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Abandonar la discusión es una actitud digna: Presidente del Consejo de Estado

El presidente del Consejo de Estado, magistrado Mauricio Fajardo, explica por qué esa Corporación se mantiene al margen de la reforma a la Justicia.

2 de diciembre de 2011 Por: Colprensa

El presidente del Consejo de Estado, magistrado Mauricio Fajardo, explica por qué esa Corporación se mantiene al margen de la reforma a la Justicia.

Innumerables han sido los intentos por reformar la justicia nacional, sin que alguno haya llegado lejos. Los más recientes fueron los del expresidente Álvaro Uribe, quien arrancó su primer mandato (2002) con la firme intención de darle cristiana sepultura al Consejo Superior de la Judicatura. Hoy, nueve años después, ese propósito no se recuerda más que como un intento fallido.La semana pasada el Consejo de Estado, la única corte con capacidad para proponer reformas constitucionales al Congreso, se apartó de las discusiones que se vienen dando en el Legislativo al proyecto de reforma a la Justicia.Las razones: el caso omiso que, según Mauricio Fajardo, presidente de esa Corporación, hizo el Congreso a sus recomendaciones, y la pírrica suma que del presupuesto se le está asignando a la Rama Judicial, por lo cual -dice- no es posible afrontar los retos que tiene la justicia.De todas las dificultades, el punto que parece causar más indignación es el relacionado con las facultades que se le darían a la Sala Disciplinaria del Consejo de la Judicatura, al punto de considerar que éstas afectarían la independencia de los poderes y la autonomía de la Rama Judicial.Mauricio Fajardo, presidente del Consejo de Estado, habló de estos temas, además de la tensa calma que se siente sobre la relación con el ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra.¿Qué significa el retiro del Consejo de Estado de las discusiones sobre la reforma a la justicia?El Consejo de Estado hizo un esfuerzo serio y profundo para identificar los problemas de la administración de justicia, y tras seis meses de estudio presentó su proyecto. Ese esfuerzo, hemos podido constatar, solo ha sido considerado en un plano protocolario. Por eso nos retiramos. Pero no quiere decir esto que no sigamos haciendo un seguimiento al tema.¿Cómo quedaría la justicia con lo que hasta ahora va en el Congreso?El texto hasta ahora no da una respuesta efectiva a los problemas estructurales de la justicia, como: la exagerada congestión y la garantía de acceso a la justicia. Hay una disparidad entre los aspectos que fueron anunciados y los que han sido acogidos.¿Qué les preocupa especialmente de la diferencia entre lo que se propuso y lo que avanza en el legislativo?No hay consistencia, ni coherencia, tanto por los anuncios que se habían hecho, como por las propuestas que se incluyeron, pues era claro que se requerían importantes modificaciones en la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura. La Sala Disciplinaria debía ser modificada de una forma importante, con reformas de fondo, de estructura y funcionamiento. Paradójicamente encontramos que esa sala no sólo no se modifica, sino que es fortalecida en sus funciones. No se examinan los cambios propuestos y se mantiene su origen y estructura.¿Cuál es el problema en esa sala?Nos parece que es absolutamente necesario garantizar la autonomía de la rama y evitar que la disciplina a los funcionarios judiciales la apliquen agentes externos a ella. Los integrantes de esa Sala vienen de ternas que conforma el Presidente y que elige el Congreso.¿Está en peligro la justicia por cuenta de este tipo de hechos?Lo que le puedo decir es que hay que resguardar la independencia y la autonomía de la rama judicial. Hay que evitar que la disciplina a los funcionarios judiciales la apliquen agentes distintos a los propios judiciales, y eso se está viendo afectado por el origen de algunos magistrados.