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“Con dolor cuelgo el sable”: Carlos Valencia, esgrimista vallecaucano

Carlos Valencia, caleño de pura cepa, múltiple campeón nacional e internacional de esgrima, se va del Valle tras recibir una propuesta de trabajo superior a la de Indervalle. Otras medallas doradas que emigran.

9 de mayo de 2013 Por: ANDRÉS CÁRDENAS -Q'HUBO- Especial para El País.com.co

Carlos Valencia, caleño de pura cepa, múltiple campeón nacional e internacional de esgrima, se va del Valle tras recibir una propuesta de trabajo superior a la de Indervalle. Otras medallas doradas que emigran.

Acongojado, cabizbajo y recogiendo sus ‘chiros’, así transcurre un día de del gran campeón Carlos Valencia, quien deja la esgrima del Valle porque en el departamento de Santander le ofrecieron una estabilidad para mejorar su futuro.Valencia, de 32 años de edad, sablista por naturaleza y monitor de la Liga del Valle, ‘cuelga’ la espada que tantas alegrías le dio en sus 15 años de carrera.El atleta emigra no solo por la propuesta, sino en busca de un mejor futuro, que no le pudo brindar el departamento que ama, el Valle del Cauca. “Me voy por una propuesta de trabajo que me hicieron de Santander, ser el promotor de la esgrima en este departamento, ya que allá no existe". "Además, porque he pensado en un posible retiro del deporte, a nivel federativo no veo un proceso con nosotros los experimentados, por eso con pena y dolor cuelgo el sable”, agregó.Al desligarse Carlos de la Liga del Valle no podrá seguir compitiendo, por ende podría optar por un año sabático, pero el dice que “inicialmente yo llegó contratado como entrenador, quiero seguir estudiando. Si ellos me presentan un plan de trabajo con entrenador podría ser viable seguir como atleta. Pero la verdad a mí no me interesa, lo que quiero es ser el fundador de la esgrima en Santander”.La decisión tomada por el deportista no tiene vuelta de hoja. Piensa que es el momento ideal para conformar una familia: “Yo llevo en la esgrima 16 años, 4 o 5 horas diarias entrenado, los fines de semana compitiendo, me alejé de mi familia, por eso quiero dedicarme tiempo”. Aunque la plata no lo es todo, Valencia es consciente que con los tres millones ochocientos mil pesos que va a devengar, más del doble que lo que le pagaba Indervalle, podrá vivir mejor, continuar sus estudios y terminar la carrera de Deporte.Aún sabiendo el deportista que su vida mejorará y tendrá una estabilidad, el dinero no puede tapar el sentimiento profundo que tiene al partir de su ciudad natal, y con los ojos llorosos dice: “Duele muchísimo irme. Mi Dios sabe como hace sus cosas. Yo lo he tratado de tomar con calma, además porque es mi posible retiro. Lo que más me duele es dejar mis alumnos de la liga. Ver que un niño de 8 años se me acerca y me dice gracias por todo lo que me enseñó, eso me partió el pecho”.Son muchos los sacrificios que hará el esgrimista por dejar su terruño, pero sobre todo gente muy querida. “Me duele dejar cosas pendientes acá, pero hay sacrificios que debo realizar para alcanzar cosas mejores. No es lo mismo encontrarse con una persona profesional que con un simple deportista, eso a la hora de conformar una familia pesa y la quiero tener”. Indervalle, a través del gerente, Luis Fernando Martínez, intentó retener a Carlos Valencia, pero fue imposible. “Yo hablé con el gerente y le conté la propuesta. De acuerdo a eso, él me dijo que lo único que podía hacer es que a partir del segundo semestre me aumentaría el salario como monitor a millón y medio y seguiría recibiendo los ochocientos mil pesos como deportista, más la seguridad social, incluso la misma Liga del Valle me ofreció algo más para quedarme, pero pues no acepté, porque yo necesito una estabilidad, pienso en mi futuro”. El corazón de Carlos seguirá pegado a los colores deportivos de la región, el rojo y blanco, por eso su ilusión y proyección es volver al Valle pero como entrenador.

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