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Rana de cejas amarillas, la nueva especie colombiana

Fue descubierta en exploraciones geográficas de investigadores del Instituto Humboldt en la cordillera Oriental de Colombia.

6 de junio de 2016 Por: Elpais.com.co|Colprensa

Fue descubierta en exploraciones geográficas de investigadores del Instituto Humboldt en la cordillera Oriental de Colombia.

Con notables cejas amarillas y cuerpo camuflado, investigadores colombianos confirmaron una nueva especie de rana que agranda la familia de anfibios mundiales y habita en los páramos del complejo Iguaque Merchán, al norte del municipio de Arcabuco (Boyacá).  Es la Pristimantis macrummendozai, especie que desde ahora ingresa al registro del mundo científico tras exploraciones geográficas de investigadores del Instituto Humboldt en la cordillera Oriental de Colombia.  La rana, por ahora no calificada como una especie bajo amenaza, se destaca por la capacidad de conservar la humedad gracias a los pliegues de su piel. Asimismo, puede adaptarse fácilmente a las áreas planas, secas y rocosas; es dueña de una coloración oscura, que le sirve para camuflarse para evitar a sus depredadores y al mismo tiempo le permite absorber calor en el frío de los páramos boyacenses. Este anfibio tiene una presencia de discos reducidos en las extremidades delanteras que le facilitan, entre otras cosas, trepar y esconderse en las rocas.  A diferencia de otras, la Pristimantis macrummendozai aprovecha el ambiente húmedo en los páramos para depositar huevos en tierra y así reproducirse. Por esta razón  carece de almohadillas nupciales en las patas delanteras, un mecanismo similar al velcro con las que muchas ranas macho retienen a la hembra, que suele ser escurridiza, para aparearse en ambientes acuáticos.  Con este hallazgo, ya suman 10 las especies de ranas de lluvia, entre otras, que viven y se reproducen exclusivamente allí y están asociadas a los ambientes de alta montaña de la cordillera Oriental colombiana, que reúne 16 complejos de páramos como Chingaza, Santurbán, Almorzadero, Cundinamarca, Guantiva, Pisba, Sumapaz.  Y es que, al parecer, las alturas desde los 3500 metros ofrecen las condiciones para la reproducción de la nueva especie, así lo demuestra un informe publicado en portal colombiano Batrachia, que recopila información de fauna anfibia del país y que a la fecha registra 204 variedades de estas ranas, 40 de ellas distribuidas en 36 complejos con presencia de bosques altoandinos.  Andrés Acosta Galvis, curador de Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt, afirma que, si bien son esperanzadores estos descubrimientos, “el país requiere aún de un arduo trabajo de campo por la cantidad de zonas con vacíos de conocimiento, el número de colecciones científicas con especies sin estudiar dado los limitados estudios morfológicos y moleculares, lo que supone posibles sorpresas y aportes futuros de Colombia para la ciencia”.  A nivel mundial, este tipo de descubrimientos ubica a Colombia entre los cinco países con más diversidad de fauna. En el caso de los páramos, demuestra que los complejos de alta montaña equivalen a “islas geográficas” que son nicho de especies únicas, imposibles de encontrar en sitios semejantes, lo cual evidencia la necesidad de protegerlos y de continuar con el inventario de diversidad en estas áreas.  Desde esta perspectiva, hallar nuevas especies en ambientes aislados de páramo augura sorpresas una vez se exploren por completo a lo largo y ancho del territorio nacional. Por ahora, la tarea de documentarlas es el primer paso para conocer la riqueza y diversidad de los ecosistemas terrestres y construir y alimentar el inventario que es la base científica de la megadiversidad.  

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