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Imagen de ‘A buen entendedor’, obra presentada por el TEC en el Festival Zicosur de Chile en enero pasado. | Foto: Especial para El País

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La mala hora que viven los teatros de Cali

Las salas concertadas de la ciudad se declararon “desconcertadas” ante la respuesta de la Secretaría de Cultura respecto a los recursos para el teatro.

16 de diciembre de 2019 Por: Redacción de El País

Más de 1500 obras de teatro presentan, anualmente, las 15 salas concertadas que hay en Cali, que durante este año funcionaron con su gestión y recursos propios o prestados, y no recibieron de la Secretaría de Cultura municipal la adición presupuestal que el alcalde, Maurice Armitage prometió el pasado 10 de septiembre.

“Hay salas de teatro que están a punto de que les corten los servicios de energía y alcantarillado, porque no recibieron un peso desde el año pasado. La Secretaría de Cultura con la tramitología este año decidió que solamente iba a apoyar a las salas de teatro que ganaran la convocatoria con el Ministerio de Cultura. Ganamos 10 salas, 5 se quedaron por fuera y la Secretaría de Cultura tampoco las apoyó, entre ellas el Teatro Experimental de Cali, Espacio T, CTI y El Presagio, que tienen programación permanente. Le pedimos audiencia al Ministerio de Cultura, hablamos en marzo, en Proartes, con dos funcionarios de esa entidad y con Luz Adriana Betancourt, secretaria de cultura. Les dijeron que cada sala es diferente, exclusiva, que podían contratar a cada una independientemente, a nivel nacional se hace por convocatoria porque es un territorio amplio, mientras que en Cali son 15 salas y lo pueden hacer distinto. Pero ese consejo fue desatendido por la Secretaria”, afirma Beatriz Monsalve, del Teatro Salamandra.

“Venimos recibiendo el mismo recurso, $330 millones desde hace cinco o seis años. Esta administración nos puso muchos peros. Además, nosotros hicimos una gran denuncia pública pidiendo que nos dijeran dónde estaban los contratos de las salas de teatro este año y le mandamos una invitación al Alcalde para que visitara las salas”, agrega Monsalve.

La directora de Salamandra cuenta que, “el 10 de septiembre, las salas de teatro que no tenían contratos se reunieron con el Armitage, quien reconoció delante de la Secretaria de Cultura y de la Jefe de Contratos de la Alcaldía que en cuatro años que llevaba como Alcalde no conocía de las salas de teatro, que la Alcaldía de Cali tenía una deuda con estas y que, por lo tanto, aprobaba una adición de $650 millones, para completar los mil millones con los 300 y pico millones que ya teníamos. Desde ese momento la contratación y la Secretaría de Cultura quedan con la instrucción de ejecutar el recurso y asignarlo. Tuvieron tres meses para hacerlo y se enredaron con burocracias, pidieron conceptos al Ministerio de Cultura para ver cómo podían contratar estas salas, pero los desatendieron”.

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El jueves pasado, Betancourt publicó en la página oficial de la Alcaldía un comunicado en el que asegura que el alcalde saliente y el entrante acordaron que el recurso se asignará el año próximo, lo que tiene más descontento al gremio teatral.

“Estamos cansados de que la Secretaria de Cultura de Cali salga a los medios de comunicación, en réplica de lo que nosotros denunciamos, diciendo mentiras, poniendo cifras que no tienen que ver con el punto central de esta discusión, que es el recurso para el funcionamiento de las salas de teatro de Cali, no estamos hablando de recursos de Ley de Espectáculos Públicos, en donde también dejó de asignar dineros ganados por las salas, como Esquina Latina, que no ejecutó ni entregó”, afirma Monsalve.

“El recurso de Ley de Espectáculos Públicos es un parafiscal, no es un recurso de la Alcaldía de Cali, lo pagamos las salas, porque pagamos la Ley de Espectáculos, ella revuelve todo eso, para mostrar una gran cifra de apoyo al teatro y es una gran mentira”, añade.

Por su parte, Orlando Cajamarca, director del Teatro Esquina Latina, considera que aunque no aspiran a tener un financiamiento del 100 % por parte del Estado, su contribución es mínima para toda la actividad que cumplen nuestras salas. “Ellos no distinguen entre una obra de teatro y una obra civil y exigen los mismos pasos, dilatan mucho los procesos y hasta desacataron las instrucciones que Armitage les dio en la pasada reunión donde aseguró que quería irse de la Alcaldía compensándonos con un recurso de $1000 millones y aportando otros $1000 para el año entrante”.

Ahora, dice Cajamarca, “publica la Secretaria que queda a voluntad del alcalde electo, Jorge Iván Ospina, el asignar este recurso, cuando todos sabemos que él no puede comprometerse a nada hasta que no tome posesión de su cargo”.

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En cuanto a la Ley de Espectáculos, según el director de Esquina Latina, la Secretaria de Cultura en vez de ser una facilitadora de ese recurso, lo complicó.

