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“Seguiremos actuando con toda la contundencia”, dice general de la Fuerza Aérea Colombiana

El general de la Fuerza Aérea Colombiana, Tito Saul Pinilla, sostiene que por su manera de actuar, las Farc han retrocedido 50 años y que ‘Cano’ era el tipo más radical del mundo.

4 de diciembre de 2011 Por: Margarita Vidal

El general de la Fuerza Aérea Colombiana, Tito Saul Pinilla, sostiene que por su manera de actuar, las Farc han retrocedido 50 años y que ‘Cano’ era el tipo más radical del mundo.

El uniforme azul y las tres estrellas de General de la Fuerza Aérea Colombiana le sientan. Es un hombre alto, delgado y nítido. Denota a la legua el ejercicio diario y una acentuada pulcritud.Es buen mozo. Se lo digo con cierta desfachatez y él se ríe porque lo sabe. Es un hombre cordial y directo. Contesta sin reticencias.Boyacense de pura cepa, nació hace 55 años en Chiquinquirá. Llegó a Cali siendo apenas un adolescente de 17 años y se enamoró de la ciudad para siempre. Allí tuvo un gran amor que no prosperó y terminó casado con una rola.En Cali inició su exitosa carrera y cimentó el amor por las Fuerzas Militares que lo ha caracterizado siempre y que le ha permitido liderar varias de las grandes operaciones que el presidente Santos ha dirigido, con éxito contundente, contra las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc.Dos de ellas: Sodoma, que dio de baja a Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, y Odiseo, que hace un mes exacto, dio de baja al jefe de esa guerrilla, Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano.¿Cuándo inició su carrera en Cali?Yo entré a la Fuerza Aérea en 1975. Fue cuando conocí Cali. Llegué como cadete y me sorprendió gratamente ver que Cali era una ciudad grande, bonita, de mujeres bellas, de gente cálida y cordial. La Escuela de la Fuerza Aérea se trasladó de Madrid, Cundinamarca, a Cali y quiere permanecer allí. La población del Valle entiende la importancia de que nosotros estemos ubicados en Cali, de tal manera que iniciaremos reuniones para organizar un Comando Aéreo de Combate en el Aeropuerto de Palmaseca. Vamos a comprar unos terrenos, y hay industriales y ejecutivos del Valle, así como el gobierno, que quieren apoyarnos en este proyecto.¿Cómo es la historia de que antes de dar de baja a ‘Jojoy’, en la operación aérea bajo su mando, 30 años atrás usted había estado a punto de darlo de baja?Yo era teniente y piloto en Apiay y hubo una ceremonia de condecoración especial para algunos pilotos por una operación aérea que yo, efectivamente, había liderado contra el ‘Mono Jojoy’. Era en el mismo sitio de La Macarena y estuvimos muy cerca. Más de 30 años después, comandé una organización que hacía operaciones especiales y tuvimos éxito, no por haber dado de baja a una persona, sino a un tipo dedicado al terrorismo, a secuestrar y a hacerle daño a Colombia. Uno siente la satisfacción de la misión y del deber cumplidos.¿Durante la operación que dio de baja al ‘Mono Jojoy’ qué sentimiento experimentó usted?>Durante esa operación hubo un momento de crisis porque alguien dijo que ‘Jojoy’ ya no estaba ahí y eso nos dejó sumidos en un silencio y en una situación de desánimo muy fuerte. “¿Qué pasó, Dios mío, si todo lo hicimos como debía ser?”. Creo que perdí la fe, pero el ministro Rivera llegó a mi oficina ese mismo día hacia las 9 de la noche y me dijo: “General, tenga fe, lo vamos a lograr”. Ese impulso afianzó mi decisión de continuar y al otro día, confirmamos que la operación había resultado exitosa y que ‘Jojoy’ había caído.Sin minimizar la labor conjunta de las Fuerzas Militares colombianas, la verdad es que la gran diferencia en esta guerra, el punto de quiebre, lo ha logrado la Fuerza Aérea con sus aviones de combate.