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Polémica por decisión de la Corte sobre dosis mínima de droga en el país

De acuerdo con los detractores, determinar que no es delito superar la dosis mínima si se trata de consumo individual, aumentará la producción y el consumo de estupefacientes en el país.

15 de marzo de 2016 Por: Elpaís.com.co l Colprensa

De acuerdo con los detractores, determinar que no es delito superar la dosis mínima si se trata de consumo individual, aumentará la producción y el consumo de estupefacientes en el país.

Ua fuerte controversia ha generado en el país la decisión de la Corte Suprema de Justicia de cambiar el concepto de la dósis mínima de droga en Colombia.

La medida determina que el porte de sustancias estupefacientes ligeramente mayores a la dosis mínima (20 gramos) en Colombia no es un delito, si es para consumo o si es la cantidad que una persona enferma necesita.

Esto quiere decir que el hecho de portar una dosis mayor a la que la ley estipula como mínima no implica cárcel inmediata para el consumidor, pues según la Corte esta no es prueba suficiente para determinar que quien haya sido sorprendido con la sustancia contribuyó a alguna acción criminal relacionada con el negocio de las drogas.

En ese sentido, precisa la Corte, la persona no puede ser procesada penalmente si se comprueba que portaba la sustancia para su satisfacción personal.  

Para David Barguil, presidente del Partido Conservador, este fallo abrió la puerta a la complacencia del aumento al porte de estupefacientes en Colombia.

"Nos parece inadecuada la nueva jurisprudencia que deja en el limbo la manera como se va a judicializar de ahora en adelante a las personas que sean sorprendidas con una dosis mayor de la permitida hasta el momento. Esto no sólo genera una permisividad hacia el microtráfico sino que aumenta las probabilidades de que mayores jóvenes puedan portar estas sustancias para su consumo personal sin restricciones", sostuvo. 

Barguil plantea que se deben analizar los efectos de esta decisión, "la solución no es aumentar la dosis mínima de droga ni incentivar el consumo entre los jóvenes colombianos, hay que combatir al microtráfico y narcotráfico desde todos los frentes". 

A su turno, el representante a la Cámara Efraín Torres manifestó que “me parece peligroso el fallo de la Corte Suprema que absolvió a un soldado con más de la dosis mínima de marihuana, este fallo puede ser la excusa perfecta para los jíbaros que venden droga en los colegios, ya que podrían legalizar su negocio”. 

Insistió en que “no queremos que adictos y enfermos terminen en la cárcel pero hay que buscar un mecanismo expedito para diferenciar a los comerciantes de droga y a los enfermos”. 

A través de su cuenta de Twitter, el senador Alfredo Rangel advirtió que con la medida podría aumentar la producción y el consumo de alucinógenos. 

Para el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, esta decisión "incrementará aún más" el uso de sustancias psicoactivas por parte de la ciudadanía e insiste en la legalización de las drogas.

"Las permanentes flexibilizaciones en esa materia han generado un aumento desproporcionado en el consumo drogas con todos los efectos sociales", dijo. De acuerdo con Ordóñez, ya la consecuencia de la despenalización de la dosis mínima en el pasado fue el aumento del consumo. "El temor que me suscita es que muchas veces las decisiones no consultan, ni las realidades sociológicas, ni valoran los impactos sociales", afirmó. 

Por su parte, la Fiscalía General de la Nación respaldó el fallo de la Corte Suprema de Justicia, al indicar que la decisión es tomada conforme con la jurisprudencia universal frente a estos casos, en los que según la entidad emplean cerca de 100 fiscales por año, para atender 50 mil procesos que se relacionan con el porte de estupefacientes. 

“Esta es una sentencia moderna, consistente con una política criminal y de drogas racionales, para que persigan a los grandes capos, y no a las personas vulnerables que no hacen parte del negocio del narcotráfico”, manifestó el director Nacional de Políticas Públicas de la Fiscalía, Miguel Larrota. 

Otros expertos consideraron que si bien el fallo es “un avance” en la lucha contra las drogas, dejó una zona gris que no está delimitada en ninguna norma. 

En ese sentido, Manuel Quinche, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del Rosario, consideró que la decisión de la Corte Suprema de Justicia va en la misma dirección de la sentencia C-221 de 1994 de la Corte Constitucional, donde se indica que el problema de las drogas “no le corresponde al derecho penal sino al sistema de salud”. Es decir, que el consumo de la dosis mínima no debe considerar un delito como sí lo es la producción y la comercialización de narcóticos. “La tendencia global es a descriminalizar los narcóticos. Las medidas represivas han sido un total fracaso, los gastos en persecución de narcóticos se disparan sin que disminuya el tráfico ni la comercialización”, agregó el experto. Quinche comparte la postura de la Fiscalía en el sentido de que penalizar al consumidor no acaba el problema de las drogas, sino que esos esfuerzos deben enfocarse en perseguir delitos más graves como ataques a la integridad personal y la corrupción. Alejandro Aponte Cardona, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, también es partidario de volver a regular el tema de la dosis mínima. “No debe ser de capricho de cada persona, sino que se requieren estudios especializados”, indicó. El catedrático dijo que este fallo de la Corte Suprema “busca individualizar el problema del consumo de estupefacientes y dar respuesta a un problema de salud pública, y no como un problema penal”, pero advirtió que el tema del microtráfico “es preocupante”, porque involucra a la juventud. De hecho, en eso coincidió Wilfrido Grajales, director del Instituto Distrital para la defensa de la Niñez y la Juventud (Idiprom). El funcionario reconoció que es necesario “quitarle el carácter delincuencial al enfermo y considerarlo más bien un adicto”, pero no duda en afirmar que permitir el aumento de la dosis personal de estupefacientes “no es el mensaje que deberíamos estar dando”. “La droga –dijo- es lo que mantiene a muchos jóvenes en las calles, y eso genera desorden público e inseguridad, ingredientes que ayudan a construir una sociedad inviable”. En su opinión, “lo más grave” de la decisión de la Corte Suprema es “facilitarle las cosas al enfermo para que se enferme cada vez más y enferme a la sociedad... Permitir que un adicto consuma de manera más libre es decir que la droga en dosis mínima es buena”, concluyó. Por su parte, Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación y consultor en temas sociales, cree que en Colombia el consumo de estupefacientes “no puede manejarse como un tema de salud pública”. Ávila reconoció que no va a ser fácil para las autoridades distinguir entre una dosis para el consumo personal y otra para la venta al menudeo. “Ese punto gris es delicado, a pesar de que se trata de una sentencia revolucionaria. Lo que necesita, entonces, es mayor inteligencia de la Policía para distinguir entre quién es vendedor y quién consumidor”, manifestó. 

El caso

La Corte Suprema de Justicia cambió su concepto de la dosis mínima, luego de absolver a un soldado que fue encarcelado en el 2011 por portar 50,2 gramos de marihuana, el doble de lo permitido por la Ley.

Más tarde, la Fiscalía solicitó la preclusión del caso luego de demostrar que el soldado era adicto, es decir que la sustancia que llevaba no tenía relación con alguna acción criminal. 

 

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