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Caterine Ibargüen: en los focos del mundo

A la atleta de Apartadó, Antioquia, solo le falta un sueño después de ser campeona de salto triple mundial: ganar oro en los Olímpicos.

17 de agosto de 2013 Por: Redacción El País y Agencias

A la atleta de Apartadó, Antioquia, solo le falta un sueño después de ser campeona de salto triple mundial: ganar oro en los Olímpicos.

Es curioso: Caterine Ibargüen siempre tiene que vencer algo más que a sus competidores. Siempre. Le sucede en general en su vida. Esta semana, cuando ganó el oro en salto triple en el Mundial de Atletismo de Rusia, por ejemplo, no solo tuvo que saltar más que sus rivales, llegar más lejos, romper marcas, sino que además debió vencer algo quizá más complicado: cólicos. En vez de entrenar para el gran salto de 14,85 metros que dio —el mejor de la temporada— para superar por cuatro centímetros el mejor intento de la rusa Ekaterina Koneva, que se quedó con la plata, Caterine se encerró en la habitación de su hotel. "De verdad me puse muy mal, estuve muy enferma, pero yo tenía que hacer lo que tenía que hacer". Ganar, por su puesto. Algo parecido le había sucedido justo hace un año, en agosto de 2012, durante los Juegos Olímpicos de Londres.El sábado 4, un día de antes de competir en el salto triple, le apareció una lesión: contractura isquiotibial. Es una noticia terrible para un atleta. Algo así como si a un narrador de fútbol le advirtieran un día antes de un partido que se iba a quedar sin voz. La contractura isquiotibial genera un dolor intenso, la recuperación es lenta. Caterine, en cambio, se reía cuando el periodista César Augusto Londoño la entrevistaba. "A mí me están es consintiendo", dijo. Y sí, su fisioterapeuta, Carolina Caicedo, masajeaba y masajeaba sus piernas, le ponía hielo. Y el domingo, Caterine saltó 14,80 metros como si nada, quedó segunda detrás de Olga Rypakova, ganó plata para Colombia. El entrenador cubano Juan Carlos Ibáñez ha advertido ese detalle. La mente de Caterine es especial. Es decir: en lo psicológico, sabe cómo superar las adversidades con aparente facilidad. En la respuesta que le dio a César Augusto Londoño, por ejemplo, hay una pista de su carácter: Caterine no piensa en el problema que se presente. Se concentra, en cambio, en el objetivo, su sueño, ganar. Es lo que justamente enseña con palabras. "Siempre he tratado de dar el ejemplo a mis compañeros y a los niños de que sí se puede, de que hay que soñar. Ese es el trabajo social que estoy realizando desde mi posición de deportista". Y soñar, sí, empuja a soñar pero sobre todo a luchar, la palabra que más se repite en su reseña de vida. Reseña, porque aún la gran historia de su vida está por escribirse. Caterine Ibargüen nació hace 29 años en Apartadó, Antioquia. Y, como en toda historia de súper héroes y ganadores, siempre hay un villano a vencer, esa pobreza también tan común y repetida en las hazañas de los campeones. Caterine hacía los mandados siempre corriendo, por cierto. Era una manera de divertirse.Los de su infancia fueron días difíciles. Caterine creció en un hogar de padres separados que partieron de casa para buscar mejor suerte. En realidad la que la crió fue su abuela, Ayola Rivas, que le ordenaba acostarse temprano y la instruía en discernir muy bien con quién hablar, con quién definitivamente no, por cuáles zonas andar. Como la pobreza, la violencia de donde nacen es otro de los villanos comunes en las historias de los súper héroes, los campeones. Ayola Rivas logró custodiar a Caterine de la guerra entre el Estado, la guerrilla, los paramilitares. Caterine estudió la primaria y parte del bachillerato en el colegio San Francisco de Asís. Fue allí, unos meses antes de cumplir 14 años, que empezó a saber qué quería en la vida. El profesor Wílder Yein Zapata Medina la observó atento en unos juegos intercolegiados. Se le despertó su olfato. Esa niña de piernas largas es distinta a las demás. Wílder la motivó en el deporte, la descubrió, le aconsejó irse para Medellín, una ciudad con mejor infraestructura deportiva para intentar lograr eso de ser alguien en la vida. Caterine quería ser una deportista de alto rendimiento. Primero pensaba que la velocidad, ser velocista, era el camino. En Medellín se topó con Regla Sandino, una profesora cubana, que le dijo que estaba equivocada. "Lo tuyo, muchacha, es el salto. Dedícate a saltar". Regla lo advirtió en un detalle: la potencia de las piernas de Caterine, capaces de asuntos que parecen imposibles: saltar cuatro carros juntos. El profesor también cubano Ubaldo Duany la terminó de formar. En las practicas le recordaba un objetivo: ser la mejor del mundo en salto triple. Caterine lo logró justamente esta semana. La campeona, que también es enfermera, sin embargo, ya piensa en una meta más: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Ella vuelve a soñar, a visualizar, a empezar de nuevo.Frases° "Sin Ubaldo Duany este triunfo no hubiera sido posible. Él me enseñó a soñar, a que viera que sí era posible, que estamos a nivel mundial y estamos trabajando para una mejor marca...Para mí él es un padre".° "Ahora vendrán los Juegos Olímpicos en Río, mi entrenador me cuida para buscar otra medalla... vamos a ver".° "Este fue el resultado de un gran trabajo que se ha hecho y de un gran apoyo que hemos tenido".Caterine Ibargüen, Campeona Mundial.Números71 kilogramos pesa la campeona del mundo en salto triple Caterine Ibargüen.5 medallas de oro ha conseguido Ibargüen en Juegos Suramericanos. No tiene rival.

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