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Ricardo Gareca deberá buscarle reemplazo al lesionado Juan Manuel Vargas.

ELIMINATORIAS A RUSIA 2018

Argentina - Perú: la revancha del 'Tigre' Gareca (opinión)

El fútbol lo quiso así: hace 32 años el ‘Tigre’ dejó a Perú fuera del Mundial. Ahora podría pagar la deuda ante la propia Argentina.

25 de septiembre de 2017 Por: Por César Polanía - Editor de Afición

Como jugador, Ricardo Gareca nunca fue a un Mundial. La selección le negó dos veces esa posibilidad. Lo hizo primero el técnico César Luis Menotti, cuando decidió dejar al ‘Flaco’ en casa en vez de llevarlo a la cita en España 82. Y cuatro años más tarde le dio ese batacazo Carlos Salvador Bilardo, para la Copa de México 86, donde los gauchos, de la ‘mano’ y la zurda prodigiosa de Maradona, fueron campeones. Pero la ausencia en España no pudo dolerle tanto a Gareca como sí sucedió con el Mundial que organizaron los mexicanos. Porque a esta Copa, el ‘Tigre’ se había ganado el cupo con tintes de heroísmo.

Vale la pena refrescar el episodio. Argentina tenía embolatada su clasificación al Mundial luego de perder con Perú en Lima 1-0, el 23 de junio de 1985, con gol del delantero Juan Carlos Oblitas. Una semana después, ambas selecciones volverían a verse las caras en Buenos Aires y los peruanos, con una victoria, tendrían tiquete para México. Dos hechos harían imborrable para la memoria aquel juego en el Monumental de River: la celosa marca del volante Luis Reyna a Maradona, que lo siguió hasta las duchas respirándole siempre en la nuca, y la manera dramática como los argentinos obtendrían el boleto para el Mundial.

Cuando transcurrían apenas 12 minutos del partido, Pedro Pablo Pasculli puso en ventaja a Argentina y el estadio se quería caer. Pero en el 23, Juan José Velásquez apagó los ánimos de los fanáticos argentinos que se apostaron en el Monumental al emparejar la pizarra, y en el 39 Gerónimo Barbadillo enmudeció todo el escenario, al poner el 2-1 y presagiar una ‘tragedia’ mayúscula.

Pero en el minuto 80 Argentina volvió a vivir. Daniel Pasarella se vistió de delantero y lanzó un remate cruzado dentro del área peruana que venció al arquero Eusebio Acasuzo, pero la pelota se estrelló en el vertical derecho y se vino acariciando la línea de gol, como en cámara lenta, a la espera de que Gareca la empujara a la red o Javier Chirinos la despejara. El ‘Tigre’ pegó primero. Bilardo y sus muchachos acababan de meterse al Mundial de México 86. Menos el ‘Flaco’. Lo supo meses después, cuando el técnico publicó la lista definitiva de la convocatoria.
Muchos años después de recibir tal mazazo, Gareca confesó que ese había sido el trago más amargo de su carrera como futbolista: “tenía expectativas muy importantes en la Selección y no se me cumplieron. Fue un golpe muy duro no ir al Mundial”.

El próximo 5 de octubre, Gareca, ahora entrenador, tendrá uno de los partidos más importantes de su vida. Dirigiendo justamente a Perú, enfrentará en el estadio la Bombonera de Boca a la Argentina de Jorge Sampaoli y Lionel Messi. Una victoria de los incas los dejaría con un pie en el Mundial de Rusia 2018 y mandaría a los gauchos directo al abismo, a la catástrofe, a la tragedia de la que los salvó el propio Gareca hace 32 años. Así es el fútbol. Fabrica los escenarios más inverosímiles para vitorear héroes y fusilar villanos.

Ese partido del 5 de octubre encierra todo el morbo posible. Porque hace 32 años, Gareca, el jugador, condenó a los peruanos y los apartó de la cita en México 86, pero el ‘Flaco’ terminó prácticamente haciéndoles compañía y tuvo que ver, desde su casa, cómo sus compañeros alzaban la Copa en el Azteca. Y ahora, como entrenador, podrá disculparse de una manera bonita, elegante y heroica si vence a la que un día fue su selección. Una suerte de revancha que el fútbol quiso así.

Un dato adicional, y quizás trascendental, si se tiene en cuenta lo cabalistas que son los argentinos. La única vez que se quedaron fuera de un Mundial fue en la cita de México 70. El verdugo fue Perú con un empate 2-2. El autor de los goles peruanos fue ‘Cachito’ Ramírez. El escenario fue la Bombonera, como ahora. Y allí estará sentando este 5 de octubre el tal ‘Cachito’. ¡Qué partido!

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