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Los nuevos ricos

A lo largo de mi vida he visto demasiado sufrimiento por la meta de ser muy ricos.

19 de octubre de 2018 Por: Kelly Sánchez - redactora de El País

Me cansa la obsesión de muchos por hacer plata rápidamente. A lo largo de mi vida he visto demasiado sufrimiento por la meta de ser muy ricos.

De mis épocas de estudiante vi tantos amigos, de familias adineradas algunos, que en la meta de ser los más ricos perdieron el nombre, otros la libertad y algunos la vida. Muchos sin necesidad, lo tenían todo a su favor para vivir rico, pero eso no les era suficiente, ellos querían ser los más ricos.

El narcotráfico y la corrupción les abrió la ventana a la riqueza y de allí la puerta a la desgracia. Los ejemplos no parecían servir. Era más frecuente oír de las nuevas fortunas que de los desastrosos finales. Parecía que la única alternativa para hacer dinero rápido fuera esa.

En estos años recientes, se está demostrando que para ser muy rico, no hay que torcerse. Jugadores de fútbol, cantantes, chefs, de todos los nuevos ricos que pasan por mi mente ninguno viene de familias con fortuna. Lo lograron con persistencia, inteligencia, músculos.

A ellos se les están sumando los emprendedores tecnológicos. El caso de Rappi es seguramente el más llamativo para Colombia: en solo cinco años estos emprendedores caleños lograron ingresar al exclusivo club de empresas que superan el valor de mil millones de dólares en su etapa de levantamiento de capital.

En un par de años la proyección es que superará los seis mil millones por su cobertura exponencial al haber logrado una aplicación que facilita la cotidianidad en un mundo azaroso y escaso de tiempo para hacer compras y vueltas. De ser narcotraficantes, la empresa de estos tres jóvenes, no tendría ese dinero y mucho menos el orgullo de contar cómo lo hicieron.

Pero estos no son casos insulares, cada vez tenemos más empresarios innovadores que construyeron “compañías irreverentes ante el tamaño, la edad, la marca y las inversiones” como lo señaló otro emprendedor vallecaucano admirable, William Corredor, de Open System, hoy triunfando en 18 países.

Otro ejemplo es el de Federico Restrepo Cucalón, líder en soluciones móviles corporativas. Aprendieron a nadar entre tiburones.

Ya que no logramos calmar la obsesión de ser muy ricos, bienvenidas las formas honradas de lograrlo con creatividad y tenacidad. Demostraron que se puede.

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