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¿Por qué el presidente Santos no ha logrado consolidar el santismo?

Analistas dicen que, a diferencia de Uribe, el Jefe de Estado confía más en los partidos y no se la juega con el caudillismo del gobierno anterior.

29 de septiembre de 2013 Por: Redacción El País, Bogotá

Analistas dicen que, a diferencia de Uribe, el Jefe de Estado confía más en los partidos y no se la juega con el caudillismo del gobierno anterior.

La identidad política del presidente Juan Manuel Santos está en juego. Si bien el Jefe de Estado se ha concentrado en fortalecer la Unidad Nacional, en lo que lleva de su Gobierno no ha logrado consolidar un movimiento santista. Esta situación dista mucho de su antecesor, Álvaro Uribe, quien en su primer año de mandato afianzó la doctrina uribista, que hoy conforma el Centro Democrático.Algunos sectores apuntan a indicar que el presidente Santos se dedicó a reforzar la Unidad Nacional para tener un respaldo en sus proyectos de Gobierno y, de hecho, le ha funcionado. Pero esto, a juicio de los observadores, ha ido en detrimento de una falta de identidad política pues esta coalición es la suma de partidos heterogéneos que tienen sus propias filosofías y no precisamente profesan un santismo puro.La situación, según el exmagistrado José Gregorio Hernández, radica en que “Santos está confundido y eso ha determinado que no tenga una identidad” y sustenta que el Jefe de Estado “se ha focalizado en grandes temas que los partidos de la Unidad Nacional acompañan cuando quieren, pero cuando no lo hacen comienzan las peticiones”.Explica que esta situación se debe a que las colectividades lo acompañan más por conveniencia que por convicción ideológica, por lo que sentencia que “cuando le brindan los apoyos a sus proyectos siempre buscan una contraprestación. Es la famosa mermelada, como se ha bautizado en este Gobierno”.El analista Alfredo Rangel dice que la Unidad Nacional es un conjunto de partidos “cada uno con sus propias ideologías y sus intereses particulares”, razón por la cual cree que más que acompañar al Presidente por sus ideales “ellos, las colectividades, están alrededor del presupuesto nacional y no de la figura del Jefe de Estado”.Esto, según se advierte, le ha traído problemas al Primer Mandatario, por lo menos en el tiempo que lleva de Gobierno, ya que ha tenido un manejo consensuado con los partidos de la coalición de Gobierno, dejando a un lado la posibilidad de consolidar una doctrina santista.En este sentido, el representante conservador Telésforo Pedraza dice que el manejo de una coalición de Gobierno no es exclusivo del actual Presidente. “Cuando un mandatario se respalda en unas mayorías en el Congreso se encuentra con que los parlamentarios siempre están buscando su salvación personal y no precisamente la salvación nacional”.Por esto, el Representante a la Cámara explica que la situación del presidente Santos es diferente a la de su antecesor Uribe, ya que “son diferentes momentos y visiones que se tienen de hacer política”.Anota que Uribe logró una unidad en torno suyo “por su propuesta de guerra frontal contra la guerrilla” mientras que Santos “tuvo un giro y tiene todas sus apuestas en la paz”.Por esta razón, agrega, Santos “más que buscar posicionar un grupo político lo que ha hecho es buscar la gloria con la paz y para hacerlo se apoya en los partidos”.Una mirada coincidente a esta observación la dio el analista Fernando Giraldo, quien asegura que lo que sucede es que “Santos es un político de partidos, Uribe no”.Sustenta esta tesis al afirmar que “Uribe no se desgastó con los partidos porque no le gustan las estructuras orgánicas, ya que al construir un vademécum de ideas garantiza que son suyas y no tiene que responderle a nadie”.Es por eso que Giraldo cree que lo que tiene Uribe es “un movimiento caudillista, en el que aglutinó un grupo de seguidores que defienden sus ideas, sus doctrinas”, situación que determina que todos quienes lo acompañan trabajan en pro de una figura y no de una institución. Caso contrario, según Giraldo, es el del presidente Santos quien “sí cree en los partidos y la institución de los mismos”.Este modelo de Santos tiene sus puntos positivos y también negativos, porque “los partidos políticos lo respaldan en sus propuestas de Gobierno y en su propósito de paz, pero con la desventaja de que ese apoyo se lo cobran y le comienzan a pedir cosas”.Explica que la mayor característica de los partidos, después de 1958, es que dejaron de ser caudillistas y “toman distancia de sus líderes, lo que se traduce en la autonomía de cada uno de sus miembros”. De hecho, eso ha generado que cada uno de los militantes de las colectividades tengan sus bastiones regionales y de ahí la existencia de los caciques y los gamonales políticos.Una