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Sí paga Ser Pilo

Ser Pilo sí pagó. Esperamos que el Gobierno reconsidere su posición al respecto.

9 de septiembre de 2018 Por: Redacción de El País - Colprensa 

Muy lamentable la decisión de la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, de no continuar con el Programa Ser Pilo Paga como lo conocemos. En el fondo no solo es un problema de financiación de la educación, que ha sido un problema estructural, sino también de relectura acerca de la prestación del servicio público de la educación superior. Además, para la región será una pérdida muy grande, ya que las Universidades de Cali hemos sido muy atractivas para aspirantes pilos de la región suroccidental del país.

El programa Ser Pilo Paga constituyó un hito de inclusión en el país. Estaba focalizado en las personas más necesitadas y premiaba a los estudiantes con mayor mérito. El programa se diseñó para desarrollarlo en Universidades Acreditadas Institucionalmente de Alta Calidad. Y así, se logró ampliar la cobertura de calidad del país desde el primer año y se llegó a la meta de los 40 mil cupos.

¿Y qué se logró? Por una parte, una dinámica bien interesante de mejoramiento de las pruebas Saber 11 en el país, tanto así que anualmente el ministerio de Educación elevó el mínimo de puntaje para seleccionar a los beneficiarios. Se llevó una luz de esperanza a muchos colegiales que no tenían ninguna opción en su vida de llegar a la universidad de calidad. Para una democracia pluralista es fundamental que el servicio educativo sea también plural que haya distintas tendencias y acentos diversos enriquecedoras de la democracia.

Al estudiante se le dio la posibilidad de postular entre las Universidades Acreditadas. Ejerciendo así el derecho constitucional de escoger el tipo de educación entre las de calidad. Pues bien, en su libertad los estudiantes eligieron principalmente las privadas. Entre otras, porque no había suficientes cupos para los pilos en las oficiales, y también porque el Proyecto Educativo Institucional de las privadas y sus servicios complementarios los atraían.

Pero volvamos a los puntos de fondo: la financiación a la educación y la concepción de servicio público prestado tanto por oficiales como por privados sin ánimo de lucro.

La financiación de la educación ha aumentado. Fue uno de los logros del país en los últimos cuatro años, cuando la educación se trató de poner en el primer punto de la agenda nacional. Recordemos cómo celebrábamos que por primera vez el país destinaba más recursos a la educación que a la guerra. En la asignación de las prioridades el Ministro de Hacienda Carrasquilla no se puede equivocar, y mucho menos el Presidente Duque. Por ello, es sorprendente que se termine con un Programa educativo exitoso, aduciendo que no hay plata para educación. Es un error, poner en contraposición Ser Pilo Paga con la financiación de las universidades oficiales. No deben ser excluyentes, sino complementarias. Y lo será así si priorizamos la formación de las futuras generaciones.

Finalmente, la concepción de servicio público que el presidente Duque ofreció en campaña se deslindaba claramente de la posición de Petro, precisamente porque consideraba que los privados podían gestionar lo público de manera eficiente. Hacer una relectura del servicio público de la educación sólo por el lente de las universidades oficiales es democráticamente restrictivo. Tanto privadas como oficiales prestan un mismo servicio público.

Ser Pilo sí pagó. Esperamos que el Gobierno reconsidere su posición al respecto.

*Rector Universidad Javeriana Cali

Sigue en Twitter @RectorJaveCali

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