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Siete mitos alrededor de la fogosidad sexual de los afro

¿Qué hay de cierto en las creencias que se tejen en torno a la fogosidad de la gente afro en la intimidad? Siete mitos sensuales.

17 de agosto de 2014 Por: Meryt Montiel Lugo | Editora de Domingo

¿Qué hay de cierto en las creencias que se tejen en torno a la fogosidad de la gente afro en la intimidad? Siete mitos sensuales.

Los negros son fieles a su fama de ‘superdotados’ y con ellos es todo acción, pero no les gusta hablar en la cama.‘I got the fever’ (‘Tengo la fiebre’), el libro de la llamada ‘Amante interracial’, de la estadounidense JC. Davies, alimenta una vez más las creencias que se tienen sobre los afrodescendientes y miembros de otras etnias: de los latinos dice que, pese a la pasión innegable, les pierden los arrebatos de machismo; de los chinos, que son un perfecto desastre en la cama y de los judíos, que son tan buenos en el sexo como con el dinero.La exanalista financiera de Wall Street en su obra cuenta sus experiencias sexuales con hombres de todas las etnias y los afro, de manera general, salen bien librados.Pero no solo la escritora estadounidense tiene esa percepción de los hombres y mujeres de ébano. Desde tiempos inmemoriales se les ha relacionado con muchas cualidades en el campo amatorio: con grandes dotes, buen ritmo, desempeño y resistencia; con gran sensibilidad, derroche de pasión... en fin, se les cataloga como muy buenos amantes.¿Qué hay de cierto en estas creencias que se han generalizado en todo el mundo, de generación en generación? ¿Qué tanto hay de mito y de realidad? ¿Qué explicaciones pueden validar o no estas creencias?Con la colaboración de sicólogas, sexólogas y terapeutas de pareja, El País explica las razones de siete mitos que se han tejido sobre la ardiente pasión afro en la intimidad:Muy bien dotadosQue los afro tienen un falo más grande que el promedio de los hombres de otras razas (más de 15 cms. en erección) es un mito, coinciden las especialistas. Pero varias son las razones para esta creencia. Una de ellas tiene que ver con el factor histórico: en tratados de Indias, explica la sicóloga y sexóloga Martha Elena Osorio, se dice que los amos blancos crearon este mito para presumir de sus esclavos o venderlos más caros.“Fisiológica, morfológica y genéticamente no hay razón científica que afirme este mito. En todas las razas hay hombres bien dotados y de alto rendimiento”, agrega. Lo que se ha apreciado es que el hombre negro posee un miembro masculino mayor en estado de flacidez, mas no en estado de erección, y lo que hace este en esos momentos es inclinarse. No es ni más ni menos grande. Y que el pene largo o grande da más placer también es un mito, advierte la terapeuta Chiquinquirá Blandón. ”Lo que da más satisfaccción es que haya una buena excitación”, comenta.Más sensiblesEstudios aseguran que las personas afro tienen el umbral del dolor más bajo (es decir, sienten más el dolor). Y esta característica puede influir en la forma de sentir y hacer sentir placer en la intimidad.De acuerdo con Martha Mejía, directora del Centro de Terapias Integrales para el Tratamiento de Disfunciones Sexuales, el umbral bajo del dolor y la sensibilidad, probablemente tengan relación, pues a mayor sensibilidad mayores sensaciones (placer, disfrute, goce), dado que allí intervienen emociones cognitivas, afectivas, sinestésicas, lo que hace que se enmarquen los estímulos táctiles sensoriales, como caricias, besos, toques, roces de y a través de la piel, el contacto, ya que hay una connotada receptividad de las conexiones nerviosas.La terapeuta de pareja Chiquinquirá Blandón también avala esta teoría. “Si se tiene una alta sensibilidad para el dolor también se tiene una alta sensibilidad para el placer, entonces la persona va a sentir más, va a querer moverse más, a querer más relaciones, porque uno de los mecanismos de recompensa del cerebro es el placer, entonces, si la actividad sexual le es altamente placentera, esto la llevará a tener sexo con frecuencia”.ArdientesLa fama de apasionados que tienen hombres y mujeres afrodescendientes es fácil de corroborar, sobre todo en Cali.Azucena, una trigueña de ojos verdes, que promedia los 50 años y que hace por lo menos un lustro tiene como pareja a un hombre de ébano alto y bastante corpulento, da fe de ello.