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"Si tuviera un mínimo de dignidad, el Procurador renunciaría": Claudia López

La analista Claudia López explica por qué decidió lanzarse al Senado, propone fusionar la Procuraduría y la Contraloría y dice que la reelección del presidente Santos está en "veremos".

19 de enero de 2014 Por: Margarita Vidal Garcés | El País

La analista Claudia López explica por qué decidió lanzarse al Senado, propone fusionar la Procuraduría y la Contraloría y dice que la reelección del presidente Santos está en "veremos".

Claudia López se graduó en Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales en el Externado y realizó una maestría en Administración Pública y Política Urbana en la Universidad de Columbia de Nueva York. .Está terminando un doctorado en Ciencia Política en la Universidad de North Western, Illinois. Como investigadora para la Corporación Arco Iris se destacó por sus investigaciones sobre la parapolítica. Es una columnista controversial y controvertida, crítica del gobierno del presidente Álvaro Uribe y sus aliados políticos, a pesar de que su padre, un exitoso empresario, es uribista declarado. Al regresar de sus estudios en el exterior, en julio de 2004, quedó con el ojo cuadriculado frente a su televisor, que detallaba a los jefes paramilitares dentro del Honorable Congreso de la República. Que Salvatore Mancuso, Ramón Isaza y ‘Ernesto Báez’, les arrancaran desaforados aplausos a muchos congresistas no le pareció nada honorable y por eso se dedicó a investigar cómo habían obtenido sus curules esos obsecuentes y agradecidos “padres de la patria”. El resto es historia. Claudia ha estado exiliada por amenazas contra su vida, pero acaba de regresar al país para aspirar a una curul en el Senado.¿Por qué quiere ir al Congreso de la República, una de las instituciones más desprestigiadas hoy?Porque hay que defender el proceso de paz y ponerle fin -aquí y ahora- a la guerra. Porque hay que desarrollar las reformas que en materia política, económica y agraria demandará una paz sostenida y consistente y porque tenemos que lograr la “otra” paz: con la ciudadanía, porque una cosa son las reformas para incorporar a las Farc a la vida política, y otra es la tarea de hacer Estado y mercado, porque en la mitad de nuestro territorio no los hay.¿A qué se refiere con “hacer mercado”?A emprender la tarea de construir o fortalecer instituciones para que haya jueces y policías, vías, freno a la evasión y al contrabando, reforma a la justicia, depuración de la Policía, cupos educativos, vivienda digna, acueductos y oferta de empleo para los colombianos en todas las regiones donde los que han primado son los poderes de facto.¿Es cierto que las Farc son grandes “empleadoras” en donde operan?Sí, porque administran a 65.000 familias cocaleras. Por eso, hacer la paz no es solamente quitarle 10.000 o 20.000 fusiles a las Farc, sino darles a esas familias una oportunidad de ingreso alternativo, propiedad de la tierra y capacidad de desarrollo. Hacer la paz también es ser capaces de reemplazar a los capataces de los frentes de las Farc por jueces y policías que impartan justicia y seguridad, con garantías.¿Dados la corrupción y el clientelismo político, estamos preparados? Claro que no estamos preparados y claro que no hay instituciones sólidas, claro que los partidos están muy por debajo de nuestras expectativas. Claro que el partido de mis sueños no existe, pero si nos metemos a hacer política, tenemos que ser capaces de crear instituciones que puedan desarrollar una agenda de este tipo, en un esfuerzo colectivo. Y creo que hay condiciones para ser optimistas.¿Como cuáles?Como que al Congreso, una institución merecidamente desprestigiada, le va a tocar reformarse porque será el epicentro de la discusión nacional.Allí van a estar todas las fuerzas políticas representadas. La derecha más radical con Uribe a la cabeza, pero también estarán las fuerzas de izquierda y la Unión Patriótica que vuelve, después de un genocidio aterrador, a incorporarse a la política. Será muy importante estructurar una paz sostenible y la única manera de lograrlo es a través de un acuerdo entre todos, sobre unas reglas que nos comprometan a no matarnos más, a no usar la violencia y a desarticular las mafias que se han convertido en mecanismos de hacer política para llegar al poder.¿Cómo analiza al procurador Ordóñez y los poderes de su despacho? La Procuraduría y el procurador Ordóñez son dos problemas distintos y hay que ponerles coto a ambos. La primera quedó mal diseñada, con unas facultades que permiten la arbitrariedad porque sin el control adecuado eso se presta al abuso. Nos gastamos un montón de plata para hacer controles fiscales y disciplinarios que no resultan suficientemente eficaces y la prueba es la corrupción rampante en Colombia.¿Qué propone usted, entonces?Fusionar la Procuraduría y la Contraloría en un organismo técnico mejor controlado y mucho más eficaz, para salir del problema de dos instituciones enfrentadas permanentemente.¿Y en cuanto al Procurador?He venido señalando que de todos los procuradores que hemos tenido ninguno había abusado de sus poderes tanto como Ordóñez. Y también dije que eso no se resuelve sino con su renuncia.Lo considero un peligro para la democracia colombiana por la manera como entiende y ejerce el poder y abusa de la función pública.