¿Esa vuelta de tuerca es la responsable de la sucesión de éxitos?Es producto de una labor conjunta, pero la Fuerza Aérea sí cambió su forma de operar, mejoró su tecnología, entendió más al enemigo y hoy es más exitosa porque hemos desarrollado una serie de actividades que nos permiten ser más contundentes en cada operación. Evaluamos, analizamos acciones del pasado, y aprendimos de nuestros errores. Recuerdo que en aquel entonces el ministro Santos decía: “Ustedes tienen que pensar lo impensable, porque si siguen pensando igual no vamos para ninguna parte”. La Fuerza entró entonces en una etapa de innovación no sólo operacional, sino tecnológica y vino el cambio.¿Qué tipo de tecnología se incorporó?Tecnología de punta en todos nuestros aviones. No hay fuerza aérea en este continente, fuera de la de los Estados Unidos, que tenga las capacidades operacionales de la Fuerza Aérea Colombiana y eso se sabe en toda la región. Hoy tenemos una Fuerza Aérea mucho más creíble en la región y en el mundo. Cuando Santos era ministro de Defensa cambió la estrategia de trabajo en las Fuerzas Militares para que todas actuaran de consuno y no se siguieran dando casos de compartimentación de información, celos profesionales, etc. ¿Funcionó?Yo soy testigo de eso. En su época, el ministro Santos me asignó una organización conjunta, con la misión específica de trabajar todos con la inteligencia (aquí, si no se tiene inteligencia, perdemos el año) y ese fue el primer gran esfuerzo. Hubo momentos en que la inteligencia se personalizó y que quien la tenía quería hacer todo, lo cual resultaba imposible. Hubo problemas de protagonismo. Pero todos entendimos finalmente que había que generar confianza y empezamos a ver resultados más contundentes cuando el hoy presidente Santos era ministro. La primera operación importante se hizo contra J.J., un personaje que tenía azotado al Cauca. Se adelantó con Armada, la Policía y el Ejército, integrados en una operación de inteligencia que obtuvo el primer resultado visible. Luego vinieron El Negro Acacio, Martín Caballero, Raúl Reyes, Jaque, Camaleón, Fénix, Sodoma y Odiseo. Fue cuando aprendimos que si trabajamos entre todos, uno más uno es tres. Aprendimos una sinergia que hoy sigue funcionando.¿La operación que logró dar de baja a Cano llevaba ya varios años de infiltraciones?La Operación Odiseo, que dio muerte en combate a Cano, fue una operación donde participaron la Fuerza Aérea, el Ejército y la Policía, y donde la inteligencia estaba muy integrada.Pero hubo frustraciones previas.Habíamos estado a punto de neutralizarlo, pero las condiciones no se habían dado. Sin embargo, era imperativo continuar con el trabajo de inteligencia al cual aportaron desmovilizados de las Farc. Una inteligencia profesional e integrada permitió volver a ubicarlo. La salida de Cano de su hábitat en el Tolima se dio por presión militar. El tipo empieza a equivocarse porque se tiene que salir de su área conocida donde, lamentablemente, algunos campesinos de la región son milicianos y trabajan para ellos. Allí empieza el punto de quiebre, porque al salir de su territorio hacia otras áreas, va perdiendo el contacto con quienes lo conocen y tiene que integrarse con otros que él no conoce. No todas las personas son muy fieles a la organización y algunos dieron informaciones, o desertaron y contribuyeron al logro del 4 de noviembre, cuando ubicamos dónde se encontraba.Hoy, hace un mes, Cano fue dado de baja. El Secretariado reemplaza rápidamente a sus comandantes. Hoy es Timochenko quien acaba de mandar una carta “sui generis”; al decir de los entendidos, completamente atípica dentro del estilo epistolar de las Farc.Los van reemplazando, es cierto, pero el que llega no tiene el mismo nivel del anterior, goza de menos credibilidad en la organización y no tiene el mismo entrenamiento. Además, en las Farc hay una división. No todas estaban convencidas de