“Uy, mi marido sí es muy ardiente, ¡tiene mucha chispa, Dios mío! Con medio tocarlo ya me quiere devorar y desea que tengamos relaciones a diario. Al principio era muy rico, pero ya yo no le puedo seguir el ritmo. Hasta he optado por quedarme lavando la loza para encontrarlo dormido”, comenta entre risas. Las características del entorno cultural del hombre afro, explica Mejía, hacen que este tienda a ser muy cálido, fogoso y nada reprimido, ya que la destreza innata adquirida por los bailes ancestrales hacen que posea mayor corporalidad, pero esas mismas cualidades son por igual en hombres de otras etnias, “además, la felicidad en el sexo está dada por la compenetración, los sentimientos y el ser de cada cual, no por la raza”.Mejores amantesEse tumbao, ese ‘swing’, ritmo y frenesí que tienen los afro al bailar les ha hecho ganarse la reputación de muy buenos amantes. Se les tilda de sensuales, flexibles, creativos, resistentes y de tener movimientos muy rítmicos en la intimidad.Según la terapeuta Chiquinquirá Blandón, estas creencias tienen lógica en el sentido de que los afros por su entorno cultural y costumbres practican danzas en las que hay mucho movimiento de cintura y ese mismo ritmo, esa misma fuerza y flexibilidad que emplean al bailar les ayuda a que sean rítmicos y más dinámicos en la intimidad. “Tienen músculos mejor desarrollados que quien no se mueve nunca”, asegura Blandón, quien agrega que no solo es por el baile, sino porque, por aspectos culturales y educativos, los hombres negros tienden a desarrollar actividades donde la parte física es preponderante “e, independientemente de que sea negra o blanca, si una persona se mueve mucho, hace ejercicio, mantiene su cuerpo activo puede desempeñarse mucho mejor en el sexo que alguien sedentario”. Mitos como el de poseer un pene más grande o el de ser mejores amantes, advierte la sexóloga Martha Mejía, se convierten en ataques sicológicos (por aquello de la presión o la prevención) en contra de esta población.MujeriegosPero no todos son mitos con connotaciones positivas para los afros. Especialmente a ellos, se les señala de ser muy mujeriegos. Como son tan apasionados, comenta Azucena, casada con un hombre negro, andan al acecho también en la calle. “El hermano de mi marido, que vino de España, tenía hasta cuatro novias, salía con una diferente cada día y eso que dejó a la esposa allá en Europa. Él y un primo, que también es igual de mujeriego, solo dicen: ‘¿Qué hacemos si somos tan perseguidos?’ ‘Con estar con ellas una sola vez quedan encantadas y nos vuelven a buscar’”.De acuerdo con Chiquinquirá Blandón este tipo de conductas se debe básicamante a costumbres socioculturales, pero además influye que al ser los afros tan activos físicamente generan más testosterona (hormona relacionada con el deseo sexual), que aumenta los pensamientos y actividades sexuales y, a más actividad sexual, más testosterona y viceversa.Poco expresivos Lo dijo la ‘Amante interracial’, la escritora estadounidense JC. Davies en su libro ‘I got the fever’: a los hombres negros no les gusta hablar en la intimidad.Una explicación a esta conducta, la directora de la Clínica del Amor, Chiquinquirá Blandón, la encuentra en el hecho de que son seres con gran sensibilidad.“Cuando la persona está sintiendo algo intensamente en su cuerpo, con esa sensación le es suficiente, no necesita palabras para llenar ningún vacío y eso lo corrobora mi experiencia en consulta: muchas personas se quejan de que sienten muy poco y les cuesta mucho excitarse, entonces necesitan que el otro les hable, les cuente historias, anécdotas, para tratar de hacerse imágenes y excitarse”.De ahí que cuando una persona está excitada, sintiendo mucho, agrega Blandón, no necesita estar diciendo que está bien, ¡porque de hecho está bien! y no necesita tantas palabras del otro para excitarse. Su dieta los hace fogososAl consumo de pescado, mariscos, chontaduro, borojó y de bebidas como ‘el arrechón’, ‘la destrancapiernas’ y ‘la tomaseca’ se le responsabiliza de la fogosidad de la gente afro. Pero, como cualquier mito, puede tener una explicación.Hay alimentos, comenta la sexóloga Martha Mejía, como el pescado y los frutos del mar, que tienen una alta carga nutricional y proteíca que, al consumirlos, producen una mayor oxigenación en la sangre generando mucha más sensibilidad en el contacto de la piel y, por ende, potencializando más los estímulos. De acuerdo con Blandón, hay alimentos como el pescado, la carne, las ostras y el aguacate que producen testosterona, lo que explica su alta sensibilidad para el placer. En cambio, el vegetarianismo la reduce “y los afros, en su mayoría, no son vegetarianos”.

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