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El alcalde Jorge Iván Ospina, y los operadores de aseo, realizaron un recorrido por los puntos críticos de basuras. | Foto: Foto: Raúl Palacios / El País

ALCALDÍA DE CALI

¿Por qué Cali se ve tan llena de basuras?

Los bloqueos debido al paro nacional, además de accidentes y derrumbes en la carretera al relleno, entre las explicaciones a las demoras en la recolección. Falta de civismo también ensucia a la ciudad.

12 de enero de 2020 Por: Santiago Cruz Hoyos - editor de Crónicas

Todos los días los operadores encargados de limpiar la basura en Cali recogen entre 1700 y 2100 toneladas de desperdicios. Los lunes y los martes se deben esforzar más. Los llaman ‘frecuencias altas’ o ‘jornadas pico’. Son los días que más basura hay en las calles, la mayoría generada el fin de semana, cuando casi todos estamos en casa.

En las bolsas hay sobre todo comida. El 60% de la basura son residuos orgánicos. El resto son desechables, plástico, papel, cartón, huesos, residuos de jardín, metales, vidrio, madera, textiles, jeringas, condones, arena con heces de gato, botellas con conchos de ron, tarros con tinta de impresora y mil cosas más.

Los operadores que limpian todo ello tienen la sensación de que su trabajo es “desagradecido”. Por más que limpien, no niegan que la ciudad está sucia. Identificaron 150 “puntos críticos”, algunos recorridos por el alcalde Jorge Iván Ospina el jueves pasado.

Manuel Sendoya, vocero de la empresa Veolia, que se encarga de recoger la basura en las comunas 11, 12, 13, 14, 15 y 21, en el oriente, asegura que como la gente se acostumbró a sacar los residuos todos los días, sin tener en cuenta que el carro recolector pasa lunes, miércoles y viernes en unos barrios, y martes, jueves y sábados en otros, “siempre hay basura, y la percepción de muchos es que no estamos haciendo nuestro trabajo cuando lo que se requiere es cultura ciudadana”.

Pareciera que en diciembre quienes viven en el oriente acostumbran a renovar sus muebles. A los operarios de Veolia, vestidos de traje rojo, no se les hace extraño encontrarse en una esquina una cama, una poltrona, una biblioteca, una sala. Hace unos días una moto sin timón ni llantas estaba amarrada a una señal de pare.

Catherine Arteaga, representante de Ciudad Limpia, operador encargado de recoger las basuras de las Comunas 1, 3, 19 y 20, además de la zona rural, dice que en la Vía al Mar el carro recolector levanta la basura “de subida y de bajada” los lunes, los miércoles y los viernes, pero hay zonas a orilla de la carretera donde los vecinos llevan la basura a diario, por lo que todo el tiempo hay bolsas a la vista.

Lo mismo sucede en la Comuna 20, La Nave, Siloé. Pese a que hay días en los que los carros recolectores pasan hasta tres veces, en cuestión de minutos todo vuelve a estar sucio. En Ciudad Limpia determinaron que una buena parte de la basura que llega allí proviene de barrios aledaños.
– La basura debe sacarse los días en los que pasa el carro recolector y en los sitios establecidos. Sin embargo, se saca todos los días en separadores viales, parques, zonas verdes. La falta de cultura ciudadana es una de las explicaciones al porqué se ve tanta basura. Se debe sancionar al que saque la basura cuando no se debe y donde no se debe. También se requiere trabajar con los habitantes de calle. Cuando salieron de El Calvario, en el centro, por el proyecto Ciudad Paraíso, se movieron al resto de la ciudad, impactando el tema de las basuras. En el parque de La Horqueta en Siloé lo vemos: allí no debería haber basura, pero los habitantes de calle la llevan. El alcalde plantea que deberíamos recoger la basura las veces que sea necesario, pero sería muy costoso para Cali porque se aumentarían los gastos de operación. El decreto 1077 de 2015 invita a los municipios a ejercer control porque de lo contrario, se debe pagar – dice la vocera de Ciudad Limpia.

Es cierto: entre más basura deba ser recogida, más alta será la tarifa. Cali ya paga una tarifa de recolección costosa porque debe llevar la basura muy lejos: primero a una estación de transferencia ubicada en la vía Cali – Rozo, en Palmaseca, y de allí el relleno sanitario de Yotoco, a unos 42 kilómetros.

Tener que salir tan lejos hace también que el sistema de recolección de desperdicios sea vulnerable. En días de protestas y bloqueos por el paro nacional el pasado 21 de noviembre y 4 de diciembre de 2019, el servicio se impactó.

En algunos puntos de la ciudad los camiones ni siquiera pudieron salir, por los bloqueos. El 21 de noviembre el turno de recolección de la noche no se pudo realizar debido al toque de queda decretado por la Alcaldía. Además, los manifestantes bloquearon tanto las salidas de Cali como la carretera que conduce al relleno sanitario, por lo que los carros recolectores se quedaron repletos de basura sin tener dónde llevarla.

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Fabio Salazar, gerente de Interaseo, la empresa que opera el relleno, dice además que hay días en los que la carretera queda bloqueada por derrumbes, o por accidentes graves, lo que también afecta la operación.

