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El boxeo del Valle tiene puños de mujer

Una nueva generación del pugilismo femenino de la región comienza a florecer y sueña con cumplir sus sueños color dorado.

5 de diciembre de 2014 Por: Leonard Gutiérrez Bueno - Redacción de El País

Una nueva generación del pugilismo femenino de la región comienza a florecer y sueña con cumplir sus sueños color dorado.

A simple vista pareciera que son las más rudas, pero en el fondo, lo último que quieren estas niñas es dejar de ser mujeres. Cada una tiene una historia diferente para tratar de justificar los motivos por los que en algún momento tomaron la decisión de pasar la vida dándose golpes en las ‘ñatas’.Hoy, en todo el departamento del Valle del Cauca hay 25 chicas que decidieron vivir la vida en medio de las cuerdas y el retumbar de la campana, mientras que en Cali diariamente doce jóvenes entrenan en el Coliseo de El Pueblo.“El boxeo es una forma de olvidarnos de lo que vivimos normalmente en nuestros barrios. Yo soy de El Retiro y todos los días se viven muchas balaceras, y para estar en la calle, prefiero entregarle mi vida al boxeo. En la calle no hace falta el pervertido que también nos quiere hacer daño”, dice Manuela Andrea Henao, una joven de 16 años que esconde su niñez en un cuerpo gigante que la hace una digna aspirante a boxeadora.Como ella, son muchas las niñas en diferentes sectores de la ciudad que han hecho del boxeo su propio salvavidas, la única forma de alejarse de las drogas, la violencia propia de las calles y el abuso al que se pueden exponer.Pero este florecer del pugilismo femenino no es coincidencia, pues hace mucho tiempo el gimnasio en el sur de la ciudad alterna la belleza femenina de estas pegadoras de todos los sectores de Cali y el Valle, con el entorno rudimentario de las peras, los sacos de arena y el ring color sepia que se niega a irse y dejar de ver a las nuevas generaciones de narices chatas.“En la semana, debido a dificultades económicas, algunas entrenan en el distrito de Aguablanca con el profesor Gustavo Mosquera, y otra parte trabaja con otros profesores que estamos acá en el Coliseo de El Pueblo. Trabajamos dos y tres jornadas en el día. Si ellas quieren llegar lejos, deben entregarlo todo, esto es duro; pero si trabajas a conciencia, verás los resultados”, asegura Jorge Aguirre, quien durante años se ha encargado de pulir a su medida y puño a puño a los chicos que hoy nos entregan verdaderos logros.El boxeo femenino es mirado de reojo por muchos, sobre todo por quienes aún creen que es un deporte netamente para varones. Sin embargo, la mayor carta de presentación de esta nueva camada en la actualidad es la más destacada pugilista a nivel nacional.En el boxeo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, la caucana Ingrid Lorena Valencia, alumna predilecta de Jorge Aguirre, fue la única que le dio una presea dorada a Colombia a esta disciplina, lo que acredita su proceso y que hoy, como ejercicio recurrente de la vida, inicia una vez más con una nueva etapa que tiene la misma mirada ganadora que aún conserva Ingrid.“Estoy muy satisfecho por lo que logramos durante años con Ingrid Lorena. Este triunfo de ella en Juegos Centroamericanos no es nada distinto al resumen de tanto tiempo de trabajo, y sin duda a todas las bendiciones de Dios, es el único que realmente sabe todo lo que tenemos que luchar. Con Ingrid cumplimos en ciclo importante, siempre que pasa esto y toca comenzar, muchos comentan y creen que no tendremos relevo, pero demostraremos que con estas nuevas chicas vamos a tener más títulos a nivel nacional”, dice el entrenador, quien sin que nadie lo sepa y sin pedir reconocimiento, ayuda a muchas niñas y chicos, para que puedan llegar puntuales a los trabajos diarios.El boxeo es un deporte solitario por naturaleza, es la lucha del pegador o pegadora con su cuerpo, la exigencia máxima para evitar perder por culpa de una buena mano en cualquier round. Hoy, como en el pasado, su realidad no es diferente, a pesar de los logros sustentados con medallas, como es el caso de Ingrid Lorena Valencia; el pugilismo sigue luchando como ha sido su costumbre histórica.“Las mujeres en la actualidad están al mismo nivel de los hombres, y la mejor demostración es lo que acabamos de hacer en Juegos Centroamericanos. Este grupo que tenemos ahora tiene muchas ganas de triunfar y ser las mejores. La ciudad y el Valle pueden estar seguros de que estamos rescatando seres humanos y haciendo grandes deportistas”, explica Gustavo Mosquera, quien en el pasado fue uno de nuestros mejores pegadores y hoy hace un trabajo social en el barrio El Retiro.“A pesar de que dicen que el boxeo es para hombres, a mí me encanta por la disciplina que hay que tener. Yo me siento muy femenina, y no creo que me vea mal porque practico un deporte tan duro como este”, explica Isabela Astudillo, quien se declara seguidora de Ingrid Lorena Valencia.Ellas, todos los días sacrifican por unas horas la vanidad propia de la mujer, muchas para escapar de la pelea que les propone la sociedad machista en la que viven y, de paso, para llenar de oro con sus pequeños puños los colores del Valle del Cauca.El profesorEl tiempo siempre dará la razón, y con el pasar de los años, el trabajo de Jorge Aguirre es ratificado continuamente gracias a la calidad de sus pegadores y la formación que él les ha entregado en silencio. Aguirre hizo a pulso a tres de los mejores pugilistas que ha tenido la región, dos hombres y una mujer. Óscar Rivas hoy se encuentra en Canadá peleando en la categoría de los Superpesados; casi no tiene rival, y él mismo le ha manifestado a El País que existe una gran posibilidad de pelear por el título de pesos pesados en el 2015. Rivas, al lado de Jhonatan Romero, excampeón mundial Supergallo, fueron en su momento los dos boxeadores más técnicos de Colombia, lo que ya es un logro sobresaliente, si se tiene en cuenta que por encima del Valle, en tradición, siempre se le ha dado más importancia al pugilismo de la Costa Atlántica y al antioqueño. Jorge Aguirre es, además, el mayor responsable de la medalla de oro de Ingrid Lorena Valencia en Centroamericanos.El cazatalentosGustavo Mosquera es de esos entrenadores que trabaja en silencio. Al final, por eso es uno de los mejores pupilos de Jorge Aguirre. Mosquera hace una labor extradeportiva que pocas veces ha sido exaltada, ya que se encarga de ayudar a jóvenes del barrio El Retiro, alejándolos del vicio, las malas compañías y las pandillas. Mosquera hizo parte de una generación que como esta también fue brillante, pero que no contó con tanta suerte como la actual. Lo cierto es que hoy se perfila como uno de los mejores entrenadores de la región y relevo generacional del mismo Aguirre.“Me alegra ayudar a las niñas, muchas veces ellas sienten que todo el tiempo pueden ser abusadas. Ellas lo utilizan como un mecanismo de defensa, y después le toman amor a un deporte que es fuerte, pero que las ayuda a ser personas. Con el deporte les mostramos a ellas otra manera de ver la vida”, explica el entrenador, quien se encarga de trabajar a las niñas del sector de Aguablanca.

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