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“Yo nunca fui connivente con la corrupción”: exmagistrado Iván Velásquez

El exmagistrado revela detalles del polémico caso Tasmania que lo enfrentó con el expresidente Uribe. Dice que hay que leer la página de la historia antes de pasarla.

25 de marzo de 2013 Por: Margarita Vidal Garcés

El exmagistrado revela detalles del polémico caso Tasmania que lo enfrentó con el expresidente Uribe. Dice que hay que leer la página de la historia antes de pasarla.

En 2007, Iván Velásquez Gómez -abogado de la Universidad de Antioquia, ex-Director de Fiscalías de Medellín y ex -magistrado auxiliar de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia- fue nombrado coordinador de la Comisión de Apoyo Investigativo de la Corte, para investigar la parapolítica. Como dijo La Silla Vacía, a partir de ese momento Velásquez se convirtió en epicentro de las sonadas agresiones de la Administración Uribe contra la Corte Suprema. No obstante siguió adelante con sus investigaciones que pusieron a casi una tercera parte del Congreso bajo investigación y a muchos de sus miembros en la cárcel. Cuando le informaron que, inexplicablemente, lo iban a rotar para otro cargo, Velázquez renunció. Hoy tiene una oficina de abogado y se propone crear una corporación de investigaciones sociales y constitucionales. También presentó, en compañía de los magistrados Cesar Julio Valencia y María del Rosario González, una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por los actos de persecución contra la Corte. Aquí explica por qué.Como Procurador de Antioquia usted inició las investigaciones sobre torturas, ejecuciones extrajudiciales y abusos de agentes estatales. ¿Eso lo hizo un funcionario incómodo?Podría ser. Yo no he sido connivente con la corrupción, ni nunca fue posible que alguien me llegara para influir en una decisión. En un medio en el que no son extraños ese tipo de manejos, puede no ser de buen recibo para muchos que uno sea tan radical. En alguna ocasión alguien me dijo: “El problema suyo es que le falta “manejo”.¿Qué pasó en la Procuraduría de Antioquia?Por disposición del Procurador Carlos Gustavo Arrieta se hicieron investigaciones de auxilios parlamentarios, de asambleas y concejos. En Antioquia fueron realmente exitosas y varios políticos fueron condenados. Eso generó inconformidades.¿Desde entonces investigaba “falsos positivos”?Sí, hubo miembros del Batallón Pedro Nel Ospina incursos en lo que hoy llaman “falsos positivos”. Entre 1991 y 1993 aparecían campesinos ejecutados en su jurisdicción, pero se comprobaba que aunque no habían tenido enfrentamientos, ni pertenecían a la guerrilla, eran presentados como guerrilleros abatidos en combate. En la Cuarta Brigada se presentaban inconformidades por parte de militares que alegaban que la Procuraduría les “respiraba en la nuca”, que sólo actuaba contra el Ejército y que dejaba por fuera la Farc-política.Hoy hay gente que se pregunta lo mismo...Al respecto he dado una explicación racional y cierta, porque creo que a la Corte le ha faltado un pronunciamiento claro sobre el particular y eso permite que avance la sospecha de que ha protegido a políticos vinculados con la guerrilla. Las Farc siempre han buscado la destrucción del Estado para cambiarlo por un modelo diferente. ¿Y cómo es el caso de Piedad Córdoba, destituida por la Procuraduría por supuestos nexos con las Farc?Ese ha sido un caso muy mediático alrededor del cual se ha hecho tanto alboroto, que no solo produjo una decisión en otro asunto de la Corte Suprema, restándole valor probatorio a los computadores de Raúl Reyes, sino que cuando ministros y generales pedían en el Congreso que la Corte investigara a Piedad Córdoba y sus supuestas alianzas con las Farc, y eran citados por la Corte para declarar como correspondía por su nivel de funcionarios de alto grado, decían que en realidad no tenían ninguna prueba. ¿Entonces no era una posición de la Corte Suprema?Por el contrario, la decisión era que no se tendrían contemplaciones con nadie, por grandes que fueran sus vínculos o su importancia pública. La decisión relacionada con Mario Uribe, el primo del presidente, fue un punto alto en esas fricciones y, probablemente, lo que dio origen al caso de Tasmania. ¿Cómo sucedió?Es bueno recordar que hubo simultaneidad entre la decisión adoptada en ese caso y el complot que luego se fraguó. A Mario Uribe se le citó en indagatoria el 26 de septiembre de 2007 y la reunión que yo había tenido con Tasmania se había realizado el 10 de septiembre, 16 días antes. El 11 de septiembre me llamó el presidente Uribe para preguntarme por Tasmania, sin hacer ninguna referencia a mi reunión, como si no supiera. Ahora tengo la certeza de que él sí sabía. Preguntaba sobre algo que estaba contenido en la carta remitida por Tasmania, pero sin mencionarla. La investigación demostró que Mario Uribe había viajado a Bogotá ese mismo 11 de septiembre, para hablar con su primo Álvaro Uribe, seguramente porque yo pregunté qué sabía Tasmania de Mario Uribe, dado que la zona donde Tasmania operaba como paramilitar estaba en el suroeste antioqueño, donde Mario Uribe realizaba su actividad política. ¿Fueron las mismas fechas en las que el presidente Uribe llamó al magistrado Cesar Julio Valencia a preguntarle por Mario Uribe?El 26 de septiembre informamos los hechos. Los magistrados tomaron la decisión de abrirle proceso penal a Mario Uribe y, de acuerdo con lo que informó el doctor Valencia Copete, al final de esa tarde el presidente Álvaro Uribe lo llamó desde Nueva York para preguntarle por Mario. El Presidente negó el hecho y lo denunció ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara, que falló a favor del doctor Valencia a fines del año pasado. ¿Qué pasó después?Me contaron que en el DAS había una carpeta de inteligencia sobre mí y que había la certeza de que existían interceptaciones y seguimientos. Contenía hojas de vida muy completas de mi esposa, mis hijos y mis hermanos.