A pesar de que los practicantes de los deportes extremos en muchos escenarios se roban los plausos, este termina siendo el verdadero motor que los impulsa para seguir adelante.

El caso de Mauricio

El 18 de abril el piloto caleño Mauricio Ospina, en una competencia de  Freestyle Masters en México, sufrió un terrible accidente en el que por poco pierde la vida al sufrir lesiones de las que aún no logra recuperarse del todo. Mauricio estuvo varios días en coma y tuvo fracturas en todo su cuerpo, siendo las más duras las que sufrió en su cabeza.

Mauricio, quien lo ha ganado todo en Colombia en esta disciplina sin reconocimiento deportivo, en todos sus show siempre lleva puesta la bandera de Colombia, a pesar de que su deporte sea ignorado. 

Pese a  que el evento en el que participaba era de una marca reconocida, apenas le ayudaron con parte de los gastos de su accidente; el resto ha tenido que hacerlo por su propia cuenta y con la ayuda de amigos. Su caso dejó en evidencia el doble riesgo que viven estos deportistas que a diario se miden con la muerte, y que hoy también merecen el mismo reconocimiento. De su propio bolsillo, muchos deben comprar sus propias pólizas para poder competir.

“Lo que me pasó en México es porque todo no estaba bien, las cosas no estaban dadas completamente para que pudiéramos competir; pero a veces por no poner problemas y molestar a la gente, uno compite. Yo estaba emocionado porque estaba en un evento grande de Nissan, pero la rampas estaban muy pegadas en la pared. A las 8:00 p.m. de ese día competí y me di de frente con una pared, y hasta ahí me acuerdo”, asegura Mauricio, quien ha tenido que operarse en cinco oportunidades y hoy está tratando de seguir mejorando físicamente gracias a la ayuda de sus amigos y algunos eventos que ya comenzó a realizar. El caleño para esa oportunidad no había podido comprar su propia póliza, como lo hace normalmente, por problemas económicos.

La historia de Julián Carreño

Pero la falta de apoyo en las diferentes disciplinas extremas no son solo en el Valle; a nivel nacional también se vive la misma historia, y  Julian Carreño, el parapentista de Calarcá, Quindío, vive su propio drama, y las razones son las mismas, la falta de apoyo y seguridad por parte de las entidades gubernamentales.

“Cuando uno está en condición de incapacidad es muy duro, porque no tenemos ninguna clase de apoyo; así ha sido siempre, esto la verdad ya no es nada nuevo. Yo tengo 24 años, y comencé hace ocho, y la historia no ha sido diferente”, asegura Julián, quien está en cama debido a una lesión de tibia y peroné en unos de sus entrenamientos. 

La falta de apoyo a Julián se hace más evidente cuando ha tenido la oportunidad de representar a Colombia en mundiales de la disciplina en Bulgaria, Argentina, Venezuela y México, practicando la modalidad de Cross Country.

“Ya me he gastado  seis millones de pesos en  operaciones y en recuperación”, dice Julián, quien precisamente estaba preparándose en Sopó, Cundinamarca, para representar al país en el mundial de la disciplina a finales de agosto.

Como buenos atletas viven en su ley, a pesar de que las disciplinas que entrenan aún no terminan de convencer a quienes manejan el deporte en Colombia. Entre tanto, ellos desde el aire, con motos, patinetas y bicicletas, seguirán ganando su propio espacio, esperando a que algún día la dirigencia reaccione.

El caleño que salta por el mundo

[[nid:148456;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2012/08/home-video.jpg;full;{El clavadista caleño se preparó en Cali para afrontar la quinta Serie Mundial en Boston. Vea las mejores imágenes del deportista nacional.El País}]]

 Incluso quienes hoy gozan de gran reconocimiento en el mundo, tuvieron que vivir el olvido a los deportes no tradicionales, y hoy demuestran que sí vale la pena. “Desafortunadamente en Colombia no hay apoyo a los deportes no tradicionales; a mi por ejemplo me tocó irme del país y buscar horizontes de alguna u otra forma. Red Bull entendió lo que era mi deporte y que tenía potencial. En Colombia esa cultura todavía no existe, el Gobierno no entiende que existen otros deportes”, aseguró el clavadista Orlando Duque. La chica del parapente

[[nid:388190;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/01/home-parapenyre.jpg;full;{Tomada del Facebook Paragliding World Championship FAI Colombia 2015}]]

“Es muy complicado estar en deportes extremos como este, y para nosotros como deportistas es demasiado frustrante tener las ganas de salir adelante y competir, y no tener una federación y un club que nos ayude”, explica Natalia Jaramillo, una de las mejores parapentistas de Colombia, que al igual que muchos en el país tampoco cuenta con apoyo. “Conozco poco del apoyo de la Secretaría del Deporte o Indervalle, pero por lo que  me han comentado, la verdad es que ha sido nula hasta el momomento la ayuda que han brindado”, explicó. 
DatosEn el evento realizado  en Cali el pasado fin de semana para recaudar recursos para ayudar al piloto Mauricio  Ospina, el organizador del certamen, el también piloto Jonathan Ospina, tuvo que pagar un millón de pesos en pólizas para los pilotos participantes.  Después de varios  días de conversación lograron que les prestaran  el velódromo Alcides Nieto Patiño.Los parapentistas de  Colombia le pagan 120 mil pesos a la Federación Colombiana  de Deportes Aéreos, pero no tienen ningún beneficio en salud.La Secretaría del  Deporte de Cali, apenas comienza a buscar espacios  para ellos.

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