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Twitter convertido en 'ring de pelea' para las personalidades en Colombia

La red social Twitter se convirtió en el ring de figuras del arte, la política o el deporte. Linchada virtual a Armando Benedetti y Álvaro Uribe, protagonistas de pelea.

4 de marzo de 2013 Por: Alda Mera, reportera de El País.

La red social Twitter se convirtió en el ring de figuras del arte, la política o el deporte. Linchada virtual a Armando Benedetti y Álvaro Uribe, protagonistas de pelea.

En una esquina, Armando Benedetti, lanza un inocente, según él, trino criticando a los actores de la entrega de premios Óscar. En la otra esquina, se levanta el actor Andrés Parra y cual patrón del bien, le devuelve el golpe bajo contra los profesionales de las artes dramáticas.A Parra se van sumando sus colegas de set. Un escuadrón de actores se conecta con la pelea y la emprende contra el senador, famoso por sus trinos polémicos en la red social Twitter. En menos de lo que dura un round de boxeo, le dicen de todo y aunque él trata de aclarar que se refirió “solo a los actores de los premios Óscar”, todos siguen lanza en ristre contra Benedetti.El cruce de trinos Benedetti vs. sindicato de actores, que casi puso al primero a pedir auxilio y a los segundos a graznar “apaléenlo”, se robó el show en prensa, radio y televisión y fue el tema de conversación de la semana. Como sucede cuando el expresidente Álvaro Uribe le trina, y no al oído sino delante de medio país, al presidente Juan Manuel Santos, sus supuestos errores de gobierno y cómo le quiebra ‘sus huevitos’. Y los ánimos se calientan al punto de que entran al ring virtual los ‘delfines’, Martín Santos y Tomás Uribe, cual herederos del conflicto, a trinar en favor de ‘mi papi’. Hay riñas que saltan al ring internacional como la que desató el trino del artista puertorriqueño Willie Colón. Su chiste despertó la ira roja de los chavistas–, incluido su colega Calle 13–, a los que no les hizo gracia el trino y se regodean ahora con la reciente detención del hijo del artista por porte de cocaína ( recuadro).A la red de los peleoneros del Twitter, plataforma que parece hecha a la medida de los 140 caracteres necesarios para insultar unos y defenderse otros, llegó esta semana la ex candidata presidencial Cecilia López Montaño, quien criticó ferozmente la supuesta volubilidad política del gobernador de Antioquia Sergio Fajardo, acusándolo de estar detrás del movimiento Pido la Palabra. Y cuando el funcionario la desmintió, lo amenazó por la radio: ‘Ahora lo levanto a trinazos’.Para Víctor Solano, consultor en comunicación estratégica y digital, las ganas de polemizar son inherentes al ser humano. “Solo que con las redes sociales se democratizó ese impulso y esa necesidad se convirtió en un derecho”, dice.Y Twitter se convirtió en una buena oportunidad para aquellos personajes que les gusta polemizar en el mundo real: “La plataforma es gratuita y permite trinar con espontaneidad”, dice Solano, director de innovación de In Tacto Comunicaciones.Para los analistas, el trinadero (no gallinero) es la estrategia publicitaria de moda. Y en forma consciente entran al escenario virtual políticos y artistas que buscan “no ser olvidados y estar en la mente de sus audiencias”, dice Solano. Paradigma de ello es Benedetti. Fue el primer político que trinó en el país y hoy interactúa con otros personajes de la esfera política y sus más de 58.000 seguidores. “Por supuesto, él busca réditos políticos y mediáticos, no sé si los logra, pero también puede producir el efecto contrario y ganarse muchos enemigos, pero creo que su intención es esa”, dice Solano. El senador negó que su trino obedeciera a una estrategia política. “Quienes me ponen en los medios de comunicación y me catapultan ante la opinión pública son los actores que estúpidamente entienden mal lo que dije y por la cantidad de respuestas que dieron”, se defiende.El congresista acepta que quizás otras veces sí ha usado el Twitter para generar opinión, pero ese de los premios Óscar no fue el caso. “Si hubiera hablado de los premios India Catalina, está bien”, dice. “Se los aclaré (triné) 20 veces que me refería a los actores de los óscares (sic), pero tenían tanta saña que no quisieron entender, pero no fue mi intención pelear”, dijo y usando más de 140 caracteres argumentó que pueden revisar sus trinos y que no hay ni un solo insulto.Pero si Uribe, uno de los tuiteros peleoneros tiene su caudal político, también es cierto que Twitter lo mantiene vivo en la agenda mediática: los medios y muchos replican sus tuits. “Es la combinación tenencia-carencia de atención, porque la tuvo cuando fue presidente, y ahora que ya no la tiene, la logra por esta estrategia de recordación”, dice Solano.Para los sicólogos, hay quienes son unos en la vida real y aparentan ser otros en la galaxia virtual. Por ejemplo, guardan una imagen pacífica en el mundo ‘off line’, pero bajo el anonimato que dan las redes sociales, su alter ego agresivo y/o altanero salta por esa ventana de expresión. O viceversa. “Es una condición humana, pero es muy notoria en quienes sienten la necesidad de tener atención”, explica el experto en usos de las nuevas tecnologías.Igual afirman que los adictos, por carecer de vínculos afectivos reales en tiempo real con personas reales, requieren ser seguidos por contactos del tercer tipo como estos. “Son personas con vacíos en sus relaciones personales y/o profesionales que encuentran en las redes sociales una forma o mejor, una medida desesperada de obtener atención, y así subliman esta necesidad”, ratifica el especialista.Rogelio Aracena, chileno radicado en Cali y catedrático en consejería familiar, dice que “cada perfil o cuenta es una vitrina donde se tiene una presentación no real para sentirse bien consigo mismo y que conlleva a una adoración del yo”, dice.Aracena cita a Larry Rosen, sicólogo investigador de las adicciones a las redes sociales en California University, quien sostiene que la compulsión por estar conectado produce y/o refleja dificultades en la empatía, el narcisismo y ocasiona reacciones depresivas en el individuo.El director de Sweet, Carlos Giraldo –quien tilda de ridícula la pretensión de tener seguidores– confirma que el trino es parte de la retroalimentación que necesita el ego de un artista. “Antes no sabían a qué tanto público llegaban y el Twitter les da la medida de su popularidad, pero también les permite llenar su ego de emociones y de alegría”, dice y advierte lo decepcionante que debe ser no tener receptividad.La experiencia le dice a Benedetti que “por lo que escribe la gente, pareciera que son personas sin amigos y con traumas o complejos porque no han podido desarrollarse personal y profesionalmente”.Y reclama que en Twitter, a la gente no le gustan los argumentos, “sino la pelea –mire la cantidad de adjetivos y de barbaridades que me escribieron–. Revisé los tuits en otros países y si aquí le dicen a uno ‘rata, ladrón, hp., mierda’, allá no se ve nada de eso”, argumenta.Se queja el congresista de que en esos temas que dividen la opinión como la eutanasia, el matrimonio homosexual y la dosis mínima, más que tuits en favor o en contra de la propuesta, proliferan los insultos: “Me tratan de asesino, marica o drogadicto (según el proyecto). No hay ideas, ni una posición filosófica, ideológica o política, no hay nada”, denuncia.Giraldo lo explica: “Deben sentir una necesidad muy grande de ser escuchados, deben estar muy solos. Mi tribuna es la media horita de Sweet y el resto del tiempo dejo descansar a mis se-gui-do-res”, dice soltando una sonrisa.

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