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Carlos Alomía (der) y Cristian Palacios, voleibolistas colombianos. | Foto: Especial para El País

DEPORTES

Dos voleibolistas colombianos viven una tormentosa experiencia en Turquía

Carlos Alomía y Cristian Palacios no tienen agua potable, no les pagan hace tres meses y les dan comida podrida.

22 de noviembre de 2017 Por: Redacción de El  País - con información de Q'hubo

Encerrados, con comida podrida, sin recibir un peso, endeudados, sin ayudar a sus familias con dinero y sin agua potable, así están dos voleibolistas colombianos, uno vallecaucano y otro antioqueño, quienes juegan a nivel profesional en la prestigiosa Liga de Turquía, pero que a gritos piden regresar a Colombia.

Se trata del bonaverense Carlos Alomía y del paisa Cristian Palacios, quienes desde hace cuatro meses viven en la ciudad turca de Ankara, en donde militan en el club Eser Spor Kulübü, institución que no les paga sus salarios desde hace tres meses.

Incluso, esa situación los llevó a que ellos, junto a los compañeros de equipo, no volvieran a entrenar ni a jugar el torneo de la segunda división turca, donde están cerca de ascender a la Superliga.

Desde Europa, Alomía habló en exclusiva con Q’hubo y reveló los momentos de zozobra que viven.

El bonaverense asegura que el club turco, a través de terceras personas, no los quiere dejar ir y les suplican que se queden, pero “ya nos han dicho muchas mentiras, nos incumplen. Cómo vamos a creer si nos tienen comiendo ‘mierda’".

"Nos deben más de 6 mil euros (más de 21 millones de pesos) y nadie nos dice nada. No tenemos ni un peso para irnos, estamos a la deriva. Las deudas crecen”, manifestó con dolor el voleibolista.

La tortuosa vida. Los dos colombianos viven en un muy buen apartamento, con todas las comodidades, sin embargo, “no comemos bien. Nos dan muy mala comida para un deportista de alto rendimiento. La otra vez nos trajeron comida podrida”.

Hasta hace un par de semanas tanto Alomía como Palacios se reunían con jugadores cubanos y brasileros para ir a los centros comerciales o a comer, pero hace unos días optaron por no salir de su residencia por temor a las represalias que pueda haber por la decisión de regresar al país a toda costa.

Es tan cruel lo que viven los deportistas, que “no tenemos agua potable y comprábamos botellas de agua. Ahora al no tener dinero nos toca hervir el agua, así la consumimos”, detalló.

Ingerir ese líquido les ha producido diárrea, pero no se han descompensado. Viven con miedo. Esta actual situación los ha llevado a tomar medidas extremas y desesperadas.

Las personas acá son muy complicadas. Todo el mundo anda armado con pistolas. Preferimos no salir y quedarnos encerrados para no tener riesgo de que tomen represalias con nosotros”, indicó Carlos.

El bonaverense reveló que siente temor y eso lo ha llevado a que en las “noches le echo seguro a la puerta y ventana y busco dormir con un cuchillo para tenerlo al lado porque esta gente es muy cerrada”, comentó

Este tormentoso relato lo quieren acabar los colombianos regresando al país, por eso quieren que alguien les ayude comprándoles los tiquetes de regreso, ya que ni sus familias ni ellas cuentan con el dinero para retornar a casa.

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