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San Vicente del Caguán: una década sin progreso

El secretario de Gobierno, Óscar Enrique Prieto, lanza una sonrisa ahora que se conversa sobre un tema que ha sido presentado por los noticieros como polémico...

19 de febrero de 2012 Por: Santiago Cruz Hoyos, reportero de El País.

El secretario de Gobierno, Óscar Enrique Prieto, lanza una sonrisa ahora que se conversa sobre un tema que ha sido presentado por los noticieros como polémico...

III El atrasoEl secretario de Gobierno, Óscar Enrique Prieto, lanza una sonrisa ahora que se conversa sobre un tema que ha sido presentado por los noticieros como polémico: la supuesta conmemoración que va a realizar la Alcaldía de San Vicente del Caguán el 21 de febrero, con motivo de los diez años del fin de la zona de despeje.En realidad, dice Prieto, no es una conmemoración, no es una celebración. Se trata más bien de una estrategia mediática. Como los medios del país han vuelto la mirada al Municipio, se programó un acto cultural para, justo el 21 de febrero. La idea es presentar, a nivel nacional, un borrador del Plan de Desarrollo de San Vicente. Los diez años son apenas un gancho para que noticieros, periódicos, emisoras divulguen la noticia.Presentarle a todo el país ese Plan de Desarrollo es, en el fondo, una forma de reclamación. Aunque el Estado ha hecho presencia desde el fin de la zona de distensión, agrega el Secretario de Gobierno, ha sido negligente en el sentido de que la población tiene múltiples necesidades insatisfechas.Hoy la tasa de desempleo llega al 16%, no hay agua potable, la inversión privada es mínima debido a la estigmatización del pueblo, el alumbrado público es deficiente, el cementerio está cerrado porque se quedó sin espacio, la cobertura de educación superior es baja, no hay universidades. San Vicente del Caguán, diez años después de ser zona de despeje, es un pueblo que lucha contra el atraso.Entonces, es apenas justo que el Estado, por fin, aporte recursos y trabajo para poder cumplir con ese Plan de Desarrollo. Sería una buena manera de compensar a un pueblo que se siente víctima del proceso de paz.

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