que Cano debía ser su cabecilla. Algunos jefes terroristas no la iban con él, ‘Jojoy’, entre ellos, a quien muchos veían como el cabecilla natural de las Farc, antes que a Cano.Y a propósito de Cano, que proyectaba una imagen de ideólogo, de estratega, de tipo universitario, educado y político la realidad es que era el tipo más radical del mundo. Sus mismos subalternos, con quienes nos entrevistamos, hablaban de su pensamiento criminal, de que la muerte de los secuestrados, como los Diputados del Valle, o la orden de asesinarlos en caso de intento de rescate, la consideraba actos normales de guerra.¿Cómo es la situación en el caso de Timochenko?Ha sido un tipo poco visible para las Farc. Habló cuando murió ‘Tirofijo’ y ha hecho un par de comentarios escritos como el que usted menciona, pero la imagen de Timochenko ante los hombres de las Farc es ninguna. De modo que este tipo tiene que iniciar un proceso de cimentación de credibilidad, de mando, de organización, que lo convierten en un objetivo fácil de ubicar porque deberá moverse en un área que podremos determinar.¿Tienen una idea de dónde está?Hay una idea, sí.¿En Venezuela?No lo sé.Todos sabemos que está en Venezuela, pero que usted no lo puede decir...Lo único cierto es que uno no puede ser cabecilla de una organización insurgente estando lejos. Lo que sí le puedo decir es que una vez ubicado, nuestra misión constitucional es permitirle a los colombianos vivir en paz.¿Incursionando –inclusive- en territorio venezolano?Margarita, usted sabe muy bien que en estos temas el que manda es el Presidente. Yo, simplemente, no tengo ningún comentario.Risa. Sí, lo sé muy bien, pero había que preguntar. El tema de los infiltrados en la guerrilla ha sido muy exitoso. ¿Qué tipo de personas son las infiltrables? ¿Cómo se maneja este tema?Hay dos formas. Hay personas que son de la organización y que quieren dar información, y aquí funciona muy bien el tema de recompensas.Y es que en las mismas Farc la gente vive mal. De hecho, la mayoría de los cabecillas de las Farc que han desertado se han ido con toda la plata y han dejado al resto sin nada. Y son cabecillas importantes en el sentido de que tienen cierto nivel de conocimiento y de mando. Por otra parte, la inteligencia militar tiene también personas que arriesgan su vida, héroes que trabajan haciendo inteligencia en diferentes partes.¿Piensa usted que el presidente Santos es realmente un estratega militar?Como Ministro supo mantener una coalición político- militar muy cercana, e imaginaba cosas que nosotros hacíamos realidad. Por ejemplo, decía, me gustaría organizar la inteligencia y las operaciones conjuntas en determinada forma, que en tales o cuales países funciona muy bien. “Hagámoslo”, decía. Y nosotros, convencidos de que era viable, lo hacíamos y eso es lo que hoy nos ha permitido golpear en forma más contundente a los cabecillas de las Farc.¿Hay malestar dentro de las Fuerzas Militares?El Ministro Pinzón y la cúpula militar formamos un grupo de trabajo de amigos y conocidos, algunos compañeros de cursos, otros amigos desde hace 30 años, de modo que hay una integración. ¿Puede decirse que una Fuerza Aérea que cumple 220 misiones de todo tipo, al día, es una fuerza desmoralizada? En Colombia hay un compromiso irrestricto del hombre de la Fuerza Aérea con su misión. En el Ejército la gente está cumpliendo con lo que tiene que hacer. Estamos, claro, reajustando algunas cosas; el Ministro ha hablado de un Comité de Revisión Estratégica y Renovación que ya tiene su primer resultado.¿Y cuál es el objetivo de ese comité?Revisar la estrategia y proyectar la innovación necesaria para mejorar nuestra forma de actuar ante un enemigo que ha cambiado también su forma de operar. Este Comité establece en qué aspectos debemos innovar, porque hay cosas que estamos haciendo bien, pero es necesario darnos cuenta en dónde hemos tenido fallas, qué debemos mejorar y ese Comité –de los cien mejores efectivos de todas las fuerzas- tiene su diagnóstico.