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¿Qué tanto pesará el voto de opinión en las elecciones presidenciales?

Este respaldo puede marcar diferencia, pero no sería decisivo para el resultado final: analistas.

20 de abril de 2014 Por: Redacción El País, Bogotá

Este respaldo puede marcar diferencia, pero no sería decisivo para el resultado final: analistas.

Las elecciones a la Presidencia de la República están a la vuelta de la esquina y los cálculos de los candidatos son las premisas que mueven las estrategias que deberán adoptar, a fin de obtener el favor popular. Por esto, en esos cuadros estadísticos se manejan dos escenarios: el voto que se obtiene por la maquinaria política y el sufragio de opinión, que en este tipo de elección uninominal suele adquirir más peso. En los diagnósticos que se hacen en el interior de las campañas, e incluso, los que elaboran los expertos en marketing político se tienen en cuenta los dos escenarios, debido a que quienes controlan los votos de las maquinarias que ofrecen las organizaciones políticas no descuidan la búsqueda de esos ciudadanos que analizan opciones diferentes a las que podría imponer la tradición.En una campaña en la que los mismos analistas han dicho que existe ausencia de debate, el golpe de opinión que propinen los candidatos será vital a la hora de recaudar votos en las urnas.Sin embargo, las opiniones sobre el protagonismo del voto de opinión en la actual contienda son dispersas, debido a que los expertos en el tema dividen sus visiones con respecto al papel que jugará este tipo de sufragio en las elecciones que se realizarán el próximo 25 de mayo.Hay quienes consideran que hay mucha diferencia en las elecciones a cuerpos colegiados como el Congreso, asambleas y concejos, y los comicios que definen cargos unipersonales como el Presidente, los gobernadores y los alcaldes.Respecto a esta diferenciación, el exministro de Gobierno, Armando Estrada Villa, explica que “en las elecciones de los cuerpos colegiados existe mucha influencia clientelista con mermelada y contratos, pero en las unipersonales se da una especie de liberación del elector, quien es más analítico a la hora de definir su voto”.Añade que el voto de opinión lo ejerce, principalmente, “un sector de la sociedad más ilustrado, que analiza las propuestas y no tiene su voto amarrado a intereses clientelistas, sino que, por el contrario, es más libre y a conciencia”.Estrada considera que este tipo de voto sí puede tener una influencia en las elecciones que se avecinan, pero advierte que “de todas maneras podría afectarse por las influencias de las maquinarias”.Una visión similar a la de Estrada la tiene el analista Camilo González Posso, quien explica que el voto de opinión es un fenómeno más urbano y por ende tendrá un alto impacto en los comicios.Dice que “el voto de opinión se concentra en las principales capitales del país y estas representan un poco más del 40 % del potencial electoral”. Añade que con esta concentración amplia de votación, de casi la mitad del censo electoral, este sufragio “podría representar, por lo menos, el 20 % de ese potencial, lo que podría marcar alguna diferencia” frente al resultado final.Con base en lo anterior, González Posso pronostica que “la sumatoria de los otros votos y el de opinión podría representar una diferencia de 3 o 4 puntos entre un candidato y otro, lo que generaría que la competencia sea muy reñida, pero al tiempo, decisiva para quien logre capitalizar esta diferencia”.El analista acompaña la apreciación del exministro Estrada con respecto al tema del clientelismo político, debido a que cree que las maquinarias políticas “pesan más en las elecciones al Congreso”, sin embargo reconoce que “en la actual campaña presidencial, por lo menos en esta etapa, hay menos control a la mermelada y eso pesa mucho, pero de todas maneras sí hay un 20 % de voto de opinión que está en juego”.No obstante a las apreciaciones anteriores, hay quienes son más escépticos frente a la eventual preponderancia del voto de opinión en las actuales justas electorales, debido a que reconocen que las maquinarias son una realidad del país y estas terminarán por apabullar a este sector del que se asegura vota a conciencia.En este sentido, la politóloga Laura Gil manifiesta que es muy complicado que el voto de opinión pueda influir en la actual campaña, ya que “en las elecciones pesan mucho las maquinarias políticas”.Explica que el fenómeno ha tenido algunas experiencias en el pasado y recuerda que en las anteriores elecciones al Congreso “el caso de Claudia López (senadora electa) es la excepción que confirma la regla”.Sustenta su tesis al argumentar que en Colombia “aún no existe una cultura política arraigada porque aún existe la compra de votos y esto es un círculo vicioso, porque mientras los políticos no ayuden a acabar con estas prácticas, la conciencia electoral, no se puede reproducir en los ciudadanos”.Sin embargo tiene un halo de optimismo al decir que “el voto de los ciudadanos se va a ir inclinando hacia el de opinión” debido a que existe “un desgaste de la política tradicional” que se podría dar por la “necesidad de un cambio generacional y la insatisfacción por las prácticas políticas”.Una lectura sobre la realidad del voto de opinión la ofrece la directora de Transparencia por Colombia, Elizabeth Ungar, quien en diferentes escenarios ha explicado que “es un error pensar que todo lo que no es voto de opinión, es voto comprado, voto clientelista o de maquinaria”. Agrega que en Colombia existe la creencia de que los ciudadanos que acompañan a un candidato de ‘opinión’ son ajenos a las prácticas clientelistas, por lo que advierte que “el voto de opinión se ha convertido en una especie de panacea que todos buscan, que muchos dicen tener, que todos quieren tener, pero que es difícil de definir o de cuantificar”.También señala que este voto no es del todo ajeno a las maquinarias, ya que requiere del apoyo de organizaciones que manejan esquemas de maquinarias, porque no de otra manera puede terminar capitalizando esas propuestas de opinión en “respaldo real y efectivo”.Una posición más mesurada la dio la directora Ejecutiva de la Misión de Observación Electoral (MOE), Alejandra Barrios, quien insiste en que ese grupo de ciudadanos se puede acomodar en la orilla de los indecisos, es decir que se encuentran a la espera de quién marca la diferencia para definir su respaldo.“Este grupo de personas toma decisiones solo cuando se acercan las elecciones”, explica Barrios y complementa: “existen muchos ingredientes que determinan la forma en cómo van a decidir, como el comportamiento que se dan en los debates, la identificación que logren del candidato y el carisma que tenga el aspirante”.Al paralelo, hay quienes indican que el voto de opinión podría marcar diferencia en la primera vuelta presidencial, pero se puede disolver en la segunda. Agregan que en segunda vuelta es más complicado lograr un triunfo con solo el voto de opinión porque está demostrado en experiencias anteriores que las maquinarias en este escenario juegan un papel vital (ver nota anexa).

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