“Para algunas salas lo que iba a ser un estímulo se les convirtió en una tragedia, le apostaron a la convocatoria y ganaron, pero la tramitología los asfixió, y se agotaron, perdieron plata y hasta su espacio. Otros proyectos teatrales ni siquiera fueron considerados porque les ponían tantos condicionamientos, que hicieron que entidades como Esquina Latina nos negáramos a aceptar condiciones leoninas en la contratación”.

Monsalve coincide en que “el recurso se perdió, y hay salas en este momento que la están pasando muy mal porque contaban con este para mejorar sus condiciones”.

Por su parte, Betancourt dice que “en esta vigencia 2019 nosotros teníamos contratados $357 millones para apoyar a las salas de teatro que tienen escenario propio, esto se hizo a través de una convocatoria del Ministerio de Cultura a nivel nacional y las diez salas que ellos seleccionaron las apoyamos. Adicionalmente, por la convocatoria Estímulos vinculamos a otras dos, el Teatro Experimental de Cali y El Presagio”.

Sin embargo, agrega que “de las 15 salas de teatro que hay en Cali, que son entidades sin ánimo de lucro, hay tres que no entraron en ninguna de esas dos convocatorias, el Colectivo Teatral Infinito, Espacio T y El Telón, estas junto a las otras 12, se reunieron con el alcalde Armitage y le pidieron que tuviera en cuenta que el recurso con que los estábamos apoyando, donde la que más recibía era $42 millones, algo insuficiente, y que comparado Cali con Bogotá y Medellín, era mínimo. El Alcalde se comprometió a adicionar este año $642 millones y nos lo aprobó en un comité de política fiscal, y ese recurso lo adicionamos a la Secretaría de Cultura y formulamos un proyecto a Planeación Municipal para responder a ese compromiso”.

Dice la funcionaria que lo que complicó la asignación del recurso fue el decreto 092, que entró en vigencia el 1 de junio de 2017, que restringe la contratación directa con entidades sin ánimo de lucro y estimula a que hayan procesos competitivos donde tengan las salas que medirse por su capacidad artística, administrativa y trayectoria. Pero este no era un caso para hacer un proceso competitivo porque acá ya se sabía cuáles eran las salas de teatro que tiene Cali y a las que se quería apoyar”.

Fue en ese momento donde las salas presentaron una propuesta de hacer este mes de diciembre seis días de un festival de teatro de puertas abiertas donde el público entrara gratis a 90 obras, cada una con un costo de $6 millones más el alquiler de salas, el pago de director y el productor. Finalmente, el encuentro no se hizo. “el gran damnificado al final fue el público que estimaban fueran 5000 personas”, explica Beatriz Monsalve.

“Trabajamos sobre esa propuesta, pero se generaron muchas dudas jurídicas. El pasado 11 de diciembre el concepto que nos da el Departamento de Contratación es que lo más viable es hacer un proceso competitivo, que se publica en el portal Colombia Compra Eficiente, hay que recibir ofertas de cualquier lugar del país, evaluarlas y compararlas y elegir al mejor, pero esto nos tomaría hasta tres semanas, eso significaría que el contrato estaría firmándose en la última semana del gobierno de Armitage, y consideramos irrespetuoso firmar un contrato en la semana en que ya entregamos administración”, responde Betancourt.

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Fue por eso que prefirieron informarle al alcalde Ospina para pedirle que si el recurso no se alcanzaba a ejecutar en esta vigencia de 2019, se le respetara a la Secretaría de Cultura y se volviera a adicionar en 2020 para ser invertido en estas mismas salas de teatro. “Ospina estuvo de acuerdo, se comprometió a que después de hacer el balance de los recursos, entre enero y febrero, este dinero volvería a la Secretaría de Cultura. Confiamos en la palabra del Alcalde, es muy sensible al tema cultural, lo conoce y aprecia como el que más”, explica la funcionaria saliente.

Para los voceros de las salas concertadas la respuesta de la Secretaria de Cultura no satisface sus expectativas, porque consideran que no hay un documento que garantice lo acordado entre los mandatarios caleños.

Para Susana Uribe, del Teatro La Máscara, “esperamos de todo corazón que con la nueva administración podamos tener unos acuerdos, unas concertaciones, trabajando en conjunto por unas políticas culturales que estén ajustadas a las necesidades de los beneficiarios de la cultura en Cali”.

En sus palabras

“Nos dieron el mismo recurso de este año y del pasado, además se entrega por convocatoria, ahora tenemos que concursar por el mismo recurso. No nos oponemos a la convocatoria, pero si es con más recursos”, explica Beatriz Monsalve, directora del Teatro Salamandra.

“Diez salas fuimos contratadas a última hora en octubre y noviembre para ejecutar los $300 millones que habían, pero no se ejecutaron los recursos adicionales que correspondían a 15 salas, cinco quedaron por fuera y las otras quedamos con un recurso que no alcanza. Hicimos los ajustes presupuestales para este año, cosa que ya no podemos proyectar y tendremos que mirar de dónde sacarlos”, agrega.

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