¿Qué hizo usted?Puse en conocimiento de la Sala Penal ese hecho y ésta citó al Procurador Edgardo Maya y al Fiscal General, Mario Iguarán, para presentar formalmente la denuncia y la queja disciplinaria. En ese momento nadie sabía que lo que se estaba organizando era el complot de Tasmania. Luego, el presidente Uribe leyó un comunicado pidiendo a la Fiscalía que se me investigara porque yo estaba armando un complot en su contra, para afectar a la Presidencia de la República. El doctor Cesar Julio Valencia respondió a la mañana siguiente respaldándome y reiterándome su confianza. La Fiscalía encontró que sí había existido un complot. Entonces se produjo la retractación de Tasmania. Luego la Fiscalía no ha querido hacer nada más. ¿Por qué razón?Porque no tiene interés y porque en ese caso saldrían involucradas personas cercanas al propio Presidente Uribe, ya que dentro de la investigación se encontró que hubo, por lo menos, intervención en conversaciones de Santiago Uribe y de Mario Uribe. Se sabe de las relaciones de ellos con el abogado de Tasmania, Sergio González, al que le acaba de confirmar el Tribunal Superior la condena a 70 meses de prisión, por calumnia. ¿Hubo más personas y estamentos involucrados?Paramilitares como “don Berna”, Mancuso, “HH”, “Ernesto Báez”, “el Tuso” Sierra y el propio “Tasmania”, han relatado cómo funcionarios los buscaron para que apoyaran al gobierno en la confrontación con la Corte porque, finalmente, el gobierno era el que los estaba protegiendo y, a su vez, ellos sabían a quién tenían que defender. ¿Ha tenido más pruebas de desinterés de la Fiscalía?La Revista Semana trascribió una conversación telefónica mía con el agregado judicial de la Embajada Americana, obtenida por interceptaciones que me habían hecho miembros de Gaula y del CTI. Cuando se demostró que el interceptado era yo, la Fiscalía no siguió investigando y solo quedaron vinculados los policías y el investigador del CTI, como si hubiera sido un acto propio de ellos, y cuando, según pruebas que estuvieron en poder de la Fiscalía, éstas llegaban hasta funcionarios de alto nivel del Gaula y a algunos vinculados con la Casa de Nariño.A usted se le ha criticado por escanear expedientes en la Corte...Como una medida preventiva la Corte debería escanear todos los expedientes y mantenerlos en un archivo digital, porque allí reposa la historia no solo judicial del país, sino de la lucha contra la arbitrariedad, el autoritarismo, los actos violatorios ejercidos por sectores criminales reconocidos, aliados con sectores institucionales.¿Por qué Leonel Uribe, ex-personero de Sabana de Torres, dice que usted le ofreció cosas?Él dijo que yo dizque le había prometido emplear a una hija suya y sacarlo a él del país. Canadá no le concedió visa a mi hija para estudiar allá y ellos dicen que yo les estoy consiguiendo visa canadiense a los paramilitares. Debe ser que yo gestiono mucho mejor los intereses ajenos que los propios. ¿Por qué acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?A las instancias internacionales se acude por falta de actividad de la justicia interna. Queremos descubrir la verdad por encima de cualquier cosa. A la Comisión Interamericana le hemos pedido que, debido a la falta de justicia y a la persecución de que somos víctimas, le presente nuestro caso a la Corte Interamericana para juzgar al Estado colombiano por estos hechos. ¿Quién es su poderoso enemigo?He pensado, como hipótesis, que lo que hubo no fue una infiltración del Estado por parte de los paramilitares, sino al revés: que las estructuras delincuenciales dentro del Estado utilizaron a los paramilitares para hacer una reformulación de su poder. Desde el año 91, hasta ahora, he tenido esa inquietud. En esos términos, los enemigos estarían precisamente en esas estructuras delincuenciales “legales”. Si se mira la historia de los últimos veinte años en temas como las alianzas entre el Cartel de Cali y el gobierno nacional, y del Bloque de Búsqueda con los Pepes, contra Pablo Escobar que era el enemigo de todos, de la Fiscalía de 1992 otorgando paz y salvos a los ‘Doce del Patíbulo’ y otros casos, se ve que hay una persistencia en los actores.¿Cómo ve los nuevos casos de Piedad Zuccardi y Jaime Cervantes?Es de la mayor importancia que Cervantes aceptara cargos porque eso demuestra que no se trataba de perseguir a una coalición de gobierno y que yo no adelantaba labores de “persecución” contra congresistas, como se planteó en la época de Uribe.¿Qué sigue?En este país no se puede “voltear la página” -como alguien ha sugerido- sin haberla leído. Aquí hay muchos prohombres protegidos por la impunidad. Es muy importante que queden al desnudo y se establezca lo que hicieron.

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