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De príncipes y negritudes

El matrimonio del príncipe Harry y Meghan Markle, hoy duque y duquesa de Sussex, cambiará el mundo, como lo hizo la revolución Bolchevique solo que sin armas y sin muertos.

24 de mayo de 2018 Por: Redacción de El País 

El matrimonio del príncipe Harry y Meghan Markle, hoy duque y duquesa de Sussex, cambiará el mundo, como lo hizo la revolución Bolchevique solo que sin armas y sin muertos. La raza negra va de la mano de la realeza inglesa, un bastión de la supremacía blanca, la que compraba en África a los esclavos y los traía hacinados en galeones a través del Atlántico para realizar las duras tareas que ni los nativos americanos ni los blancos invasores eran capaces de ejecutar. Siglos de venta de esclavos, de mujeres violadas, mujeres que eran la propiedad del amo, niños mestizos abandonados, discriminaciones y vejámenes, personas que perdieron su identidad y tuvieron que adoptar el apellido del amo. Pero la herencia africana no se perdió. La música, el ritmo, el arte, la creatividad enriquecieron las Américas produciendo esa población híbrida que nos enorgullece.

Ahora, una linda mujer afrodescendiente, en la Basílica de San Jorge en Windsor, Inglaterra, dijo que amaría y compartiría con su esposo, el pelirojo príncipe Harry, sexto en la línea hereditaria de la realeza, pero que no lo obedecería. Como sí lo tuvo que decir al Príncipe de Edimburgo cuando contrajo matrimonio con la reina Isabel Segunda y de lo que poco se habla en este mundo patriarcal.

La ceremonia fue un homenaje a los afrodescendientes, el reverendo de Chicago, Michael Curry, primer predicador afroamericano en una boda real, fue el personaje central en la ceremonia. Citó a Martin Luther King, subrayó la importancia del ‘fuego’ y del ‘amor’, habló sobre Facebook e Instagram, y conquistó a un público complejo. Para cerrar su sermón con broche de oro, un coro góspel de negritudes dirigido por una mujer retumbó las paredes del castillo con la canción ‘Stand by me’.

Mientras novios y padrinos firmaban los registros civiles, los invitados pudieron gozar del maravilloso concierto del violonchelista afrobritánico de 19 años Sheku Kanneh- Mason, un niño prodigio que a los 9 abriles ganó una beca para estudiar en la Real Academia de Música.

En un principio se había dicho que Meghan entraría a la iglesia con su madre a quien le debe todo, una hermosa mujer negra que contuvo las lágrimas en su soledad durante la ceremonia, pero hasta allá no llegó la modernidad y la novia llegó sola y luego fue entregada por el príncipe Carlos.

¡Ahora todas queremos ser negras! y sacar a relucir nuestros ancestros africanos. Yo ya descubrí que mi tatarabuelo era negro y tenía una recua de mulas que pasteaban en las tierras del Mameyal, las que compró por un peso con su huella, pues no sabía leer. Espero que mis parientes que se creen blancos desde el Siglo XI entiendan que estamos en la era de las negritudes, que ya no son los cabellos rubios y los ojos azules los emblemas de la belleza sino el pelo crespo y los cuerpos majestuosos bien proporcionados. Y este domingo a votar se dijo así sea en ‘negro’.

Sigue en Twitter @Atadol

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