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El surgimiento de Cali

Cali es hoy la tercera ciudad del país en población e ingresos, aunque solo la cuarta en presupuesto municipal, pues Barranquilla la supera en este capítulo pese a tener menos población y menor ingreso per cápita.

27 de septiembre de 2018 Por: Redacción de El País 

Cali es hoy la tercera ciudad del país en población e ingresos, aunque solo la cuarta en presupuesto municipal, pues Barranquilla la supera en este capítulo pese a tener menos población y menor ingreso per cápita.

El papel de la ciudad en el contexto nacional, sin embargo, no siempre fue de relieve. Cuando se creó el departamento del Valle en 1910 la población de la nueva capital era 25 mil personas, o poco más de un décimo del total del nuevo departamento. Palmira y Buga tenían poblaciones similares.

Para el crecimiento subsiguiente fueron determinantes el Ferrocarril del Pacífico, que vinculaba a Buenaventura con el interior del país, hoy enterrado como parte integral de los fallidos Ferrocarriles Nacionales de Colombia, y el canal de Panamá, que unió a los dos mares que bañan las costas nacionales.

Desde entonces el crecimiento poblacional fue rápido y desordenado, reflejo del país, en proceso de urbanización.  Así, antes de la segunda guerra Cali tenía unos cien mil habitantes, en el censo de 1951 llegó a casi trescientos mil, y en el de 1964 a más de 600 mil.

El crecimiento es consecuencia de una gran transformación demográfica, similar en toda Hispanoamérica. Hubo traslado de población a las urbes (la proporción de población urbana pasó de 42 % en 1951 a 64 % en el censo de 1964) y aumento poblacional por cuenta de la medicina y de las altas tasas de natalidad.

En el caso de Cali, incidió además la migración de otras regiones, motivada por la violencia política y el crecimiento económico, por lo cual su crecimiento fue más rápido que el país.

Aquí se asentó la industria de productos de consumo masivo como respuesta a la política de protección a la producción nacional, que estableció buena parte de Latinoamérica en la posguerra.

La presencia de esta industria trajo a eslabones complementarios de su cadena productiva, como la publicidad, e impulsó el interés en lo foráneo, con consecuencias culturales importantes.

En los años ochenta y noventa del siglo pasado, Cali fue muy perturbada por el narcotráfico. La política de guerra contra las drogas del gobierno de EE.UU y los cambios en la institucionalidad mexicana, que dieron origen a carteles criminales de dimensiones sin precedentes, redujeron el impacto relativo del asunto en Medellín y Cali, pero la erosión del tejido social que causó el poder del dinero irregular fue enorme y duradero.

El papel de Cali como sede de las extensiones del capital internacional en Colombia duró hasta que la crisis de la deuda obligó a abrir la economía; desde entonces se han cerrado muchas plantas cuya producción fue sustituida por importaciones.

La ciudad perdió importancia relativa, pero siguió su crecimiento; hoy tiene unos 2,4 millones de habitantes, y hay otros casi trescientos mil entre Yumbo, Jamundí y la zona de Candelaria adyacente a Cali.

Hay que construir futuro: es preciso perseverar en el proceso incipiente para mejorar la calidad de la educación; la Cámara de Comercio ha identificado seis clústers con ventajas comparativas a los cuales es preciso apostar; hay que repensar el diseño institucional de la ciudad; se necesita resolver los problemas de movilidad. ¿Cabe dudar?

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