mirada diferente a la situación la dio el senador Liberal, Luis Fernando Velasco, quien considera que el Jefe de Estado prefiere gobernar con los partidos antes de crear un entorno a su nombre en lo que se llamaría el santismo.Velasco tiene claro que el “nicho del Presidente es, sin duda, el Partido Liberal, porque sus propuestas de Gobierno son de clara filosofía liberal”.Es por esto que, a su juicio, si el Mandatario buscara crear una doctrina santista lo haría con los amigos del Partido Liberal, ya que “allí tiene simpatías, porque es el partido que más defiende las propuestas del Presidente, entre ellas, la paz”.No obstante, el senador Velasco reconoce que el Jefe de Estado quiere mantener la Unidad Nacional sin alteraciones y por ello “busca quedar bien con todos y busca la cercanía con cada uno de ellos, pero como existe diversidad de pensamientos, siempre encuentra algunas dificultades”.De hecho, las diferencias los partidos de la Unidad Nacional son palpables, más aún cuando las campañas al Congreso y a la Presidencia ya tomaron vuelo. En este orden de ideas, Velasco dice que podría haber un giro del presidente Santos sobre su idea de consolidar el santismo.Explica que con la campaña reeleccionista habría un reacomodamiento en este sentido, ya que “con este nuevo escenario puede haber una búsqueda de esos apoyos políticos en torno a su propia figura, apartándose de los partidos, lo que podría redundar en el surgimiento del santismo”.Sin embargo, el representante Pedraza asegura que el Presidente se siente bien con la Unidad Nacional, porque “mal o bien le ha venido funcionando, pues a pesar de que no le han aprobado todo, sí ha sacado muchos proyectos clave para su gobierno”.Un elemento adicional que ha jugado en contra de la consolidación del santismo, según los mismos analistas, es la ambigüedad del discurso del Jefe de Estado.Según José Gregorio Hernández “el Presidente quiere quedar bien con todos y le pone una vela a Dios y otra al Diablo y no se define porque así como está al lado de su partido, La U, también lo hace con los liberales y las demás colectividades de la Unidad Nacional”.Alfredo Rangel piensa que es precisamente “esa indefinición la que ha afectado la consolidación de la doctrina santista”.Una Unidad Nacional a mediasLa Unidad Nacional, según analistas, se ha convertido en el soporte político del presidente Juan Manuel Santos. Sin embargo, con el inicio del proceso electoral, las cosas podrían cambiar.Uno de los que considera que el Jefe de Estado solamente contará con el respaldo del liberalismo es el senador Luis Fernando Velasco, quien dice que “cada partido tiene un líder que no da cabida al Presidente”.En este sentido, anota que Cambio Radical tiene a Germán Vargas; los conservadores se marginan “cada tanto” y la U “está distribuida conceptualmente, porque unos están con Álvaro Uribe y otros con Santos”.El representante Alfonso Prada asegura que la reelección presidencial va a determinar “un resquebrajamiento de la Unidad Nacional” que supone que cada partido trabaje para lo suyo.La situación ya es evidente, debido a que los conservadores aún no definen su respaldo a la reelección de Santos; los Verdes anunciaron su salida de la Unidad Nacional y van por la tercería; Cambio Radical espera instrucciones de Germán Vargas Lleras; Opción Ciudadana, guarda silencio y -según se conoció- está esperando si se adhiere o no a una eventual búsqueda de la continuidad del Jefe de Estado, y el Mira, no se ha manifestado, pero mantiene una posición crítica.Adicional a lo anterior, los conservadores se han quejado por el tratamiento que le ha dado el presidente Santos a esa colectividad, incluso le han dicho que lo han acompañado en todas las propuestas, pero no han visto retribución a este apoyo.El senador Hernán Andrade aseguró en su momento que “es un amor a distancia no correspondido”.Estrategia uribistaLa ausencia de identidad política del Presidente se podría traducir en que el uribismo entre a jugar un papel coyuntural en el futuro cercano.El analista Fernando Giraldo tiene la tesis de que “el uribismo sabe que no va a ganar la Presidencia, por lo que le apuestan todo al Congreso”.Explica que con Álvaro Uribe a la cabeza, lo que buscará esta doctrina será “tomarse el gobierno desde el Legislativo. Es presidencializar las elecciones al Congreso”.Según Giraldo “esto representaría una ruptura histórica, porque se acabará con la subyugación del Legislativo frente al Ejecutivo, ya que desde el Congreso se impulsará todo el ideario del uribismo, con un expresidente caudillo”.Sin embargo, el representante Telésforo Pedraza advierte que hay que esperar cómo queda el nuevo Congreso, porque a veces los cálculos políticos no se cumplen “al pie de la letra”.

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