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¿Quién se robó las ayudas de Armero?

Llegaban cajas llenas de ropa y juguetes para niños, pero a los damnificados les daban prendas viejas. Además, había muchos reclamando cosas que no eran del pueblo, cuenta un sobreviviente.

11 de noviembre de 2015 Por: Viviana González Poveda | Colprensa.

Llegaban cajas llenas de ropa y juguetes para niños, pero a los damnificados les daban prendas viejas. Además, había muchos reclamando cosas que no eran del pueblo, cuenta un sobreviviente.

[[nid:480243;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/11/tragedia-734.jpg;full;{El País recorrió las ruinas de esta ciudad del Tolima que desapareció del mapa por una tragedia anunciada. Retrospectiva de la catástrofe, los símbolos que la recuerdan y testimonios de sus sobrevivientes.El País}]]

Emilio Méndez Cruz es uno de los sobrevivientes de la tragedia de Armero hace 30 años. Para entonces tenía tan solo seis años de edad y tuvo que presenciar cómo la avalancha acabó con su familia, aunque milagrosamente su hermana fue rescatada con vida por un socorrista de la Defensa Civil.  Pocos días después comenzaron a llegar las ayudas de diferentes países que se solidarizaron con Colombia. Eran cajas llenas de ropa y juguetes para niños, muchos de los cuales  terminaron en manos de personas que no eran damnificadas por la tragedia.  “Cuando íbamos a recoger la ropa nueva que había llegado a través de donaciones de otros países, lo que nos entregaban las enfermeras del hospital era ropa vieja y sucia, aun cuando veíamos cómo ellas abrían las cajas y se repartían la mejor ropa entre funcionarios del hospital. Por eso nunca más volvimos a pedir nada de las donaciones extranjeras, porque no merecíamos ser tratados como indigentes”, narró Emilio.  También recuerda que “fue muy difícil” recibir las ayudas “debido a que no teníamos documentación porque todas nuestras cosas las perdimos en la avalancha, entonces no podíamos demostrar que éramos armeritas”. Por eso dice que mucha gente aprovechó el desorden y se hizo pasar por sobreviviente para recibir ropa y auxilios, “y los verdaderos damnificados parecíamos mendigos pidiendo lo que era para nosotros”, se queja Emilio.  Sin embargo, esa parece no ser una situación aislada sino más bien generalizada en este tipo de eventos naturales, de acuerdo con el antropólogo y sociólogo de la Universidad Nacional Fabián Sanabria. “En un Estado Social de Derecho, cuando surge una tragedia o una catástrofe, el ciudadano tiene derecho a reclamar ayudas al Estado, pues no está pidiendo limosna. Hay que superar la concepción limosnera y caritativa que muchas veces tienen las entidades del Estado, más aún cuando no hay sanciones a quienes se aprovechan de los damnificados: en Colombia siempre el vivo ha vivido del bobo”, sostiene el experto.  Por su parte, Carlos Sepúlveda, decano de la facultad de Economía de la Universidad del Rosario, señaló que el problema en el caso de la avalancha de Armero radicó en la carencia que existía en ese momento de un sistema sólido de registro de la población afectada. De ahí que muchos habitantes de otras poblaciones llegaron a recibir parte de las ayudas que se les estaba brindando a los armeritas, situación que -dice el catedrático- no ha cambiado a pesar de los avances de la Registraduría Nacional. Avances en atención de desastres naturalesA raíz de todos los desastres naturales por los que ha pasado Colombia, entre ellos el terremoto de Popayán (1998), la avalancha de Armero (1985) y la reciente ola invernal, se demostró la necesidad de crear una entidad que atendiera todos los fenómenos naturales que se presentan en el país debido a sus condiciones climáticas, y que en los casos de emergencia administre adecuadamente las ayudas para la población afectada.  Por esta razón en 2011 se creó la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), que ha trabajado en pro de mitigar el impacto de las emergencias naturales y que ha sido la encargada de administrar y de hacer llegar las ayudas a las poblaciones afectadas.  Esta Unidad trabaja del mano con otras entidades como el Servicio Geológico Colombiano y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), que a través de sus equipos han logrado prever varios desastres naturales y minimizar la vulnerabilidad de las poblaciones cercanas, permitiendo disminuir el número de víctimas fatales por las emergencias y dar alertas tempranas en las zonas de influencia.  

[[nid:480875;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/11/ep001048949.jpg;full;{Debido a emergencias como la de Armero, Colombia ha debido avanzar en fortalecer a los organismos de socorro para enfrentar posibles desastres.Archivo de El País.}]]

Igualmente, a lo largo de los años estas entidades han logrado implementar una mejor tecnología que les ayude a fortalecer la parte técnica para la atención de fenómenos naturales.  Pero la Ungrd no trabaja sola sino, por el contrario, ha contado con el acompañamiento de organismos como las Fuerzas Militares, la Policía, la Cruz Roja, la Defensa Civil, los Bomberos, entro otros, lo que les ha permitido liderar a nivel nacional la oportuna reacción en la atención de desastres. Administración de recursosCuando un desastre natural se presenta muchas son las ayudas que llegan provenientes de la solidaridad internacional. Sin embargo, algunos de estos auxilios nunca llegan a los damnificados y terminan en manos de políticos o simplemente de aquellos que buscan aprovechar de la situación.  “Cuando ocurrió la tragedia de Armero no se tuvo en cuenta cuáles eran los criterios para la administración de los recursos y las ayudas que muy generosamente todos los países hicieron llegar y que finalmente ni siquiera los servicios sociales del Estado entregaron a las víctimas”, afirmó el sociólogo Fabián Sanabria. Para el experto, “es una necesidad” establecer drásticas sanciones para quienes se apropian de los recursos de los más necesitados, incluyendo “a aquellos funcionarios que desde sus cargos terminan negociando con el dolor ajeno”.  Por su parte, el profesor Sepúlveda afirmó que es necesario el aumento de control por parte de la Contraloría para la administración de los recursos que se tienen para estas eventualidades. “No puede ser que las víctimas tengan que llegar al punto de interponer tutelas para recibir las ayudas del Estado, cuando es obligación por simples razones humanitarias”, considera el catedrático.  Actualmente, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres cuenta con un fondo propio de recursos para la atención de emergencias, lo que hace más efectivo su accionar en las zonas afectadas.  Los expertos consultados por Colprensa coinciden en que es necesario que las alcaldías y gobernaciones inviertan más recursos en este tema, pues los disponibles no son suficientes para cubrir a toda la población si llegase a presentarse una eventualidad en varias zonas del país. Y recuerdan que Colombia es un país muy afectado por los fenómenos naturales debido a sus condiciones geográficas, topográficas y climáticas.
Sobre las ayudasEl Fondo de Reconstrucción, Resurgir,  fue creado el 24 de noviembre de 1985, y en su primer año administró recursos por $1924 millones. De ellos US$3,3 millones fueron donaciones extranjeras.Se calcula que se levantaron unas 5000  viviendas  en Lérida y zonas aledañas, a cargo especialmente de ONG. Dicen que muchas no fueron habitadas por damnificados reales.La corporación Resurgir carnetizó a 32.000  damnificados y se calcula que Armero tenía 30.000 personas.  Se dice que  40.000 personas se presentaron a reclamar ayudas.Las pérdidas materiales,  de acuerdo con la ONU, sumaron US$212 millones.

 

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