Uno de los accidentes le ocurrió a uno de sus conductores. Al parecer se debió a un microsueño. Cuando se accidentó, completaba 12 horas de trabajo. Debido a los bloqueos del paro nacional, explica Salazar, tanto en la estación de transferencia como en el relleno sanitario debieron doblar esfuerzos para estabilizar el servicio. Cali, dicen los operadores, debe tener un plan de contingencias para días como los que se avecinan: el 21 de enero se anuncia una nueva jornada de protestas.

– Los líderes del paro deberían tener en cuenta que bloquear las vías es muy peligroso. En el caso de las basuras todo puede colapsar. Al relleno sanitario de Yotoco, cada 24 horas, ingresan entre 90 y 100 carros para vaciar la basura. Que no lo puedan hacer puede significar una emergencia sanitaria. El servicio de recolección es muy sensible y cualquier demora puede ser una tragedia - agrega el gerente de Interaseo, quien también reconoce que en la estación de transferencia ocurren demoras por otras contingencias como vehículos varados o problemas técnicos en los equipos.

Sin embargo, según sus cuentas, durante 2019 “el 97.6% de los viajes entre la estación de transferencia y el relleno sanitario se cumplieron a tiempo”.

Aunque hay otros líos con las basuras que Cali debe solucionar. Uno de ellos es el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos, Pegir. Es la carta de navegación de cómo se debe prestar el servicio de recolección de basuras, que desde 2015 no se actualiza. En cinco años la ciudad ha cambiado, dicen los operadores, y por tanto el Pegir debe ajustarse.

Un ejemplo son los nuevos bicicarriles. Según el Pegir, los operadores deben barrer la cuneta de las vías, es decir el espacio que hay entre el separador vial o el andén y el inicio de la calle. Con los bicicarriles nacieron dos cunetas nuevas y no se contempló el personal requerido para barrerlas.

– A nosotros como operadores nos pagan por kilómetro de barrido, pero la ciudad crece y tiene dinámicas particulares. Otro ejemplo, además de los bicicarriles, es la Carrera 10, en el centro. La barremos seis veces al día. Según el Pegir actual, debemos barrerla dos veces. Si lo hiciéramos solo dos, mantendría mucho más impactada. En definitiva esa carta de navegación de la prestación del servicio debe actualizarse – dice Catherine Arteaga, de Ciudad Limpia.

Manuel Sendoya, el vocero de Veolia, recuerda además que Cali no cuenta con una escombrera, por lo que los escombros, como las basuras, deben ser llevados lejos: la escombrera de Candelaria.

Algunos ciudadanos prefieren contratar a un carretillero o a un motocarro para que lleve los escombros a cualquier zona verde a cambio de $5000, que acudir a las empresas encargadas de la recolección de basura, que cobran $26.000 por ese servicio. Un montón de escombros tirados en cualquier parte pronto se convierte en un basurero.

La ciudad tampoco cuenta con un sitio donde se depositen o se aprovechen los residuos vegetales que resultan de las podas a las zonas verdes. Se estaban llevando a un lote ubicado en el barrio Vallegrande, pero la CVC advirtió que el sitio no tenía los permisos ambientales.
Ante este panorama, la Alcaldía anunció algunas medidas. Entre ellas iniciar un “plan de choque” con los operadores para limpiar sitios emblemáticos como el bulevar y la Plaza de Cayzedo. También se anunciaron controles para quienes saquen la basura en horarios y sitios no autorizados.

El Secretario de Seguridad y Justicia, Carlos Alberto Rojas, quien en las mañanas acostumbra a montar bicicleta sobre la Calle Novena - los fines de semana se encuentra con gran cantidad de residuos en el separador vial, platos, cucharas, servilletas – aseguró que funcionarios de la Alcaldía visitarán los restaurantes de la zona para advertirles que deben mantener la vía limpia, o serán sancionados. Lo mismo ocurrirá con las ventas del Parque El Ingenio.

– En la ciudad dos dependencias aplican el Código de Policía: Inspección, Vigilancia y Control; y Acceso a la Justicia. Allí tenemos los comisarios, los inspectores de policía y las casas de justicia. Ya le hemos dado instrucciones para que alisten medidas que permitan identificar a nuevos infractores frente a las basuras. Las sanciones serán dadas a conocer en los medios. Visibilizar a los infractores es enviarle un mensaje a la ciudad: recuperar el civismo es un ejercicio en el que todos tenemos una responsabilidad. La ciudad más limpia no es la que más se barra sino la que menos se ensucie – dice el Secretario de Seguridad.

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Contrato

Cali cuenta con cuatro operadores que tienen contrato con Emsirva para recoger la basura de la ciudad.

Se trata de Ciudad Limpia, Veolia, Promoambiental Cali y Promoambiental Valle.

Cada uno de los operadores tiene unas comunas asignadas para hacer el trabajo de recolección.

El contrato con Emsirva se inició en febrero de 2009, por 8 años. En 2015 se firmó una ampliación que va hasta 2024, por lo que de momento los cambios de gobierno no afectan el contrato.

La tarifa se divide entre las toneladas de basura recogida y el número de usuarios. Los estratos 1,2 y 3 tienen subsidio.

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