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"Yo renuncié a cualquier escenario electoral": Garzón

Luis Eduardo Garzón dejó la consejería para el diálogo social y la movilización, para hablar de paz en la campaña reeleccionista del presidente Santos.

2 de abril de 2014 Por: Colprensa

Luis Eduardo Garzón dejó la consejería para el diálogo social y la movilización, para hablar de paz en la campaña reeleccionista del presidente Santos.

Luis Eduardo Garzón dejó atrás su labor como ‘ministro consejero para el diálogo social y la movilización’. Desde ahora lidera la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos en todo lo que tenga que ver con temas de paz. Incluso, impulsará la convocatoria al Consejo Nacional de Paz. ‘Lucho’ Garzón habló con Colprensa sobre su nuevo trabajo y sobre cómo funcionaría ese órgano consultivo.¿Qué es lo que va a hacer ahora que dejó su oficina en la Casa de Nariño? Primero, asumir la dirección sobre paz y reconciliación en la campaña de reelección. Creo que el único que puede garantizar el proceso del fin del conflicto es Juan Manuel Santos, lo demás es improvisar. Segundo, hay un instrumento fundamental para sugerir, apoyar, evaluar y buscar puntos de encuentro, que es el Consejo Nacional de Paz. Tuve la suerte de estar allí y lo considero muy importante, por lo que significa la heterogeneidad de su composición. El acuerdo con el Presidente es que trabajaré duro en ese instrumento, desde mi independencia, ayudando a constituir a partir de la convocatoria del Gobierno. ¿Va a ser el representante del Presidente en el Consejo? No, el Consejo Nacional de Paz tiene una ley que lo reglamenta. Lo que voy a hacer es motivar para que todos envíen sus representantes: indígenas, campesinos, movimientos obreros, partidos políticos, iglesias. Esa ley (la 434) está hecha para 1998 y hoy tenemos nuevas dinámicas, nuevas organizaciones y una participación regional mucho más efectiva, pero por ahora vamos a convocar a los que podamos. La iniciativa no será solo mía; también del Ministerio del Interior y de personas que son absolutamente claves y en quienes creemos, que son opositores del Gobierno, como Piedad Córdoba e Iván Cepeda. Esa comisión se cerró en medio de un consenso de que su trabajo era inútil. Ahora, tan lejos de 1998, ¿cómo podrá funcionar? o ¿necesitará un cambio legal para que funcione? Sobre esa inutilidad hay que decir que esa valoración tenía elementos polí- ticos: a Pastrana (Andrés), todo lo que le oliera a Samper (Ernesto) lo consi- deraba negativo y con Uribe nunca hubo un escenario para hablar de paz. Hoy hay una falencia que se debe reconocer del proceso actual: que no hay un punto de encuentro para que opinen sectores sociales y políticos representativos. Por ejemplo, Piedad Córdoba acaba de proponer la pape- leta (en las próximas elecciones presidenciales, para apoyar el proceso); esa es una opinión que merece escucharse y estudiarse, como otras, para llegar a construir sugerencias adecuadas para el proceso. Un cambio de reglamentación para el Consejo de Paz tendría que ir al Congreso; mientras tanto, con lo que hay, debemos empezar a construir. El Ministro del Interior va a convocar a distintos sectores para ver cómo construir este nuevo escenario. ¿Ese trabajo va a articularse con la Mesa de Diálogo de La Habana? No. La Mesa tiene una dinámi- ca que ya se reconoce y que da confianza. Nadie niega la cali- dad de representantes que tiene el Gobierno ni que la discusión ha sido importante. Hay que recordar, además, el principio básico de que nada está acordado hasta que todo esté acordado. También, comparar con lo que sucedió en el Caguán, donde creo que hizo daño la presencia de tanto protagonista, impidiendo la misma negociación. Este será un comité de apoyo, de reflexión, consultor, pero no va a generar órganos paralelos al escenario de La Habana. Es inevitable pensar que citar el Consejo de Paz en este momento sea una propuesta electorera del candidato a la reelección… Solo puedo decir que en este momento el Presidente ha dado ejemplo de que quien hizo la guerra puede hacer la paz. Los mejores resultados de la guerra fueron de él como ministro de Defensa y también ha construido los mejores espacios para la paz. Este proceso ha generado que en cada momento se requiera determinada circunstancia; por ejemplo, para el punto primero se necesitaba visibilizar a líderes del mundo agrario, para el segundo, el apoyo de los sectores políticos y luego hubo una recomposición para sumar mujeres y voceros de los derechos humanos. Esta nueva iniciativa se acepta de gente que está en la oposición, lo que muestra que no es electorera, porque si no habría que pensar que se trata de darles juego al Polo Democrático, a la UP y a Marcha Patriótica. ¿Por qué debemos tener confianza en que el diálogo en La Habana va a funcionar, si nos acercamos a los dos años sin que terminen la agenda?Las Farc han tenido un desastre de los últimos días con esos actos violentos que no hacen sino generar escepticismo, pero también hicieron ese discurso de Pablo Catatumbo al conmemorar los cinco años de la muerte de ‘Tirofijo’; eso muestra dos esce- narios: uno, el absoluto agravio a la sociedad y, otro, el reconocimiento de los resultados del diálogo. Es la primera vez que escucho a alguien de las Farc (Catatumbo) reconociendo avances en la negociación. Puede que suene a lo que sea, pero dejo constancia de que si Juan Manuel Santos gana, es la oportunidad de darle continuidad a ese proceso, pero si pierde, vendrá la responsabilidad histórica de continuar o no con este camino. ¿Cómo se siente en el equipo de reelección siendo de la Alianza Verde que tiene candidato propio? No soy de la Alianza Verde, soy del Partido Verde. El partido que yo enca- becé apoyó temas como la paz, que la está haciendo Juan Manuel Santos; apoyó restablecer relaciones internacionales y Juan Manuel Santos es intachable en la manera como recuperó la credibilidad internacional; en el Partido Verde, hace cuatro años, dábamos lápices, como símbolo de nuestra relación con la educación y mire que este gobierno regala tabletas. A nosotros nos abandonaron, luego de que el Partido había decidido entrar a apoyar al Gobierno. Además, el hombre clave hoy de lo electoral, que es Enrique Peñalosa, me puso a bailar con Álvaro Uribe en contra de Petro y hoy terminó en el partido cuyo jefe natural es Gustavo Petro, eso no lo entiendo. Entonces, si usted fuera a hacer política buscando votos ¿lo haría en qué partido? Renuncié a cualquier escenario electoral. Si estoy haciendo esto a ver cómo me empodero para unas elecciones nacionales o locales, estoy ‘faltoniando’ mi sentido de fidelidad. Me importa es el instrumento para llegar a la paz y hoy veo que ese camino es el que traza Juan Manuel Santos. Ahora que dejó su oficina en la Casa de Nariño, ¿quién seguirá la tarea de impulsar el diálogo social? Si algo no se ha comunicado es que el diálogo social es el activo más grande de este Gobierno, porque está en todos los ministerios. En la renuncia le dije al Presidente que mi cargo no debería haber sido ministro consejero, sino consejero ministro, porque asesoré a todos los ministros. Nunca hice protagonismo más allá del que debía; yo que soy locuaz e imprudente, fui de una prudencia enorme, para no quitarle protagonismo a nadie y asesoré al Presidente cuando él lo consideró. Otra cosa importante es que el equipo de consejeros del Presidente trabaja de tal manera que cuando alguno sale, cualquiera puede hacer el relevo, sin que haya un reemplazo inmediato, porque es un equipo integral.

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