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“Programa Colombia Siembra no es una habladera": ministro Iragorri

El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, responde a las criticas y señala que resultados se verán a partir del 2016.

7 de diciembre de 2015 Por: Argemiros Piñeros | Colprensa

El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, responde a las criticas y señala que resultados se verán a partir del 2016.

El reloj que lleva en la muñeca izquierda el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, está adelantado. 15 minutos más que la hora real. Dice que lo hace para estar siempre a tiempo en sus actividades y no perderle pista a sus compromisos. Y sin duda su reto nuevo al frente de esa cartera, ‘Colombia Siembra’ le obliga a que los tiempos previstos para ese programa se cumplan, de manera que se puedan sembrar un millón de nuevas hectáreas en los próximos tres años.  Muchos no creen en esa meta, pero él sostiene que a partir del 2016 habrá un cambio en el agro colombiano. ¿Cómo se estructuró el programa Colombia Siembra, que es una gran apuesta del gobierno Santos para los próximos años?  El Censo Nacional Agropecuario nos confirmó una serie de datos con respecto al abandono del sector rural del país y veníamos trabajando antes de eso con un propósito fundamental, que era buscar la forma de recuperar el concepto de la soberanía alimentaria. Revisamos estadísticas, pero reales. La primera es qué se ha hecho en el país de 1994 al 2014 en siembras nuevas. Sólo se han sembrado 600.000 nuevas hectáreas en 20 años y de ahí surge la meta de sembrar un millón de hectáreas en los próximos tres.  El país tiene 113 millones de hectáreas rurales, de esas 44,8 % son aptas para la agricultura, la ganadería y la reforestación, y tenemos sembradas en agricultura 7,1 millones de hectáreas.  Vimos cuáles son los productos que estamos importando en este país, porque dejamos de sembrar.  ¿Cuáles son los principales focos de ese programa? Definimos cinco líneas. En cereales estamos importando US$170 millones al mes, como trigo, cebada, maíz y lo único que producimos es maíz blanco, 1,1 millones de toneladas. En el caso del arroz estamos importando el 30 % de lo que necesita consumir el país. La segunda línea son los aceites, pero todos los aceites que se consumen son importados; el país tiene 500.000 hectáreas sembradas de palma de aceite y eso no lo estamos consumiendo en la mesa. ¿Las otras líneas cuáles son?  En frutas y verduras estamos importando US$45 millones  al mes, todas ellas las podemos sembrar en el país. La otra línea es que en pescado, sin meter mariscos, importamos US$39 millones al mes, cuando lo podemos producir todo en Colombia. Otra línea que buscamos es aumentar la producción de forrajes y forestales. La última línea son las leguminosas, que son frijol, arveja y lenteja entre otras, cuyas importaciones valen US$25 millones  al mes.  ¿De esas líneas, cuál cree que empezará a arrojar los mejores y más rápidos  resultados?  Si nosotros reemplazáramos las importaciones de maíz, soya y cebada, alcanzaríamos el 70% del volumen de esas compras. Pero creo que podemos encontrar resultados más rápido en la piscicultura. Colombia tiene un gran potencial, hay una represa que es Betania, donde se cultiva tilapia. Con sólo lo que cultivamos allá, en una extensión de  20.000 hectáreas, sería suficiente para atender la demanda. Además, somos los segundos exportadores a Estados Unidos.  ¿En  arroz, en el que Colombia no es autosuficiente, qué va a pasar?  En  arroz creo que en un tiempo menor a tres años podremos ser autosuficientes, lo que será un paso  importante. De todos los cultivos es en el que vamos a lograr  más rápidos resultados. Se mejoró mucho el tema de la productividad, porque  están lográndose casi seis toneladas por hectárea, porque la gente está ávida de sembrarlo. Además, con inversiones en agua en zonas del Meta, Arauca y Casanare, lograremos que se cultive dos veces más arroz. ¿Y en las proyecciones de este plan tuvieron se tuvieron en cuenta los embates de fenómenos climáticos como El Niño?  Definimos una política de riesgo agropecuario que tiene tres puntos. Los proyectos que van inscritos en Colombia Siembra, todos tendrán seguro agropecuario, un seguro para la siembra. Podemos darle cobertura de precio a la persona que siembra con una figura financiera que le permite tener una garantía mínima del precio al que va a vender su producto. Y tercero, para  exportación la idea es  continuar con una política que nos dio buenos  resultados y que es la de tener en cuenta el tipo de cambio, porque igualmente sabrá el agricultor a qué precio venderá.  Los críticos dicen ya que ‘Colombia Siembra’ es mucha habladera. ¿Qué les responde?  Independiente del criterio, que es respetuoso, esto no se rebate sino con resultados. En un año hablamos para que vealos resultados. El programa lo acabo de lanzar y miramos en un año en qué quedó la habladera. Les digo, por qué se quedaron callados durante 40 años en que el país estaba viviendo lo que pasaba. Ahora que hay una propuesta concreta, estructurada y que se lleva estudiando un tiempo importante, se critica. Yo respondo con resultados y miramos cuántas hectáreas nuevas se sembraron en este país, tengo metas por semestre. El próximo año vamos a tener más hectáreas sembradas que las que hubo en otros años.  Pero ¿Colombia Siembra’ sí tiene asegurado su presupuesto? Esta es una política que busca reorientar los mismos recursos que tenía el Ministerio hacia unas inversiones que den mejores resultados. Un ejemplo es el algodón, se les paga a los productores dos millones de pesos por tonelada producida y cuando comenzó el Conpes había 85.000 hectáreas sembradas, pero hoy, diez años después, existen solamente 12.000 sembradas y muy poca gente dedicada a esa siembra. ¿Eso  significa que este será un programa muy asistencialista, es decir,  de mucho subsidio a pesar de que la situación fiscal no es la mejor?  Todos los sectores agropecuarios del mundo tienen subsidios, los presentan de una u otra manera. Dos ejemplos exitosos con Ecuador y Perú, donde nos tomaron diez años de ventaja y lo hicieron con un programa similar a este.  Hoy estamos reorientando esos subsidios. No hay subsidios sin mayor productividad. Estas ayudas gubernamentales lo que buscan es una mayor productividad del campo, y solo una asistencia financiera. ¿Este programa es la cuota que le corresponde al Ministerio de Agricultura para el  posconflicto?  La gente estaba exigiendo por un lado que se necesitaba una política para el sector, y  está es una verdadera política para sacar al campo de su atraso.  El posconflicto en Colombia se desarrolla en el campo, y no sólo con quienes levantaron las armas contra el estado colombiano.

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