¿Cuál ha sido el cambio en la estrategia por parte de la subversión?Cano instrumentó un plan llamado Renacer, que ordenaba a las Farc regresar a su primera fase, la ‘guerra de guerrillas’, que genera entre la gente la percepción de que las cosas se están agravando porque son golpes pequeños; como una avispa que pica y se va, pica y vuela. Entonces ellos derriban una torre, revientan un cilindro o atacan una población y crean la imagen de que las cosas no van bien.Pero hay que tener en cuenta que la guerra de guerrillas es la primera fase de un movimiento subversivo para lograr su objetivo y que, en consecuencia, las Farc han retrocedido 50 años. Así tengan el mismo objetivo final, que es la toma del poder a través de todas las formas de lucha, hoy se van a tomar mucho más tiempo y lo que nosotros haremos con un ejército como el que tenemos hoy: con moral, motivado, es seguir actuando con toda la contundencia. Lo que nos preocupa es la seguridad jurídica de nuestros hombres.Sí, el jueves superó el tercer debate en la Cámara el tema de la Justicia Penal Militar y el fuero.El pueblo colombiano tiene que darse cuenta de que nosotros estamos en una guerra y que se necesita un fuero especial para los hombres que en ella intervienen, de tal manera que los juzguen personas que conocen la situación de la guerra. En este momento nuestra gente tiene cierto sentimiento de inseguridad. Un ejemplo: frente al buen resultado de una misión que tenía azotada una región del Huila, el ministro Pinzón hizo una reunión para felicitarnos por la operación donde seis o siete hombres expusieron su vida para lograr ese objetivo: “Quiero premiarlos por su esfuerzo, motivarlos, díganme, ustedes, qué quieren?”. “Lo único que queremos es que no nos empapelen”. Esto quiere decir que hay un sentimiento de que lo que están haciendo puede salir al revés al final, y hacerlos aparecer como si fueran violadores de los derechos humanos. No, nosotros tenemos planeamiento y ejecución de operaciones dentro de la legalidad y la legitimidad.No podemos negar que ha habido abusos, de manera que lo primero es inculcarle a los hombres respeto a los Derechos Humanos aún en medio de la guerra...Ese es precisamente el proceso en el que estamos. Nosotros debemos recuperar ante los colombianos la imagen de una justicia penal militar creíble, confiable, profesional y responsable. Nuestra primera fase es profesionalizar toda esa gente, modernizar la Justicia Penal Militar, y modernizarla significa educar, entrenar y llevarla a unos niveles de credibilidad en el mundo y frente a las organizaciones que nos darán el aval de una justicia plena. Pero también tenemos que pensar en una seguridad jurídica para nuestros hombres. Que en el trabajo diario del militar, éste entienda que tiene un fuero, pero que éste no significa impunidad, sino que si yo hice algo dentro del servicio, siguiendo las órdenes que me fueron dadas, tengo una protección legal. Eso es lo que pedimos.¿El asesinato de los cuatro secuestrados la semana anterior se dio por un encuentro fortuito con el Ejército, o se estaba buscando rescatarlos?Era una operación militar que se estaba desarrollando en el área y ocurrió un encuentro en combate con una estructura subversiva. La fuerza militar responde, sale un soldado herido, los terroristas huyen, los soldados continúan la persecución y encuentran lo que ya todo el país sabe: el asesinato de los cuatros militares por parte de las Farc. Un crimen a sangre fría de personas indefensas. Un crimen que empezó hace 12, 14 años con el secuestro y que finaliza en una forma atroz: el ajusticiamiento sin ninguna razón de nuestros hombres.

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