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¿Oposición entró en el escenario del todo vale para criticar al Gobierno?

Publicación de coordenadas que hizo el expresidente Álvaro Uribe abrió el debate sobre los alcances de la crítica al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

14 de abril de 2013 Por: Redacción de El País, Bogotá

Publicación de coordenadas que hizo el expresidente Álvaro Uribe abrió el debate sobre los alcances de la crítica al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

Los límites de la oposición en Colombia se rompieron. Por lo menos así lo observan algunos sectores, que coinciden en que las fronteras de la ‘prudencia’ quedaron afectadas con la publicación que hizo el expresidente Álvaro Uribe de las coordenadas del cese de actividades del Ejército para facilitar la salida hacia Cuba de un grupo de guerrilleros.Para los analistas es evidente que estar en contra de las políticas del Gobierno no puede llevar a poner en riesgo la seguridad nacional y menos revelar informaciones privilegiadas del Estado con el prurito de hacer crítica a las acciones que adelanta el Gobierno.Si bien coinciden en que la oposición es necesaria en todas las democracias, no justifican que el exmandatario haya cruzado el umbral de lo prudente, porque -incluso- piensan que era una información que, primero, no era trascendental que la conociera la opinión pública de una manera tan exacta y, segundo, que se comienza a abrir una brecha entre lo que se puede o no utilizar como herramienta para hacer una crítica al Gobierno.La politóloga Laura Gil cree que debe “haber un mínimo de prudencia” y dice que “Uribe hizo las cosas mal porque hay cosas que no son publicables”.Recuerda que en el gobierno de Uribe se aprobó la Ley de Inteligencia, en la que “se penalizaba la entrega y publicación de información clasificada” pero “esa ley la tumbó la Corte y en la que presentó el presidente Santos se castiga a quien revela este tipo de informaciones”.Por esto, considera irónico que el exmandatario “haya utilizado algo que él mismo trató de castigar y lo que hizo fue utilizar información privilegiada para hacer oposición”.La exsenadora Cecilia López no ubica en el terreno de la oposición al expresidente Uribe. “Él no plantea alternativas, actúa con odio, es pasional y eso me parece terrible, porque son objetivos netamente personales”.Para López, lo que hay en el país es una oposición “con actitudes aburridas en las que se evidencia un expresidente sin proyecto de país, sin alternativas, sino con el afán de seguir mandando en Colombia”.Por su parte, Antonio Navarro, presidente de Progresistas, deja claro que lo que hizo Uribe no es oposición porque “se metió con un tema de seguridad nacional y eso sobrepasó los límites”.Dice que “todo tiene que tener límites porque los intereses de la sociedad deben estar preservados” y pone como ejemplo que eso sería como “si uno se aliara con extranjeros para afectar al Gobierno”.Por esta razón, Navarro enfatiza que el comportamiento de Uribe “fue desbordado” y se salió del contexto que tiene el sentido crítico.En paralelo, hay quienes creen que en Colombia la oposición está siendo utilizada de manera irresponsable y por fuera de todos los principios éticos, morales y de respeto por el contrario.Por lo menos esa es la visión que tiene el exmagistrado de la Corte Constitucional, José Gregorio Hernández, quien dice que el país entró en el escenario del “todo vale” en el que “se ha perdido el respeto, lo que infortunadamente nos ha llevado a que estemos en esta pelea”.Pero el exmagistrado observa que las polémicas no se enfocan únicamente en la persona de Uribe, sino que también se evidencia en funcionarios del Estado que entraron en la arena de la discusión.Es así que remembra los recientes hechos ocurridos entre el procurador, Alejandro Ordóñez, y el fiscal, Eduardo Montealegre, quienes protagonizaron enfrentamientos esta semana.“Vemos al Procurador y al Fiscal agarrados por sus tesis y plantean una pelea en los medios de comunicación que deja en evidencia que en el país campea el todo vale”, dice Hernández, quien reitera que ya es el momento de llegar al autocontrol que significa “que si tengo poder debo ejercerlo con responsabilidad”.Cuando hace referencia al tema de la oposición asegura que en Colombia se desbordaron “hace rato los límites” y hoy en día “ya no se habla, ya no se discute, lo que impera es la descalificación del otro con frases antisonantes que solo buscan un resultado mediático”.Anota que quien impacta con este tipo de frases es el “que toma ventaja y solo se cae esa aseveración con algo antisonante más fuerte. Es, en últimas, una pelea de perros y gatos que no debería ser”.Sin embargo, el precandidato presidencial del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga al reconocer que ellos son “una fuerza opositora” descarta que haya desbordamientos.“Lo que planteamos son alternativas advirtiendo riesgos”, asegura Zuluaga, quien trata de sustentar la actuación del expresidente Uribe al indicar que “la Fiscalía levanta las órdenes de captura en contra de los guerrilleros, se suspenden las operaciones y la respuesta de las Farc fue el asesinato de soldados”.¿Cuáles son los caminos y linderos?Para los analistas es claro que hay que reencauzar la manera como se hace oposición en el país, porque se están recorriendo caminos equivocados que lo único que generan es que se llegue a extremos peligrosos.Una herramienta clave para este propósito es la autorregulación, tal y como lo explica la politóloga Laura Gil, quien comenta que “uno esperaría un acuerdo mínimo sobre el interés común” y recuerda que la oposición es necesaria porque ayuda a mantener el equilibrio de un esquema político como el del país.Cecilia López, entre tanto, tiene una óptica más severa, debido a que en sus observaciones ha encontrado que existe “una crisis por la ausencia de pluralismo político en el país, porque todos los partidos están rendidos a Santos”.Dice que la oposición surge de manos de los columnistas, pero “no tienen impacto a pesar que son las personas que están pensando distinto”.Sobre los linderos, señala que es necesario que haya una crítica sustentada, con planteamientos y no con sentimientos que pueden terminar con consecuencias muy delicadas.En contraste, Antonio Navarro refiere que las oposiciones cerradas han sido tradicionales en el mundo y pone como ejemplo el caso español al referirse a la manera en que se comportan el Partido Popular y el Socialista que “son opositores cerrados y se atacan sin prejuicios”.Para el exgobernador lo nuevo es que “Uribe y Santos eran aliados hace unos años y hoy mantienen una oposición cerrada porque los uribistas sienten que el Presidente los traicionó” y recuerda que la única crítica política no es la del expresidente sino que “está la izquierda y la centro izquierda” de las que dice “no hacen concesiones, nada les gusta del actual Gobierno”.Cuenta que él se encuentra en un grupo que hace oposición, pero también reconoce logros del presidente Santos y explica que la crítica no puede ser radical y que termine en desbordamientos.En su opinión, una crítica mesurada y constructiva se logra con límites que no están en ninguna ley sino que le corresponde a cada quién colocarlos.

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