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“A lo que nadie se le quería medir, me le medí yo”: Eduardo Lara, técnico del América de Cali

El único recuerdo grato que deja Eduardo Lara en América es el título del Torneo Postobón I. Lo demás, para olvidar. Borrón y cuenta nueva.

12 de diciembre de 2012 Por: El País.com.co

El único recuerdo grato que deja Eduardo Lara en América es el título del Torneo Postobón I. Lo demás, para olvidar. Borrón y cuenta nueva.

Hace un año la tormenta arreciaba sobre el nombre de Wilson Piedrahita, quien estaba en el banquillo del América de Cali cuando los ‘diablos rojos’ perdieron la categoría, también por la vía de la Promoción y a manos de un equipo de la B, Patriotas Boyacá.Hoy el huracán arremete sobre Eduardo Lara Lozano, exitoso técnico vallecaucano al frente de varias selecciones Juveniles con las que jugó Campeonatos Mundiales; exseleccionador Nacional en las pasadas Eliminatorias para el Mundial Sudáfrica 2010 y quien no llevó a feliz término la famosa ‘Operación Retorno’.Cuando llegó al banquillo americano, en diciembre de 2011, dijo que su meta era regresar al equipo al lugar de donde nunca debió salir y, de paso, adelantó que una vez consumada la gesta se marcharía. Entonces estaba absolutamente convencido de que los ‘diablos rojos’ sólo estarían una temporada en el sótano y que de su mano saldrían del fondo. Hoy, un año después, lo único que tiene seguro el profesor Lara es su partida, claro está, por la puerta trasera. La noche del martes (diciembre 11), en el estadio General Santander de Cúcuta, el equipo de don Eduardo resignó la última esperanza que tenían para evitar el fracaso, aunque realmente esa ilusión se había desvanecido para gran parte de la parcialidad roja el pasado 7 de diciembre, cuando América fue ‘humillado’ en el Pascual Guerrero a manos de un Cúcuta que los aterrizó. Antes habían sido advertidos por el joven Alianza Petrolera, la otra pesadilla del equipo en la temporada de 2012.”Hay que reconocer cuando las cosas no se dan, el único responsable soy yo y sólo queda decirle a los hinchas que siempre quise llevar ale quipo a la A, pero no se dieron las cosas”, manifestó Eduardo Lara tras el partido de Vuelta contra el Cúcuta (ganaron 1-2), en diálogo con La Banda Deportiva, de Antena 2. “Es una derrota grande, vine con una misión, la quise cumplir pero lastimosamente no se pudo. Quería ser campeón. Ya no hay nada que hacer”, complementó.Sigue y, en gran parte, seguirá siendo incierto lo que realmente pasó en el seno del América, sobre todo en el marco de los partidos por la Promoción. La cuestión pasó de lo deportivo a lo extradeportivo, cuando varios jugadores referentes salieron a decir que su bajísimo rendimiento durante el juego de Ida (1-4 en el Pascual) se debió al uso indebido de un suero (ayuda ergogénica), que los diezmó e hizo sentir como si tuvieran “ladrillos en las piernas”. Ese argumento no caló en la conciencia del hincha.”No había tanta diferencia con el Cúcuta en lo futbolísico. Pasó algo muy raro, pero cualquier cosa que diga ahora suena como si estuviera abriendo el paraguas. El único responsable soy yo”, expresó el adiestrador oriundo de Pradera, Valle del Cauca.En medio de las polémicas por el asunto de los famosos sueros y frente al destrozado corazón del hincha Rojo, Eduardo Lara asegura que se va del América “con la conciencia tranquila, traté al máximo de hacer las cosas bien, los jugadores que trajimos para el segundo semestre no son malos pero seguramente no pudieron superar la presión que significaba jugar en América”.”A lo que nadie se le quería medir, me le medí; no se dieron las cosas, pero lo único que espero es que la persona que venga a trabajar, sea Diego (Umaña) o Jaime (De la Pava), tenga toda la suerte del mundo y pueda llevar al América a la A”, sentenció el profesor Lara, quien pasó de héroe a villano, de la gloria del primer semestre al infierno del segundo. Lastimosamente su huella no quedará marcada en la memoria y el sentimiento de la ‘Pasión de un Pueblo’. Lastimosamente lo que dijo el 8 de octubre, tras empatar en casa con la Universidad Autónoma del Caribe, hoy se convierten en palabras que hubiese querido no pronunciar jamás. Ese día, con la sangre caliente por las rechiflas de un fanatismo que ya venía inconforme, Lara expresó: "Si me rechiflan, después van a tener que aplaudir”. ¿’Después’ cuándo?

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