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Duque y las relaciones internacionales

No bien ganó la elección y configuró su equipo para el empalme, el presidente electo Iván Duque partía a Estados Unidos y España haciendo sus primeros pinitos de lo que será una activa política exterior.

10 de julio de 2018 Por: Redacción de El País 

No bien ganó la elección y configuró su equipo para el empalme, el presidente electo Iván Duque partía a Estados Unidos y España haciendo sus primeros pinitos de lo que será una activa política exterior.

Su agenda en Estados Unidos no fue diferente a la de un jefe de Estado manteniendo reuniones con el vicepresidente Mike Pence y con el senador de la Florida Marco Rubio uno de los más cercanos a la Casa Blanca, faltándole únicamente un encuentro tete a tete con ‘el Donald’ que seguro se dará muy pronto. La agenda de las relaciones con Washington se ha narcotizado por el crecimiento desbordado de los cultivos ilícitos, el sistema de sustitución manual carece de credibilidad y la Casa Blanca presiona para que se reanude la aspersión aérea, la única que históricamente ha sido efectiva. Duque cuenta con un alto nivel de crédito en la administración en momentos que Trump ha desplazado a la diplomacia tradicional y al Departamento de Estado y prima el acceso personalizado al mandatario a través de amigos y allegados. Israel y Arabia Saudita han sido particularmente exitosos en ese terreno.

Las relaciones con Venezuela entran en una fase de alta complejidad y riesgo. Duque ha sido vocal en sus críticas a la dictadura de Maduro tema recurrente en su periplo internacional y ha anunciado que no enviará embajador a Caracas. Entre tanto la crisis en el vecino país no da tregua y los venezolanos siguen huyendo del que fue su ‘paraíso tropical’.
Poco menos de un millón entre ‘legales’ e ‘ilegales’ se encuentra en Colombia. Los indicadores económicos y sociales en Venezuela siguen en caída libre. La otrora orgullosa Pdvsa, caja menor del gobierno y alimento de la corrupción bolivariana está produciendo poco más de un millón de barriles diarios, un registro lastimoso cuando podía estar cerca de seis millones. Impredecible hasta dónde pueden deteriorarse las relaciones entre Venezuela y Colombia y lo que faltaba: un legislador chavista hablaba de los cazas rusos Sukoi de la Fuerza Aérea venezolana atacando a Colombia y “partiéndola en dos”.

En España a Duque no le faltó reunión alguna siendo recibido por el nuevo gobierno de Pedro Sánchez, la oposición y el rey Felipe VI. Su participación en el foro Nueva Economía y en la cumbre sobre Innovación Tecnológica y Economía Circular la aprovechó para presentar su modelo económico basado en el emprendimiento y la promoción cultural en el marco de la economía naranja como pilares de su modelo económico con el cual espera lograr crecimientos mayores al 5%. Para lograrlo el presidente electo podría establecer alianzas estratégicas con países líderes en tecnología e innovación.

En lo multilateral Duque ha reiterado que Colombia saldrá de Unasur, cadáver insepulto, embeleco lulo-chavista que ha servido de paraguas a la tiranía bolivariana y de mermelada para elefantes y sus áulicos. El muerto ya hiede y hasta el presidente Lenín Moreno pidió que evacuen la sede en el centro de Quito. El grupo de Lima que busca restaurar la democracia en Venezuela ha sido una bocanada de aire fresco en el rancio escenario regional aunque su futuro es incierto tras las elecciones en México. Colombia sigue siendo miembro del movimiento de países no alineados, organismo anacrónico y siempre alineado, que actualmente funge de compraventa de votos y puestos en los organismos internacionales. Celac, primo hermano de Unasur, sigue ahí para que Castro y Maduro tengan figuración internacional.

El presidente Duque además de la compleja agenda interna enfrentará un desafiante escenario internacional.


Sigue en Twitter @marcospeckel

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