¿Cree que hay una mínima posibilidad de que el Procurador renuncie?Si tuviera un mínimo de dignidad y de responsabilidad democrática, lo haría. ¿Cómo ve la destitución, refrendada esta semana, del Alcalde de Bogotá?Yo no voté por Petro, pero me parece un abuso de poder que el Procurador le haya decretado la muerte política. Somos los ciudadanos en las urnas, los que debemos decidir si un Alcalde es bueno o malo, y si debe quedarse, o irse, y no un funcionario que compró su reelección a punta de corrupción. ¿Es válida la estrategia petrista de convocar a ciudadanos a convertirse en “indignados” y a protestar?No es una estrategia, es una reacción ciudadana. A Petro lo eligió apenas el 30 % de los electores pero, según todas las encuestas, hoy, entre el 60 y el 70 % de los colombianos estamos en contra del abuso del Procurador.¿La resolución del magistrado Armenta que acogió la tutela y paró el proceso es, simplemente dilatoria?La tutela está hecha para proteger los derechos de los ciudadanos de los abusadores del poder, pero es un hecho que agrega incertidumbre. Lo ideal sería que nos dejaran ir el 2 de marzo a las urnas a pronunciarnos libremente sobre si Petro debe quedarse o no. ¿Qué clase de alcaldía ha hecho Petro? Regular. Apreciándolo mucho, no voté por él por estar convencida de que después de la crisis por el robo tan brutal que los sectores samperista y anapista del Polo le hicieron a Bogotá, la ciudad requería más experiencia.¿A Petro lo perdió la soberbia?Quien gana las elecciones con un programa de izquierda y de cambio tiene derecho a realizarlo, pero eso aquí lo llaman soberbia. Como demócrata, respeto su derecho a desarrollar sus ideas. Muchos ciudadanos opinarán –libremente- que es soberbio y eso también es respetable, pero la verdad es que políticos y contratistas del cartel de la corrupción se encargaron de vocear aquello de “soberbio y mal gerente”.Bueno, y también la mayoría de los columnistas. ¿No se apartó Petro de la legalidad, a pesar de las reiteradas advertencias de los organismos de control, en el tema de las basuras? Eso está en investigación. En todo caso yo me siento abusada en mis derechos por la excesiva sanción del Procurador, que es también contra los ciudadanos que tenemos derecho a hacer gobierno con ideas distintas.¿En qué va su propuesta al Partido Verde, sobre la necesidad de renovar las costumbres políticas y consolidar un gran movimiento por la paz?Yo me preguntaba si en Colombia se podría construir un partido como el de los Trabajadores de Brasil, que finalmente llegó a la Presidencia, pero muy probablemente un partido único como el PT sería impensable en un país de las particularidades históricas y políticas nuestras. En lo que sí creo es en la posibilidad de construir una gran coalición social y política de centro y de izquierda, como se hizo en Chile. Eso es lo que les he estado proponiendo a las diferentes fuerzas de Alianza Verde, de Progresistas, de la Unión Patriótica y de todos los movimientos sociales que están surgiendo. Estoy convencida de que si nos sostenemos, si tenemos reglas claras, propuestas pertinentes y si somos consistentes en la acción política, iremos creciendo y ganando mayorías.¿Cuál es entonces su propuesta electoral para ir al Congreso?El país tiene tres prioridades: corrupción, concentración y abuso del poder, inequidad. Queremos ir al Congreso, como equipo, para sacarlas adelante. La prioridad es terminar la guerra y luego dedicarnos a desarrollar los siguientes puntos: 1. Justicia pública, gratuita y oportuna, como la tutela. 2. Salud, educación, nutrición y protección a nuestros niños, de 0 a 5 años. Sanción eficaz a sus abusadores. 3. Jornada única escolar en todo el país. Meter en cintura a las universidades privadas de garaje y duplicar los cupos en la educación superior pública. 4. Integrar la Colombia rural y urbana con carreteras, titulación de la tierra, protección del medio ambiente, y crédito e innovación para el desarrollo sostenible. 5. Política decente, porque nada de lo anterior se puede hacer si la política sigue dominada por corruptos y aliados de contratistas y criminales. Vamos a confiscar a los corruptos, a quitarle la curul a los partidos que los patrocinan y a declarar como presunta corrupción -y por lo tanto confiscable- cada peso que un político no pueda justificar como producto de su trabajo.¿Cómo ve la posibilidad de Peñalosa como candidato de la Alianza Verde?Tenemos tres excelentes precandidatos en la Alianza Verde: John Sudarsky, Camilo Romero y Enrique Peñalosa. Los tres deben comprometerse a respaldar la paz, el acuerdo programático del partido y la lista de Senado, y a no hacer alianzas con Uribe. Si cumplen esas tres condiciones, con cualquiera de los tres que gane la consulta el 9 de marzo, me siento cómoda. ¿Cómo ve la reelección de Santos? En veremos. Pienso que con los tres puntos mínimos que le mencioné antes, escogeremos al mejor candidato presidencial en la Alianza Verde, derrotaremos al uribismo en primera vuelta y si Santos sigue dándoselas de sobrado, lo derrotaremos a él en la segunda. ¿La reelección presidencial no es necesaria para el proceso de paz?Los acuerdos de La Habana culminarán en este primer gobierno de Santos y nuestro compromiso tiene que ser conseguir que las Farc nos cumplan, cumplirles nosotros a ellas y reelegir la paz, independientemente del partido.

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