¿Qué otra facultad nueva se le da en el proyecto a la Sala Disciplinaria?Ahora se pretende que la Sala Disciplinaría no sólo discipline a los jueces, sino le amplía esa facultad sobre todos los empleados del poder judicial. Así las cosas, la Sala Disciplinaria vendría siendo el superior de todos los funcionarios de la Rama y ni los magistrados podrían hacer nada frente a sus empleados directos.Se dice que la Sala Disciplinaria quiere ser convertida en la Sala de Gobierno que se crearía para administrar justicia, donde además se elegirían magistrados, ¿cómo ven esa posibilidad?Ahí existe un debilitamiento de la autonomía de la rama judicial, y como Consejo de Estado no compartimos esas propuestas, ni seguir asistiendo a una discusión en la que nuestras apreciaciones y observaciones son, a duras penas, consideradas de manera protocolaria.Ustedes son los que lideraron la participación de los magistrados en la reforma a la justicia y se veían como representantes de las otras cortes. ¿Con ustedes también se retira la Corte Suprema?El pronunciamiento del Consejo de Estado compromete solo a nuestra corporación y mal podemos anticipar cuál pueda ser la posición que tomen las otras.En cuanto a la molestia por el tema de recursos para la rama, ¿cuál fue la gota que derramó la copa?La propuesta del Consejo era que anualmente la participación de la rama en el presupuesto general de la Nación, sin incluir a la Fiscalía, fuera del 5%. En la propuesta que avanza, infortunadamente lo que se ha aprobado incluye una formula insuficiente y no seria. Porque se establece que la asignación para la rama sería del IPC más dos puntos, por lo que si la inflación, como parecer ser, se reduce a 2% ó 3%, el presupuesto crecería menos de lo que crece hoy, que de por sí es un crecimiento vegetativo.¿Qué le dicen al Estado hoy?Creemos que ya es hora de que el Estado haga una reflexión sería, profunda acerca de cuál es el papel llamado a cumplir por la Rama Judicial. En 2011 la participación de la rama judicial en el presupuesto del Estado a duras penas es del 1,4%, y en 2012 sólo será del 1,3%.¿Esta es una disputa por los recursos?No, es una actitud responsable, seria y digna.¿Hay posibilidad de volver a sentarse a la mesa con voceros de los otros poderes?Por ahora no lo tenemos contemplado. Las circunstancias del debate y el avance nos permiten pensar que esto no tiene sentido. Lo que no descartamos es a futuro asumir alguna actuación distinta, de acuerdo a lo que vaya sucediendo.¿También tuvo que ver en su decisión el tema del fuero militar y otros que se incluyeron a última hora?Ese tema no fue anunciado como parte de la reforma, ni incluido. El fuero militar se presentó el primer día del debate, a punto de hacerse la votación, por eso creemos que ese tema es ajeno a lo anunciado.¿Debió ser analizado ese aspecto en otro escenario?Sí. Pues, además, el tiempo dedicado a ese tema ha distraído el debate de temas de mucha importancia para la administración de justicia.Si el proyecto es aprobado como va, ¿estarían en riesgo la justicia y la separación de poderes?Al menos en algunos puntos fundamentales, sí.Se esperaba que la creación del Ministerio de Justicia sirviera para tender un puente entre las cortes, el Congreso y el Ejecutivo. ¿Ha sido así?Hemos tenido una relación muy formal, pero eso no excluye que el Consejo de Estado haga sus balances y tome sus decisiones.Ustedes han sido claros sobre no querer que el Ministro de Justicia tenga asiento en la futura Sala de Gobierno, ¿eso ha afectado las relaciones con el jefe de la cartera?Nuestra posición no está dirigida al ministro (Juan Carlos) Esguerra, es una posición que busca que la rama judicial sea independiente del Gobierno, y el Ministerio de Justicia hace parte del Ejecutivo.¿Ya hablaron del tema con el Ministro de la Justicia?No. No hemos intercambiado opiniones.¿Estará pasando lo que sucede con el expresidente Álvaro Uribe y el presidente Juan Manuel Santos, que uno no le contesta las llamadas al otro?No, no sé. No me meta en asuntos distintos a los que estamos hablando (risas).

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